A los 66 años, después de haber dirigido a 16 equipos, Ricardo La Volpe mantiene la pasión intacta para hablar del juego. Critica a los futbolistas pero reconoce su rol: "El 70% del fútbol es de ellos".

-¿En qué etapa del juego se encuentra el fútbol?
-Volvemos a jugar ese famoso 4-3-3, que había caducado en el Mundial de España 82. En Italia 90 apareció la línea de cuatro pero con cuatro volantes y dos puntas. Después, se modificó a un mediapunta y a un punta, que es lo que los periodistas dicen 4-2-3-1 pero es el 4-4-1-1, que empieza a emplear Francia con Zidane en el ’98. Pero la evolución estuvo en lo físico. Superó a la táctica.
-¿Qué significa?
-Que es difícil saber atacar porque los equipos se desdoblan muy rápidamente en defensa. Si agregás al mediapunta, es un 4-5-1. No es fácil hoy generar fútbol, no te dejan pensar, los grandes jugadores no tienen ese tiempo o no tienen espacio. Es lo que se ha visto en el último Mundial. Quedan espacios salvo con los equipos que se defienden y el que tiene la obligación de ganar, sale a buscar. Lo vemos en el Barcelona, en el Manchester City. Muchas veces se encuentran en los contragolpes con muchos espacios. Dicen: “Defienden mal”. No, cuando se te para un equipo con diez jugadores en el campo de ellos, los centrales y los laterales salen a proponer y si no continuás la jugada, quedás muy mal parado. La evolución es que empiezan a aparecer los extremos, o los grandes equipos los buscan, los Mané, los Sané, los Salah, jugadores que desequilibran contra el lateral, en el uno a uno. Y atrás de un lateral no hay un líbero. Si vos superás al lateral llegás a una línea de fondo en la que es difícil contrarrestar un centro atrás, ese centro que duele.
-¿Hazard, figura en Rusia, no es una especie de enganche?
-No, no, ya lo ponen a la izquierda, desequilibra hacia adentro y también hacés un muy trabajo si tenés laterales que sepan pasar por afuera para poder generar la jugada.
-¿Hay tantos grandes entrenadores argentinos por el mundo?
-En los últimos tiempos hablan de Simeone, de Pochettino, ahora mismo el propio Martino, pero muchos más reconocidos no veo… No sé cuáles son los demás. Ellos son los que resaltan porque están en equipos élite. Pero hay diferencias. A algunos les puede gustar Simeone y a otros no. Entre Simeone y Guardiola hay una diferencia abismal. Mismo Mourinho y Guardiola. Logran resultados pero tienen una forma de jugar muy diferente. Simeone difícilmente rompa el 4-4-1-1. Nunca lo vi arriesgar con Griezmann de contención y dos 9 contra un equipo chico. Es lo mismo si enfrenta al Betis que al Real Madrid.
-Real Madrid tiene como técnico a Santiago Solari.
-Sí, pero es por otro motivo. Cuando los jugadores no están enchufados o en su mejor momento… El 70% del fútbol son los jugadores. Es más de camadas. Hace 15 años, nadie hablaba de la selección española. Se hablaba por el Real Madrid, el Atlético, y después el Barcelona. No a nivel selección. Viene esa camada de Xavi, Iniesta, Busquets, y el técnico lo único que tuvo que hacer es mantener ese estilo, y sale campeón del mundo. Hay que darse cuenta de que el fútbol son los jugadores.
-Pero hay entrenadores a los que les gustan ser más protagonistas que los futbolistas.
-Ah, bueno. Es otra cuestión. El periodismo a veces está en el chisme, si se peleó un jugador con otro, y no nos preguntamos por qué se juega así, por qué se propone o no salir jugando. El otro día decían: “La Volpe cambió el sistema de Boca”. ¿Yo? Porque no dicen la verdad de que el señor Basile venía jugando 4-3-1-2 y ese “1” atrás de Palacio y Palermo era Insúa, que es vendido y cuando yo asumo ni Marino ni Neri Cardozo eran enganches, ellos me lo dijeron. ¿Entonces yo fui el que cambié? No tenía a un Riquelme, un Aimar, un D’Alessandro. Entonces jugamos de otra manera. Hay que sentarse y mirar un poquito en un pizarrón.
-¿Qué pasó con la Selección Argentina?
-De Scaloni no sé mucho, sé que venía de dirigir las juveniles. Lo que pasó en la Selección es que no supimos aprovechar al mejor jugador del mundo. En el Mundial le faltó fútbol, transición en la mitad de la cancha, donde Messi está acostumbrado a lo que pasa en el Barcelona. Tocar dos o tres veces e ir contra los volantes para que tu mejor jugador reciba detrás de esa línea, en ese último tercio. No se tuvo esa fluidez futbolística. La pelota no era redonda para Messi. El fútbol es como el ajedrez. Hay estrategias. Veo tiros libres a cinco metros del vértice de un costado del área y van todos al centro y no hay nadie del mismo lado del tiro libre. ¿Por qué no hacemos más amplitud, más espacios, en lugar de que vayan siete a cabecear?
