Representa lo que él espera de un dirigente: un «cuadro integral». Omar Plaini milita en el PJ desde su juventud, conduce el sindicato de Canillitas hace más de 20 años y forma parte del Consejo Directivo de la CGT. Además, en 2023 fue ungido como presidente del club Los Andes de su Lomas de Zamora natal.
A pesar de su recorrido en el MTA y más recientemente en el Frente Sindical para el Modelo Nacional, prefiere no acompañar a Abel Furlán y Juan Carlos Schmid en el nuevo Frente de Lucha disidente de la actual conducción. Cree que la mejor fórmula para sostener la unidad de la CGT es insistir con un triunvirato porque «los liderazgos hay que construirlos».
-¿El Consejo Directivo ratificó la agenda electoral?
-Sí. La elección es el 5 de noviembre en Obras y el Comité Confederal el 18 de septiembre.
-¿Hubo debate?
-Se analizó la realidad y debatimos si habrá un solo secretario general. Vamos a un triunvirato porque los liderazgos se construyen. No es una formalidad. Construir un Ubaldini, un Rucci o un Hugo Moyano lleva tiempo y un recambio generacional. Los liderazgos en la política y el sindicalismo están en crisis en todo el mundo. La CGT tiene una gran virtud no reconocida.
-¿Cuál?
-Mantuvo la unidad en las diferencias cuando hoy no hay fuerza política que tenga un líder claro. El presidente es un hombre sin historia ni pasado, un accidente histórico. El nuestro es un sindicalismo distinto al del resto del mundo desde Juan Perón, cuando pasamos a ser grandes protagonistas, la columna vertebral de un movimiento. Es un sindicalismo que no es solo de conflicto. Discute salarios y condiciones laborales pero también gestiona y administra como cualquier gobernador: salud, educación, formación profesional, turismo, recreación. Por eso Sturzenegger dijo «hay que sacarles los recursos a los sindicatos». Perón lo definió magistralmente: «La organización sindical es la familia de carácter permanente».
-Con Perón la CGT ocupaba un tercio de los cargos parlamentarios. ¿Por qué ahora la cosecha fue tan magra?
-La principal razón es que la dirigencia política ha dejado de lado ese criterio de que somos la columna verte-bral del movimiento. ¿Podría existir el peronismo sin los trabajadores? Además, perdimos el brazo político que eran las 62 organizaciones y ya no estuvimos en la mesa de la definición estratégica de poder. La CGT presentó primero cinco puntos y después 17 pero al PJ no lo conduce un hombre del sindicalismo. Tenemos que recuperar lo que dijo Perón: la CGT debe ser un factor de poder y no un instrumento de presión. Hay que tener iniciativa. Quizás con esta generación joven en la CGT se pueda.
-Kicillof había dicho que los sindicalistas que iban a ocupar los cargos parlamentarios los iba a elegir la CGT…
-Un grupo de compañeros de la CGT fue a visitar al gobernador y se lo pidieron. El nombre que representa a la CGT es Hugo Moyano hijo, que integra las filas de Camioneros. El volumen de representación viene siendo magro hace mucho y no es acordado con la CGT.
-¿Por qué Daer y Acuña no buscan su reelección?
-Está muy bien que haya renovación. No hay muchos que hayan estado 9 años al frente de la CGT.
-¿Qué balance hace esta conducción? Han sostenido la unidad pero en esta década hubo un retroceso inédito de la clase trabajadora.
-La CGT ha tenido un rol muy importante. Nos tocaron gobiernos como el de Macri, después vino uno del campo nacional y popular que no fue el mejor. Nos agarró la pandemia, pero siempre en un gobierno peronista tenemos la posibilidad de discutir y acordar. Ahora, este gobierno pasó todos los extremos pero observemos los resultados. La CGT fue la primera que salió a disputarle. Frenamos el capítulo IV del DNU 70, marchamos a Tri-bunales, hicimos medidas de 12 y 24 horas, acompañamos a los universitarios y al colectivo LGTBI. Quizás no lo hicimos en la medida que muchos quieren pero evitamos, por ejemplo, la desregulación laboral, la modificación de la Ley de Contrato de Trabajo y el límite al derecho de huelga. También paramos la nueva Ley de Asociacio-nes Profesionales que Martín Tetaz intentó imponer tres veces. No se vislumbra la dura tarea de tener que bus-car una negociación con sectores que están en las antípodas. ¿Alguien puede dudar que si los dirigentes de la CGT pudiéramos modificar todo un gobierno y una política lo haríamos? ¿Por qué la política del campo nacional y popular no lo resuelve? Nosotros no gobernamos. Es muy fácil decir «ahí está la infantería, que se haga cargo la CGT». No quiere decir que no tengamos claroscuros y que podríamos ir a más velocidad. Dentro de lo posible, la CGT ha estado presente.
