Ximena de Tezanos Pinto declaró en una de las últimas audiencias del juicio por el atentado a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Si bien reconoció nexos con organizadores de protestas violentas, dijo que no está de acuerdo con esas formas de protesta.

Tezanos Pinto se hizo conocida por ser la vecina de Cristina. En rigor, lo fueron hasta el atentado ocurrido el 1° de septiembre del 2022, que obligó a la ex presidenta a mudarse a un lugar más seguro. La mujer vivía un piso más arriba y desde ahí no solo colgaba banderas con consignas políticas contra la corrupción y otras yerbas, sino que también operaba políticamente con reuniones con integrantes de Revolución Federal, la violenta agrupación que recibió pagos millonarios de la familia Caputo.
La testigo declaró durante casi una hora en la Sala Amia de Comodoro Py frente a los jueces del Tribunal Oral Federal 6, y si bien aseguró que nunca formó parte de Revolución Federal, confirmó nexos con allegados a ese grupo, como Leonardo Sosa, uno de sus fundadores.
«Nunca estuve en ese grupo (…) me enteré de que existía con anterioridad al atentado. Leonardo Sosa vino a mi casa porque yo estaba preparando una iniciativa popular para sacar el nombre de Rodolfo Walsh de la estación de subte y reemplazarlo por Favaloro, y estaba conectándome con gente para buscar adhesiones», contó la mujer. Y dijo que Sosa le ofreció difundir la iniciativa en el grupo de WhatsApp de Revolución Federal.
En esa reunión, que tuvo lugar el domingo posterior a la instalación del vallado que colocó la Policía de la Ciudad en los alrededores de la casa de Cristina, también estuvo Gastón Guerra. A Tezanos Pinto le costó nombrarlo: cuando el abogado Marcos Aldazábal le preguntó si recordaba quiénes más habían estado, dijo que había otras personas más, pero preguntó si era importante decirlo. Con cierta incomodidad, de inmediato buscó refugio en el tribunal para no responder, pero la jueza Sabrina Namer le dijo que «la pregunta no fue objetada» y que tenía que responder lo que recuerde.
Con resignación, Tezanos Pinto devolvió un OK y confirmó que, entre otros, estaba Guerra, que fue el joven que atacó el vehículo en el que iba el ex ministro Sergio Massa el día de su asunción.
«A Guerra lo vi varias veces, a Sosa no. A Guerra lo fui a ver a su casa en Moreno y vino a casa a arreglar azulejos a la mía porque es albañil. Lo conocí cuando lo llamaron de la Fiscalía porque le había hecho una denuncia un periodista (NdR: Lautaro Maislín, quien fue agredido por Guerra) y mi sensación era que lo estaban persiguiendo por todas partes con periodistas y denuncias truchas. Pedí conocerlo y me resultó muy admirable la garra que le ponía a la convicción por buscar algo mejor», relató.
Guerra es, además, uno de los que se sacó una foto desde el balcón de la casa de Tezanos Pinto, un piso arriba de donde vivía Cristina Kirchner, en los días previos al atentado.
En otro pasaje de su declaración testimonial, la mujer se mostró en desacuerdo con las protestas violentas. Fue cuando le preguntaron si había estado en la manifestación en Plaza de Mayo en la que hubo una guillotina y bolsas mortuorias con los nombres de Cristina Kirchner y otros integrantes del gobierno de Alberto Fernández. Respondió que no estuvo y que incluso rechazó participar de una convocatoria similar para manifestarse frente al Instituto Patria a la que querían llevar verduras para tirar contra el edificio.
Pero lo curioso es que esa guillotina fue construida y llevada a la plaza por Sosa, uno de los jóvenes a los que recibió en su casa. «A mí me resulta violento y no adhiero a esas cosas», opinó Tezanos Pinto sobre esa convocatoria.
Otro de los puntos que llamó la atención de la declaración de Tezanos Pinto fue cuando sembró dudas de la veracidad del atentado que sufrió la ex presidenta, aunque luego dijo que se solidarizó y le mandó una carta con una planta de regalo.
«A raíz de lo del atentado me hicieron muchas entrevistas y en una me preguntaron si creía que era o no real. Eso me llevó a reflexionar si había habido una organización como para hacer que fuera un atentado o no. Todas esas sospechas, varios argentinos las seguimos teniendo. Pero si yo defiendo el principio de inocencia, me cabía decir que ella era inocente en la organización o tramado de este atentado. Por eso le mandé una nota con una planta», declaró.
La mujer explicó que fue en tono amable. «Diciendo que yo di por sentado que esto era una farsa, que había sido armado, todas cosas que me generaron confusión. Pero que no importaba qué es lo que yo creyera (…) Fui consecuente y le escribí porque me imagino que tener una pistola a 20 centímetros de su cabeza debe ser una situación bastante fea».
Si bien dijo que se considera una perseguida por Cristina Kirchner, señaló que «no tengo ninguna enemistad ni encono personal con ella», y que «en algunos momentos hasta me provoca compasión».
Pero sobre el final de su declaración, el abogado Gastón Marano, defensor del copito Gabriel Carrizo, le pidió profundizar sobre sus dudas respecto del atentado. Dijo que siempre que la veía llegar había una «guardia pretoriana» de militantes de La Cámpora que hacían que «nadie se pueda acercar» y que «un día, de repente, este chico Sabag se pudo acercar fácilmente». Y también que el atacante fue detenido por militantes y no por la custodia. «Las dudas siguen estando, las tengo yo y mucha gente», aseguró.
Más allá de las contradicciones que mostró en su relato, la declaración sirvió para echar aún más luz sobre cómo la vecina usaba su departamento para recibir a jóvenes críticos del kirchnerismo, varios de ellos autores de escraches y episodios de violencia que caracterizaron los días previos al atentado y que, después de eso, se neutralizaron como si fuera por arte de magia.
Hay, en este aspecto, un elemento novedoso. Es que Tezanos Pinto contó que hasta llegó a poner la casa para una «asamblea de pibes libertarios». Fue cuando relató cómo conoció a Delfina Wagner, una joven militante de derecha que estuvo en la mira de la querella por haber participado de una de las protestas violentas en las que estuvo Brenda Uliarte, ex pareja del atacante. «A ella me la presentaron en casa (…) la había conocido una vez que se hizo en casa una asamblea de pibes libertarios, una reunión de juventud de ideas libertarias», mencionó.
Al ampliar, frente a una pregunta de la fiscal Gabriela Baigún, Tezanos Pinto dijo que «me pidieron el lugar para hacer una asamblea de pibes libertarios», sin más explicación. «¿Por qué tendría que autorizarme el consorcio?», se preguntó ante una repregunta de la acusadora. «En mi consorcio no hay ningún reglamento de copropiedad que diga que tenga que pedir permiso para hacer o no una reunión», enfatizó.
Tezanos Pinto venía de decir que se acercó a la política en 2011 y que se unió a la iniciativa Ser Fiscal, que la llevó a fiscalizar para el PRO en varias elecciones.
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