Los empleados no fueron notificados de su despido, simplemente dejaron de figurar en la nómina de contratados. Se vivieron momentos de extrema tensión con las fuerzas de seguridad

La jornada de protesta por los 120 despidos en el Hospital Posadas tuvo momentos de mucha tensión. Una vez que tomaron conocimiento de que habían sido echados, muchos trabajadores fueron hasta el tercer piso, donde se encuentran las oficinas de la dirección médica. Allí fueron recibidos por el doctor Jorge Palmieri, cuyo cargo es director general de asistencia médica.
Los acompañaban delegados de algunos gremios que tienen afiliados en el centro de salud. Palmieri, médico clínico con especialización en medicina interna, estaba acompañado por una custodia de 10 efectivos de la Policía Federal.
Palmieri dijo que no podía dar respuestas por el momento y se comprometió a recibir a los despedidos el viernes próximo, relató a Tiempo la también médica Mirta Jaime, titular de la seccional Posadas del gremio CICOP, el sindicato de trabajadores de la salud de la provincia de Buenos Aires.
Tras ese encuentro, los despedidos se dirigieron a la oficina de Recursos Humanos. Allí los recibió una subordinada de Juan Ignacio Leonardi, director del área. Otra vez había mucha seguridad, entre custodios de civil y efectivos de la PFA. Fue en ese momento que un enfermero del hospital fue tomado por el cuello por los policías.
Otros momentos de tensión se vivió cuando los trabajadores que habían sido echados intentaron exigir al sindicato UPCN que se involucrara en el conflicto, pero en la delegación de ese gremio no los recibieron. Luego se presentaron en la puerta de la sede municipal de ATE, la otra organización que agrupa a los estatales del hospital, donde se vivieron escenas de extrema tensión y violencia.
Darío Silva, que es el principal dirigente de ATE en el Posadas, y que está alineado con Hugo Cachorro Godoy, los recibió con un grupo de gente cercana. Tenían palos y estaban preparados para una pelea. Los despedidos habían ido a pedir que hicieran asamblea y que ATE se hiciera cargo de los despidos. A un delegado de la CICOP, Ariel, le pegaron entre cuatro. Terminó con la ceja partida. No hubo heridos graves, pero sí lesiones, contó a este diario Jaime, gremialista del CICOP.
En la mañana del martes, en momentos en los que los trabajadores se disponían a realizar una asamblea para rechazar esa decisión del gobierno provincial y el directorio del hospital, decenas de efectivos de la policía federal, como ya es costumbre en los últimos conflictos que involucran a empleados públicos, se hicieron presentes para impedir la movilización a las oficinas del directorio.
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