Su volumen de cuentos Los peligros de fumar en la cama es un candidato posible para obtener el premio al mejor libro de ficción traducido al inglés. Con traducción de Megan McDowell. Fue publicado bajo el título The Danger of Smoking in Bed.

El premio está dotado de 50.000 libras (68.000 dólares) que se reparten en partes iguales entre el escritor y el traductor. Además, cada uno de los autores que llegaron a ser finalistas recibirán 1.000 libras (1.300 dólares).
Este año se presentaron para recibir el premio 125 títulos de 12 países y 11 lenguas. El tema recurrente en casi todos ellos, según lo señaló la presidenta del jurado la historiadora Lucy Hughes-Hallett, fue el dolor que produce la migración.
Una particularidad de este año es que, entre los libros presentados, hay uno que fue traducido por su mismo autor que escribe en la lengua africana bantú gikuyu. Se trata Ngũgĩwa Thiong’o, de Kenia.
Nacida en 1973, además de escritora Enriquez es docente y una reconocida periodista que se desempeña como subeditora del suplemento Radar de Página 12. En 2020 fue designada como directora de Letras del Fondo Nacional de las Artes (FNA).
Es autora de Bajar es lo peor, Los peligros de fumar en la cama, Las cosas que perdimos en el fuego, Ese verano a oscuras y La hermana menor.
Sus historias de enmarcan dentro del género de terror en el que reconoce como maestro indiscutido a Stephen King. Sin embargo, la autora entiende que el terror en Argentina tiene connotaciones particulares. En 2017 le decía a El Cultural respecto del género que cultiva: “Sí, es en la infancia donde el terror se tatúa. La literatura te permite vestirlo de diferentes maneras. Me gusta el género, me gusta tanto que lo investigo, y me pregunto qué ropa nueva puedo ponerle. Se han escrito, por ejemplo, muchos relatos de fantasmas en castillos, pero no tantos en departamentos. No es lo mismo encontrar huesos perdidos en una abadía inglesa del siglo XVI que en la Argentina de hoy. Y es ahí donde el relato se vuelve social, porque un relato de terror en Argentina no es sólo un relato de género. Porque sigue habiendo desparecidos, y los huesos son un asunto político.”
En 2020 otras dos autoras argentinas estuvieron en la misma lista que Enriquez integra hoy. Ellas son Gabriela Cabezón Cámara por “The Adventures Of China Iron” (“Las aventuras de la China Iron”) y Samanta Schweblin por la novela “Little Eyes”, como se tradujo su novela “Kentukis”. En 2018, Ariana Harwicz fue seleccionada por su primera novela, “Matate amor”. Increíblemente mencionar ese título en Twitter le valió que le bloquearan la cuenta por considerar que esa frase “instiga al suicidio”.
Que Enriquez integre la lista larga del Internacional tiene que ver, por supuesto, con su talento literario. Pero es insoslayable el hecho de que las mujeres comienzan a pisar fuerte en diversos terrenos. Uno de ellos, sin duda, es el terreno literario y los reconocimientos. Quien tome la lista de mujeres que obtuvieron premios literarios solo unos pocos años atrás, el Nobel incluido, podrá comprobar la enorme desproporción que hay entre hombres premiados y mujeres. El fenómeno, por supuesto, no obedece al hecho de que las mujeres hayan comenzado a ser talentosas recién ahora, sino a la inequidad de género que se había naturalizado.
Tal como lo especificaba este diario en la edición del 29 de septiembre de 2020, en 2019 Selva Almada, ganó el First Book Award (Premio al Primer Libro) a los pocos meses de que su novela El viento que arrasa fuera traducida al inglés. María Gainza resultó la ganadora del Premio de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz que otorga la Feria Internacional del Libro de Guadalajara por Luz negra. Leila Gerriero fue galardonada en España con el Premio Internacional de Periodismo Manuel Vázquez Montalbán en la categoría Periodismo cultural y político. La escritora Luisa Valenzuela, recibió en octubre el Premio Internacional Carlos Fuentes a la creación literaria. En el mes septiembre, Ángela Pradelli ganó el premio otorgado por la editorial People´s Literature Press al Mejor libro en español publicado en 2018 que otorga la Asociación de Escritores Chinos en Shangai por La violenta respiración del mundo, una novela que habla de los niños apropiados durante la última dictadura cívico – militar argentina y en la que aparece Rodolfo Walsh como personaje. Por su parte, María Rosa Lojo, escritora e investigadora literaria, hija de inmigrantes gallegos, fue nombrada miembro de honor de la Real Academia Gallega porque «la emigración y el exilio son dos elementos constantes en sus textos autobiográficos y de ficción».
La posibilidad de ganarse un lugar en la literatura a nivel nacional e internacional es una de las múltiples conquistas que, a través de una intensa lucha, ha obtenido el género femenino.
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