Miles de argentinos fueron a ver la gran final a Nápoles, la capital maradoniana de Europa

Por: Gabriela Figueroa

Más de mil argentinas y argentinos que viven o se encuentran en Italia y sus alrededores coparon Nápoles para vivir la final Argentina – Francia en la ciudad donde la épica de Diego Armando Maradona sigue intacta. El banderazo, la peregrinación al santuario del Diego y el festejo unificado con el pueblo napolitano en la Piazza Dante.

Comenzó con un grupo de whatsapp y un evento de Facebook. Más de mil argentinos y argentinas que viven en Italia y alrededores empezaron a convocar, el pasado miércoles, a una juntada masiva para ver la final del Mundial en la ciudad italiana más argentina que existe: Nápoles. El estadio Diego Armando Maradona, que dejó de llamarse Sao Paolo cuando falleció el ídolo el 25 de noviembre de 2020, fue la primera meta de este cúmulo de hinchas pero, según trascendió, ante la gran cantidad de personas, el comune no dio la autorización.

Igual nada detuvo la procesión masiva al santuario. La cita se dio desde las 11 de la mañana en la Piazza Dante. Allí se realizó un banderazo y, a las 14 horas de Italia, cada cual buscaría un lugar dónde mirar el partido. Si bien en el grupo de Facebook se difundió un listado de cafés y bares que pasarían el partido, a último momento se reveló un lugar con capacidad para mil personas, un boliche llamado “The Wall”.

Así lo contó Esteban Octavio Scuzarello (26), oriundo de Nueva Atlantis, provincia de Buenos Aires. Él vive en Florencia desde septiembre de 2021 y viajó a Nápoles por el fin de semana. “Es una locura lo que se está viviendo, hay un montón de gente que no solo es de Argentina, hay mucho napolitano que está cantando con nosotros, le estamos enseñando las canciones por fonética”, relata a Tiempo, a pocas horas de que Argentina ganara el Mundial de Fútbol.

“El boliche con pantallas gigantes estaba explotado, cuando salimos de ahí vinimos todos para Piazza Dante que es en el centro de Nápoles. En el subte, el ‘metrovías’ de Nápoles puso la canción de ‘Muchachos’ en los parlantes, todo el mundo cantando y ahora hay tambores, gente gritando, festejando y muchos argentinos llorando, viviéndolo a la distancia con su familia, con sus amigos, es una fiesta total”, cuenta mientras, de fondo, se escuchan los festejos.

“Me encontré con argentinos que están viviendo en Sicilia, Milán, Roma, pero la ubicación del boliche para ver la final no la dijeron hasta que no faltó nada para el partido, para que el comune no lo prohibiera –continuó–. Vine solo pero estoy rodeado de argentinos que no es poco y encontré todo a través de las redes sociales, puse en Twitter que me iba para Nápoles y alguien me dijo que me sume a esta iniciativa”.

El banderazo hasta el santuario del Diego

Es el segundo día en Italia para Ana Occhipinti y Adrián Caneva, ambos de Buenos Aires. Viajaron de luna de miel y conocer Nápoles era el sueño de Ana ya que es nieta de napolitanos. Se enteraron de la convocatoria para ver la final por un grupo de whatsapp y no dudaron en cruzar desde Roma, donde se encontraban. “Fue tremendo, fue un sueño cumplido, la tierra de mi abuelo y mi tierra se unieron y ganamos un mundial”, cuenta Ana con una voz que se quiebra de la emoción.

En Italia son las 2 de la madrugada pero ellos no pueden dormir. “El banderazo pasó sobre Avenida Toledo hasta llegar al Santuario del Diego. Cortamos la calle, creo que éramos más de mil, se te ponía la piel de gallina de la emoción de ver tanta gente por las calles angostas, todos los napolitanos festejando en los balcones y después nos juntamos de nuevo para ver el partido todos juntos y sufrir hasta el final, fue increíble”, dice Adrián. Y sigue: “había muchos napolitanos alentando, me paraban para decirme que Diego era como San Genaro. Fue una locura inolvidable, no te puedo explicar”.

