Banderas argentinas, gorros arlequines celeste y blanco típicos de los Mundiales de fútbol y escarapelas en las camperas Uniqlo y los abrigos de alta costura le dieron color a la multitud que se congregó este sábado en el Obelisco y que culminó su apoyo a Mauricio Macri en la Casa Rosada, con el Presidente en el balcón. Si bien el canto que atravesó la tarde noche fue el clásico macrista “Sí, se puede”, Macri escuchó los “Borombombom, Borombombom, para Mauricio, la reelección” y el “Mauricio no se va, Mauricio no se va”. Sonó lógico: Macri perdió en las PASO por 15 puntos de diferencia ante la fórmula que encabeza Alberto Fernández, candidato del Frente con Todos, y la banca también olió a despedida.
“¡Anótense para fiscalizar, que si no nos van a robar todo!”, gritó una señora antes de que cayera el sol en plena Plaza de Mayo. Otra reclamó la presencia de las cámaras de un canal de televisión: “¿TN dónde está? Yo no te puedo creer, ya te vendiste, qué rápido le soltastaste la mano”. Y no perdió tiempo: comenzó a enviar fotos y videos a grupos de WhatsApp afines, a compartirlo en las redes sociales bajos los hashtag #24AEnTodoElPais, #24AVamosTodos y #24APorLaRepublica. Tenía un objetivo: sortear el apagón informativo. Por detrás, en una cartulina blanca, se leía: “Defendamos la República. No aflojemos”. Los manifestantes, en gran porcentaje, pasaban la adultez. El promedio de edad osciló entre 50 y 80 años.
“La verdad es que no entiendo. Si vuelven, perdemos todos. El resultado de las PASO no es definitivo. Todos estamos esperando que unos cuantos se den vuelta. Porque si hay balotaje, ganamos”, afirmó Selva, de 61. A su lado, una amiga portaba una pancarta: “¿Cuánto dura el Tío Alberto en el poder?”. Otro puñado de entusiastas macristas, cerca de la Pirámide de Mayo, antes de que la policía abriese las rejas para que pudieran acercarse hasta la puerta de la Rosada en una orden atípica, entonó: “Vinimos con la Sube, vinimos con la Sube”. Cerca, una persona enrollada en la bandera de Venezuela levantaba un cartel: “República sí, chavismo no”.
Hasta que a las 19:04 Macri salió al balcón presidencial. La multitud estalló en un grito fino, un tanto histérico, al que le siguió el “Sí, se puede, sí, se puede”. Macri se golpeó el pecho, saludó y se abrazó a sí mismo, un gesto que inmortalizó Maradona en su partido de despedida en La Bombonera. “¡Mauricio no se va, Mauricio no se va!”, escuchó. Después de diez minutos, de agitar la bandera gigante que habían desplegado sus asesores en el balcón, los manifestantes entonaron el Himno argentino. Cinco minutos más tarde, empezó la desconcentración.