El periodista, que actualmente co-conduce Polémica en el Bar, despidió empleados en Diario Veloz por reclamar la regularización de su relación laboral. En los audios reconoce la deuda y se compromete a pagar.

“¿Cómo estamos?”, preguntó el reconocido periodista que hoy ocupa una silla en Polémica en el Bar a sus empleados, en una cafetería ubicada debajo de su domicilio personal, el pasado 4 de septiembre por la mañana.
Ante la respuesta apesadumbrada de sus empleados “llegaron las boletas para pagar”, su comentario fue determinante: “es un problema del país que tenemos y de la empresa para la que trabajan.”.
Un poco de historia
En diciembre de 2017 se decretó la quiebra de Compañía General de Producciones, empresa que respondía a sus directivas pero que estaba a nombre de dos integrantes del staff de televisión que entonces empleaba, y que utilizaba como “testaferros”.
Ese fin de año, en un clima de incertidumbre, un síndico se apersonó en la redacción ubicada en Jean Jaures al 600 junto a dos policías y desalojó el lugar. Desde entonces, también por orden de Chiche Gelblung, los “sobrevivientes” al vaciamiento producido comenzaron a trabajar desde sus casas.
Sin las herramientas necesarias y con personal para hacer nada más que guardias periodísticas, dos editores, dos redactores y una colaboradora llevaron adelante el portal Diario Veloz a lo largo de todo 2018, a fuerza de promesas de “pronta” regularización.
Tras una reunión realizada el mismísimo día del periodista, el empresario prometió a sus empleados que regularizaría el 80% de la deuda en el mes de agosto. Cuando la fecha llegó y eso no sucedió, se pactó un segundo encuentro los primeros días de septiembre.
En aquella primera cita, según se escucha en los audios a los que pudo acceder Tiempo Argentino, ante el reclamo de sus trabajadores por una deuda que entonces acumulaba cinco meses esbozó bajo la forma de un consejo la siguiente máxima: «cuanto más jodido estás, más motivado tenes que estar”.
Luego, y cuando los empleados comenzaron a puntualizar las deudas que el empresario periodístico mantenía con ellos, el mismo Gelblung, molesto, reconoció que «no me tienen que hacer acordar, se perfectamente cuánto les debo. Les tocó la peor época”.
“Se dilató unos días pero ya hablamos. No hay nada nuevo, se dilató unos días”, Gelblung, ya en septiembre, se refería a la promesa de pago que había realizado tres meses atrás y que entonces, seguía manteniendo.
“Esta semana se va a cobrar una parte importante de la deuda. No ha cambiado nada”, prosiguió.
Esta no sería la primera vez (ni la última) que Chiche Gelblung prometía algo que luego no sucedería. Por eso, los periodistas le consultaron cómo se podía confiar en las palabras que estaba profiriendo en ese momento.
Tajante y anunciando lo que sucedería, advirtió: “yo tengo el compromiso que se va a hacer. Tienen dos opciones, creer o no creer, sino váyanse y chau”.
Con estrategias de oratoria para comenzar a desviar la conversación y sin argumentos para fundamentar sus promesas, manifestó: “Les tocó la peor época, no sé cómo satisfacer tus inquietudes. La respuesta que tengo es esta, yo la vengo peleando como ustedes. No puedo darles una respuesta que los haga felices. La respuesta es esa, se corrió el cronograma un poco. Lo ratifico”.
Llegado el tiempo límite propuesto y revalidado una innumerable cantidad de veces por el mismo Gelblung, la plata para pagar “al menos, el 80% de la deuda” nunca llegó.
No contento con volver a quebrar la confianza de sus trabajadores, en una nueva convocatoria, ya sin el conductor de Crónica TV, en la casa de Luciano Fryszberg, el multifacético «jefe de redacción» que hace las veces de empleado administrativo que paga sueldos, productor periodístico y “apretador oficial”, comunicó que “estas son las condiciones de trabajo. El que quiera seguir sigue, sin poder reclamar nada ni hacer alguna medida de fuerza para mostrar descontento con la situación.”.
“Si quieren siguen, sino a la fila de acreedores”, finalizó contundente e impune. Un grupo de empleados decidió formalizar sus reclamos por vía judicial y gremial. La respuesta, esta vez, fue la desvinculación por vía telefónica en boca del mismo Fryszberg. Los trabajadores ahora reclaman su reincorporación, la regularización de la relación laboral y el pago de lo adeudado.Mientras decenas de manifestantes hacen una vigilia frente al sanatorio, este domingo fue visitada por…
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