“Los habitantes” es la nueva miniserie teatral de Joselo Bella y Pedro Sedlinsky que aborda el trágico conflicto ibérico desde la mirada de los caídos. Se presenta en el Espacio Callejón durante febrero y marzo.

La historia empieza en 1903, en la Rusia zarista. Isaac Shemtov, un carpintero judío, vuelve a su casa después de trabajar y se encuentra con dos cosacos en la puerta. Ese año, cuarenta y siete judíos fueron asesinados en el pogromo de Kishinev. El destino de Shemtov parece inevitable: muere asesinado. Menos esperable es, sin embargo, que su espíritu sobreviva. Shemtov se transforma en un fantasma. Habita los cuerpos de los vivos, intenta detener el impacto de la masacre.
Los fantasmas no tienen fronteras. Se desplazan entre tiempos y geografías persiguiendo ecos de violencia. En la segunda parte de la obra, sin transición aparente, Shemtov está en España, más de tres décadas después de su muerte. Fuera del bar “Los justos”, se reúnen los republicanos. Estamos en plena Guerra Civil Española. En el bar están Federico García Lorca, los actores de La barraca, Carmen Luna, una militante republicana feminista, y los hermanos Machado. Pero no están solos. Cada vez hay más como Shemtov: fantasmas que intentan salvarlos, como si Comala no fuera un pueblo sino un ejército errante de muertos que se resisten a la derrota. Un espectro colectivo que vuelve para cambiar la historia.
Hay mucho movimiento. Aunque en escena solo haya un actor, la obra está llena de presencias. Los habitantes de esta historia cruzan fronteras, van de una ciudad a otra. Granada, Málaga, Madrid, Valencia, Barcelona… Son llevados, poseídos por una fuerza que los impulsa. La fuerza demoledora de los soldados falangistas. Y la fuerza de los muertos. Los que ya no están, pero guían y acompañan.
Todo este movimiento se puede percibir a través del trabajo sutil de Joselo Bella, que narra y actúa al mismo tiempo. Es todos los escenarios y todos los personajes. Es Shemtov y García Lorca; es Manuel Machado y un soldado falangista. Si la puesta en escena es escueta es para no distraer al espectador: no hay nada más despojado que una guerra.
Por momentos, los fantasmas logran infiltrarse en el enemigo. Se cuelan en los cuerpos de los falangistas. Esto introduce una pregunta inquietante: ¿Qué pensarían los soldados antes de disparar? “A la muerte hay que mirarla cara a cara”, dice García Lorca en uno de sus parlamentos. Los habitantes lo hace literalmente: nos enfrenta a la guerra, a los fantasmas, a los ojos de los que disparan y los que mueren.
Funciones: domingos de febrero a las 21h.
Sala: Espacio Callejón
Dirección: Humahuaca 3759
Reservas por www.alternativateatral.com
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