Columna de opinión.
El presidente cuenta con el respaldo de todos los sectores del empresariado industriales, servicios, finanzas, banca y selló la alianza con las patronales del campo nombrando como ministro al jefe de la Sociedad Rural. La copiosa emisión de títulos y bonos fortaleció el aval de las organizaciones de crédito FMI, Banco Mundial, BID, cuyos representantes se deshacen en elogios al «modelo» PRO. Lo mismo ocurre con buitres y fondos de inversión, agentes con alto poder de influencia entre economistas y politólogos locales con pantalla.
Macri cuenta con el apoyo explícito y por momentos obsceno de la gran mayoría de los medios masivos de comunicación. Por volumen y alcance, sobresale la protección del Grupo Clarín, una relación lubricada con abundantes recursos públicos. Pero el dispositivo de propaganda incluye periódicos nacionales y provinciales, productoras audiovisuales, conductores de radio y televisión, páginas web y hasta blogs firmados por famosos. Según las planillas oficiales, muchos de ellos ven gratificada su simpatía con pauta oficial. Salvo por los beneficiarios, en esa práctica no hubo cambios.
Apenas pisó la Casa Rosada el presidente obtuvo, también, el favor del Poder Judicial. Fieles a sus costumbres, jueces y fiscales arrimaron al oficialismo de turno sus ofrendas habituales: expedientes contra ex funcionarios, opositores y disidentes en general; mano blanda con los imputados oficialistas. Macri, está claro, decidió utilizar a fondo los frutos de esa tradición extorsiva.
El show de detenciones abusivas sin juicio ni condena de dirigentes sociales, sindicales y exfuncionarios K cumplen una triple función: sacia la sed de revancha de los fanáticos macristas, disciplina a dirigentes con prontuario y esparce una mancha venenosa entre fuerzas opositoras que potencia su fragmentación.
Estigmatizar para dividir. Y dividir para mandar. Un clásico.
Pero la campaña del miedo también tiene efectos fuera del ámbito político. Periodistas sienten la necesidad de aclarar que no son «kirchneristas» antes de criticar al gobierno, por temor a perder audiencia, avisos y hasta el empleo. Un chico que fue preso por tuitear debió explicar que «no es k» frente a una avalancha de fanáticos que justificaban su detención. En los albores de un ajuste brutal, los paladines de la República ofrecen diálogo y consenso a punta de carpetazos y ataques troll. Así estamos. «
El gobernador estuvo acompañado por miembros del gabinete provincial; legisladores y legisladoras; intendentes e intendentas;…
El ex comisario de la Policía Federal, condenado a perpetua por crímenes en el circuito…
Tomó forma lo que se sospechaba: el presidente nombró a Hayden Davis como asesor ad…
Analistas internacionales ya hablan de una la búsqueda de un dominio sin disimulos sobre lo…
La Secretaría de Trabajo concretó la medida en medio del conflicto con los trabajadores de…
Para la educación técnica secundaria el ejecutivo propone un recorte del 93% con relación a…
El conjunto de productos que conforman la tradicional compra de fin de año aumentó más…
La marcha al Congreso se repite desde hace dos años sin concesiones. El film expone…
Frente al Polo Científico Tecnológico, en Palermo, se construyeron dos árboles navideños: uno con deseos…
El oficialismo buscará sancionar la ley este viernes en la Cámara Alta y se entusiasma…
La protesta fue realizada por la agrupación Vacantes Para Todos y gremios docentes como ADEMYS.…
La ExpoCOOP 2025 reunió en El Bolsón a más de 35 organizaciones de la economía…