-Le gusta mucho el ajedrez.
-Hablo de ajedrez porque hay una estrategia y una táctica. Si vos atacás por un lado, vas a sorprender por el otro, mandás un peón, un alfil, movés al caballo. Pero en el fútbol, con los jugadores actuales, es muy difícil trabajar lo específico. El jugador te mira y cree que se las sabe todas. Cuando tengo un tiempo de trabajar, a mis equipos los reúno y les digo: “Bueno, yo sé que se las saben todas, pero por qué no hacemos esto”. Tenés que llegar con psicología a la cabeza del jugador. En el libro que en cualquier momento me voy a poner a hacer, hablo de fútbol sin miedos. ¿Qué es fútbol sin miedos? Si yo tengo un foul, y dejan un 9 arriba y me preocupo de poner dos contra el 9, perdí el hombre de más. Si la pelota la tengo yo, ¿por qué tengo que marcar dos contra uno por un contragolpe? Al contrario, no cometamos errores, trabajemos, dejo el mano a mano y aprovechemos el hombre de más con un buen tirador; como mínimo, es una jugada de peligro. Ahora no se achica, dejamos de hacer esas cosas. Hoy es todo zona, trabajo para atrás.
-¿Cómo ves a Alfaro en Boca?
-Cuando vos dirigís ciertos equipos, tenés la obligación de atacar, como en Boca. Estás obligado a buscar todos los partidos los tres puntos. Eso es lo que va a tener que demostrar. Me acuerdo cuando fue a San Lorenzo. La impresión era que una cosa era dirigir tantos años a Arsenal y otra a San Lorenzo. Va a tener que cambiar ese chip, salir a proponer, a atacar, a ser protagonista. En Arsenal decís: “Me paro bien y contraataco”.
-¿Te llamó la atención que Menotti haya decidido volver a la Selección a los 80 años?
-No. Tiene un estilo de juego por transmitir a todas las selecciones de abajo. Uno como director general tiene que reunirse con los técnicos y planear un lineamiento de trabajo, un sistema. Hay dos parados en el mundo: el 4-2-3-1, que es lo mismo que el 4-4-1-1, y el 4-3-3. Depende de qué idea tenga, si hay extremos habilidosos para desequilibrar en el mano a mano. El Flaco conoce a la perfección ese 4-3-3 porque el tiempo que estuvo en la Selección jugó así.
-¿Qué lugar ocupa en la historia del fútbol argentino?
-Como Bilardo, están dentro de los que lograron títulos con un estilo de juego, hicieron crecer a la Selección.
-¿Es especial para vos, como campeón del mundo con él como técnico en Argentina 78?
-Es de la ideología futbolística que me gusta: tratar bien la pelota, ser protagonista, el buen fútbol que siempre desarrolló y con el que logró equipos espectaculares.
-¿Qué es el menottismo?
-Siempre se dividió en Argentina a él con Bilardo, con la gente de (Osvaldo) Zubeldía. Siempre hubo esa diferencia para ver cuál era el mejor. Yo también tuve a Bilardo en San Lorenzo y lo vi trabajar en México 86. Bilardo es más sistemático en relación a lo que tiene que hacer cada jugador, y Menotti siempre fue más liberal, del crecimiento del jugador, de buscar jugadores con buen manejo más allá de la dinámica. Bilardo, en cierta manera, es más de buscar el jugador que recupera la pelota, del buen parado, de estar bien defensivamente. Menotti es al revés.
-¿Vos tratás de hacer un mix?
-Siempre analicé cómo me gustaría jugar, desde jugador. Busqué el protagonismo en mis equipos, la filosofía futbolística, pero sin dar ventajas, sin ser un lírico. Hoy dependés mucho de los resultados. Tenés que saber trabajar cuando tenés y no tenés la pelota.
-¿Qué trabaja un director deportivo?
-En mi época, tuvimos gente como (Ernesto) Duchini en la Selección. El tener un director deportivo es muy importante para la base de las juveniles, para poner a trabajar a los técnicos con una planificación y una misma idea, así cuando el de la Sub 15 pasa a la 17 no tiene problemas y así hasta la mayor. Ese es el trabajo. Tenemos que defender el buen pie que tiene el jugador argentino. El mundo lo dice: generar no el jugador táctico, que tiene muy buena pegada y calidad, sino el 8 y 10 de ida y vuelta para jugar bien.
-¿A Menotti, nuevo director de selecciones argentinas, lo van a escuchar?
-Es Menotti. Su voz es una palabra escuchada, tiene ese renombre. El chamuyo, a veces, el jugador no lo entiende. Él es claro y simple en cómo transmite. Siempre fue un gran motivador, ese su punto más fuerte, y cree en las condiciones del jugador. Viene Menotti y te dice: “Usted es esto, juega muy bien, tiene gran técnica”. Y eso es una motivación extra. Lo hace levantar, creer, y el jugador va más allá de lo que es.
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