Hebe: el arrullo invisible

Por: Demetrio Iramain

Un adelanto de "Hebe y la fábrica de sombreros", que estará en las librerías a partir del 1 de diciembre.

En diciembre de 2020, de la nada, recibo un mensaje. Es Ture Salvador, director del Grupo Editorial Sur, que me invita a un encuentro al aire libre, «en algún barcito de Boedo, con veredas amables, para acercarte algunos libros y transmitirte algunos sueños que tenemos con respecto a un libro en particular: sobre la vida de Hebe».

Ture me aclara que, en rigor, él había pensado que el proyecto fuera tarea del poeta Daniel Ballester, mi compañero en Madres y conductor del ciclo El sonido y la furia, en la AM530. «No, yo sé para quién es este libro», me cuenta Ture que le respondió Ballesta, cuando declinó en mí la invitación inicialmente a él formulada.

El primer encuentro se dio en el célebre restorán de Boedo Pan y Teatro, en Las Casas y Muñiz, a la vuelta de donde estaba el viejo Gasómetro. Para entonces yo ya llevaba conmigo la respuesta preliminar de Hebe: «Vos decile que sí, después vemos». Corría el mes de febrero de 2021.

La cosa funcionó. La editorial quería que el futuro libro sobre Hebe contuviera datos biográficos, sin ser necesariamente una biografía. La política, sí, pero su vida previa al surgimiento de las Madres de Plaza de Mayo, también. Con Hebe pensamos que el libro podía contener fragmentos de su vida contada a través de las casas donde ella había vivido, una de las cuales, en City Bell, iba indefectiblemente a incluir su acción pública, dado que mientras allí vivía junto a Toto, su marido, y María Alejandra, su hija menor, se habían producido los secuestros de sus otros hijos Jorge y Omar.

Hebe estaba muy emocionada con la apertura a la comunidad de la casa donde había nacido, en El Dique, gracias al decidido y desinteresado apoyo del intendente de Ensenada Mario Secco, que había puesto todo de sí para armar en poco tiempo La casa de Paco y Pepa, padre y madre de Hebe, respectivamente.

Pero a mí no me convencía del todo el plan. «‘Las casas de Hebe’ suena a un magnate inmobiliario», le dije. Le propuse armar un libro en la que la voz no fuera la mía que escribe, sino la suya que habla. «Vos contaste públicamente tu vida, en anécdotas y relatos hermosos, que tienen un valor enorme y no se pueden perder». Aceptó.

En un segundo encuentro con Ture, en La Tacita de Boedo e Inclán, le conté cómo venía la cosa con Hebe y le propuse mi plan de trabajo: desgrabar la serie de encuentros Mateando con Hebe, que ella había realizado entre octubre de 2018 y marzo de 2020, cuando arrancó la pandemia, y que siguió haciendo durante el periodo más intenso de confinamiento aunque con invitados y de modo virtual.

En esos encuentros, Hebe relataba su vida. Literalmente. Y organizaba una comunidad pequeña, pero fuerte, estable y fiel, a su alrededor. El objetivo político era doble: a la vez que entrelazaba precisiones políticas con recuerdos de su infancia, con historias de El Dique, con vivencias costumbristas de una Argentina que ya no existía más, juntaba alimentos para repartir en dos comedores a los que las Madres apoyaban, uno en Monte Chingolo, y el otro en Isla Maciel. Cada asistente al Mateando, a modo de entrada, debía aportar tres paquetes de harina. O de yerba. O fideos. O bufandas de polar.

Fueron en total 99 encuentros, que un equipo de jóvenes dispuesto por Ture desgrabó en su totalidad. Los textos de esas charlas sirvieron para que yo haga el eje del libro, que completaba con entrevistas a Hebe que le realicé en tres encuentros que mantuvimos en su casa de La Plata, entre abril y agosto de 2021, cuando la pandemia por coronavirus cedió y las Madres regresaron a sus marchas de los jueves en la Plaza de Mayo.

En esas largas conversaciones, Hebe desplegaba ante mí una memoria asombrosa, con detalles precisos que luego yo contrastaba con algunos documentos y que le daban la razón.

Algunas anécdotas que contaba en el Mateando, las ampliaba luego conmigo, a solas, en la cocina de su casa de La Plata, sobre la calle 45.

«Mirá que yo voy a querer leer todo y controlar lo que pongas», me advirtió. Cumplí en parte. El 1 de septiembre del 21 aprobó el título del libro y luego, cuando terminé el primer borrador, su contenido. Para entonces ya era abril de 2022.

Nunca creí, ni en el primer encuentro con Ture, ni en los que tuve luego con Hebe en su casa, que ella nunca llegaría a ver el libro publicado, que contiene textos que agregué en los últimos meses y que ella no alcanzó a leer. Creeme, Hebe, que respeté tu voluntad, y no escribí aquello que no querías que salga.

Yo nunca hubiera querido hacer de este libro una biografía no autorizada, sino, precisamente, todo lo contrario.

Durante su proceso de escritura el mayor motor de mi entusiasmo y alegría fue imaginarme junto a ella, presentando el libro, y que Hebe hable maravillas del texto.

Yo quería homenajearla en vida. Escribí lo más rápido que pude un libro poético en el que me propuse que la voz que apareciera entre las palabras sea indiscutiblemente la de Hebe. Que su ejemplo, su historia personal, su camino colectivo, su rebeldía, su osadía, su generosidad, su curiosidad, su entereza, su sabiduría, su inteligencia, su sagacidad sean debidamente honradas. Quería que mis hijos y mi compañera de vida, mis compañeros de trabajo en Tribunales, de militancia en Madres y en el sindicato de trabajadores judiciales, mis poetas amigos, las demás Madres, los compañeros y compañeras de la Plaza  me vean junto a ella, no sólo hablando un jueves, no sólo en tareas militantes, no sólo en responsabilidades políticas, no en la radio, o haciendo la revista, sino protagonizando un hecho artístico y cultural. Yo poeta y escritor, y no en tareas de prensa.

No pudo ser.

Pero lo que vale es la intención, como decía mi madre, para justificar mis múltiples falencias como sólo una madre sabe hacerlo. O como Hebe supo hacerlo con sus hijos, sus 30 mil hijos, tanto que ni una sola mugre sobre ellos dejó sin rebatir.

Ahora hay que estar a su altura, y ese desafío trasciende este libro y a este autor. «

Demetrio Iramain fue uno de los colaboradores más estrechos de Bonafini en los últimos 20 años. Autor de Hebe y la fábrica de sombrEn esas largas conversaciones, Hebe desplegó una memoria asombrosa, con detalles precisos.eros, que estará en las librerías a partir del 1 de diciembre.

El presente texto forma parte de la introducción.

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