Un trip iniciático que deviene en expedición al lado más oscuro de los ideales hippies. La ópera prima de Emma Cline recrea los crímenes del clan.

De prosa elegante y por demás inteligente, Cline se inspiró en los crímenes de la familia Manson para escribir su ópera prima. Episodios clave de la crónica negra americana. El más célebre fue el de la actriz Sharon Tate, la pareja del director Roman Polanski, en agosto del 69. Pero en su novela, Cline no hace foco en la figura psicótica de Charles Manson, el pater familias demoníaco, sino en algo mucho más perturbador: las angelicales chicas que cometieron los asesinatos, y que ni siquiera perdieron las sonrisas y su mirada provocativa durante el juicio que las condenó a cadena perpetua. Esas adolescentes extrañas y salvajes como esas flores que se abren con un estallido fulgurante una vez cada cinco años, con esa provocación escandalosa y turbadora que era casi lo mismo que la belleza. En el fondo, Las chicas es una novela que bucea con sutileza perturbadora en el mundo adolescente, pero que también golpea duro y parejo a los valores de la sociedad americana: del New Age al consumismo, sin olvidar las miserias del Flower Power.
Emma Cline es licenciada en Bellas Artes, y cursó un máster en escritura creativa en la Universidad de Columbia. Trabajó como lectora para la revista The New Yorker y ha publicado cuentos en las prestigiosas Tin House y The Paris Review. En 2014, con su relato Marion obtuvo el Plimpton Prize. Las chicas es un bestseller desde que llegó a las librerías hace pocos meses. Los derechos de traducción se vendieron a 35 países y el productor Scott Rudin (Closer, Red Social y Las horas) está trabajando en una adaptación para la pantalla grande. Cline prefiere mantenerse al margen del proyecto cinematográfico y del runrún editorial. Está preparando un libro de cuentos y una novela. Tiene firmado un jugoso contrato por 2 millones de dólares con la editorial Penguin.
Hace pocas semanas, una periodista le preguntó sobre los motivos que la llevaron a escribir una novela sobre la familia Manson, y la joven aclaró que en realidad quería escribir un libro basado en un crimen, pero el crimen en sí es lo menos importante, esa es la violencia más obvia, el desafío era exponer otros momento psicológicos de violencia cotidiana, de vergüenza, humillación y traición. Aunque en el fondo, el corazón de esta historia es la amistad.
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