Adrián cuenta que vio las 3 copas que ganó Argentina. “Esta final fue increíble, adoro a este equipo, me parece que en todo sentido es un símbolo de trabajo duro, inteligencia y corazón. Me encanta que Messi haya podido levantar la copa”.

Alejo Colter (22) y su pareja, Eugenia Unamuno (21), ambos de Capital Federal, vivieron el Mundial en Qatar, presenciaron todos los partidos hasta la semifinal, pero no consiguieron entradas para la final del campeonato. No se dejaron vencer por la decepción sino que buscaron pasar la final en el lugar más argentino de Europ.

“No conseguimos entradas (para ingresar al estadio en Qatar), hicimos todo el esfuerzo para poder ir a verlo a Qatar y no se pudo, nosotros teníamos la vuelta a Buenos Aires desde Roma entonces se nos ocurrió que ya que no podemos estar en Qatar, el segundo lugar para verlo era Nápoles, por todo lo que significa Diego para nosotros”, dice Alejo, con voz entrecortada de tanto festejo.

“La decisión de ir fue bastante repentina, sacamos el pasaje de tren y ida- vuelta desde Roma el mismo día. Fuimos al santuario del Diego a rezarle por la Copa del Mundo como el Dios que creemos que es”, acota. También se enteraron de la juntada masiva por un grupo de whatsapp: “Nos bajamos del tren a la mañana, con la camiseta de la selección puesta y desde el primer kiosco de diario que pasamos nos gritaron que todo Nápoles estaba con Argentina, fue la primera persona que vimos y a partir de ahí fue todo así. Los napolitanos marcharon con nosotros, se aprendieron todas las canciones pero también cantaban temas del Diego, de cuando jugaba en Napoli”.

En el corazón de Nápoles

Esa bienvenida napolitana que las personas entrevistadas cuentan y sienten es confirmada por Emanuela Borzacchiello (44), nacida en esa ciudad sureña. Si bien reside desde hace años en México, vivió la final en su tierra natal junto a su familia: “Vuelvo a Nápoles cada navidad. Todos los napolitanos tenemos una empatía tremenda con Argentina porque Maradona fue, en los años ochenta, un punto de referencia. Por primera vez podías decir que estabas orgulloso de ser de Nápoles, un lugar donde (solo era noticia porque) se mataba gente en las calles cada semana y todo mundo pensaba que los napolitanos eran ladrones y nada más”.

“Desde la mañana, muy temprano, empezó a llegar a Nápoles un montón de gente al centro histórico, venían de la ciudad pero también desde otras partes de la campaña. Adorando a Maradona, Nápoles le tiene una deuda increíble y claramente su corazón es fuertemente argentino. En los mundiales, cuando juega Argentina, para nosotros es parte de nuestro corazón, no traicionamos a Italia pero esperamos siempre que le vaya bien y en este mundial fue súper importante porque no estaba Italia y Argentina fue nuestro equipo”, se emociona.

Emanuela cuenta que la ciudad se llenó de camisetas de Argentina, de fotos de Maradona pero también de la selección. “Aquí se usa que el partido se vea en las casas, en familia, entonces a las 4 de la tarde exactamente, la ciudad que estaba súper llena se vació por completo. Todo el mundo empezó a ver el partido con los amigos, con las familias y los bares llenos, así como se hace para ver (partidos de) Italia y era increíble escuchar cómo se comentaba el partido y se decía que Diego desde el cielo estaba feliz mirando Argentina”, asegura.

Emanuela vio el partido en casa de sus amigos justo a la par del estadio Diego Armando Maradona. “Después de siglos, se cambió en su nombre del estadio cuando murió Diego y durante la noche después de que ganó el equipo argentino, alrededor del estadio otra vez, sin pensarlo se llenaron los espacios de flores y camisetas, es un espacio simbólico muy importante”, dice, mientras comparte un video donde el festejo parece interminable.

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