-¿Si el gobierno veta leyes populares como la de financiamiento universitario hay que ir a un paro o el partido ya se juega en octubre?
-Siempre hay situaciones para tomar medidas. El tema es que sea contundente y efectiva. La negociación y la confrontación siempre están. Hubo legisladores que hicieron pasantía en el peronismo y después levantaron la mano con el gobierno.
-Pero ahora están todos en las listas del peronismo. ¿Es buena esa unidad?
-La unidad tiene que ir acompañada de solidaridad y organización. Los gobernadores defendieron sus provin-cias. No voy a juzgarlos. Sí juzgo cuando se apartan de los tres principios del peronismo.
–¿En la CGT primó la estrategia dialoguista o la confrontativa?
-Utilizamos ambas cosas. Cuando uno está al frente de una organización tiene que saber que el diálogo forma parte. El conflicto es para dialogar.
–¿Pablo Moyano se equivocó al renunciar?
-No juzgo a un compañero. Es una pregunta para Pablo. Un viejo dirigente sin-dical decía «los trapos sucios se juegan en casa.».
-¿Participó de las dos reuniones previas a la del Consejo Directivo?
-Fui a la del SETIA (sindicato textil) porque convocó la CGT. La otra reunión la organizó Abel Furlán, que es secretario gremial del PJ.
-Pero fue el espacio donde se agrupó el Frente de Lucha por la Soberanía y usted venía participando ahí.
-Soy fundador del MTA y del Frente Sindical para el Modelo Nacional. Mi organización no está en el Frente de Lucha. Hay que mantener la organicidad de la CGT. Es saludable que debatamos y son compañeros muy lúcidos pero el marco es el Comité Central Confederal.
-Ellos están planteando un solo secretario general y proponen a Furlán o Juan Carlos Schmid. ¿Puede ha-ber una escisión?
-No quieren escindir. Es una corriente interna. Es bueno que haya una renovación en el triunvirato. Hay gente joven e interesante.
-En SETIA mencionaron a Jorge Sola (seguros), Cristian Jerónimo (vidrio) y Maia Volcovinsky (judiciales) pero a nadie de ese otro espacio.
-No es un tema de espacios. Entre esos tres compañeros están la industria, los servicios y el Estado. Sería una representación muy valiosa. Los del Frente van a ocupar secretarías por la historia de sus organizaciones. La discusión es el programa.
-Ese sector dice referenciarse en Huerta Grande, pero presentaron un programa mucho más moderado…
– Es otro contexto político y social. Cuando estamos en procesos electorales siempre aparece la palabra programa. Las aspiraciones son legítimas, pero des-pués hay que buscar la armonía entre todos. Lo fundamental es mantener la uni-dad de la CGT. Hay cuadros brillantes en la CGT. Perón hablaba del ‘cuadro inte-gral’. El que podía operar en la cosa pública, en el sindicato, en el partido político, en la unidad básica, en la cooperadora, en la parroquia y en el club de barrio. Eso no se ha formado últimamente. En la CGT los cuadros no los preparamos ni en Harvard ni en Chicago, se preparan en la lucha cotidiana entre el patrón y obrero. Todavía no emergió ninguno como para su superar el formato del triunvirato. Hay que construirlo.
-¿Se discutió en el Consejo Directivo el tema de la acreditación de los congresales?
-Se definió que la organización que no tiene la cuota como corresponde no va a participar ni del Confederal ni del Congreso. Nadie se va a quedar afuera, son organizaciones hermanas y hay posibles moratorias, pero se va a respetar el estatuto porque si no se disuelve la organización.
-¿Cuál es el liderazgo que está emergiendo en el peronismo?
-No aparece porque los gobernadores son una confederación de ellos mismos. Espero que en algún momento haya una conducción que abarque a todo el peronismo en sus distintas vertientes.
-Kicillof parecía…
-Después de los problemas que ha tenido por ir en dos elecciones me exime de cualquier otro comentario. Dentro del peronismo ha habido muchas situaciones que no se pudieron conjugar.
-¿El liderazgo de Cristina está agotado?
-No sé si agotado pero evidentemente no ha podido conjugar todas las expresiones por razones que sería largo enumerar.
-¿A Sergio Massa lo considera un hombre del peronismo?
-Claro que sí. Junto con Cristina me parecen los dos estadistas que tiene el país hoy. Es un hombre que se ha preparado toda la vida para ser presidente y tal vez lo sea porque es un hombre joven. Si no hubiéramos tenido todos estos egos, hoy el presidente no sería el que tenemos.