El juez le dictó la falta de mérito luego de realizar una compulsa de todos los documentos extraídos de sus computadoras y comprobar que no están relacionados con el material de inteligencia que tenía D'Alessio en su poder.

Fue clave en la resolución la compulsa de los archivos y documentos encontrados en las máquinas de computación que utilizaba Luffi en las oficinas de Prefectura, y una comparación con los elementos encontrados en el allanamiento a la casa de D’Alessio, en el country Saint Thomas, de la localidad bonaerense de Canning.
“Se efectuó por Secretaría una compulsa manual de todos los documentos creados a través de Microsoft Word y Excel que fueron extraídos de las computadoras utilizadas por el imputado Luffi, pudiéndose advertir no sólo que no obraban en ellas ninguno de los documentos de inteligencia que poseía D’Alessio en su poder, sino también que el usuario creador de muchos de esos documentos se encontraba identificado como ‘Marcos Antonio Luffi’, es decir, por el nombre completo del imputado y no sólo por su apellido como se consignaba en aquellos archivos que conformaban la prueba de cargo”, explicó Ramos Padilla en su resolución, de 30 páginas, a la que accedió Tiempo.
“Se ha arrimado a la instrucción un elemento objetivo sustancial que no ha permitido corroborar con un grado mayor de probabilidad aquellas sospechas iniciales que se habían ido recabando acerca de la posible participación de Marcos Antonio Luffi en la asociación ilícita investigada; por el contrario, no sólo no se logró –al menos por el momento- hallar ninguno de los documentos que contenían información de inteligencia obtenida de modo ilícito cuya autoría se le atribuía al imputado, sino que tampoco se corroboró que las computadoras por él utilizadas tuvieran el mismo nombre de usuario creador de los documentos -‘Luffi’-“.
Ramos Padilla llegó a Luffi después de encontrar múltiples archivos en una computadora secuestrada en la casa de D’Alessio en la que un usuario identificado de esa manera, “Luffi”, había creado archivos con información de inteligencia de varias de las actuales o potenciales víctimas de D’Alessio. El método que utilizó para identificarlo fue singular: buscó en el Boletín Oficial si había algún prefecto de apellido Luffi, lo encontró y tras “discretas y urgentes tareas de inteligencia” allanó su domicilio y oficinas y lo detuvo.
Luffi siempre negó cualquier relación o conocimiento con los hechos investigados y las personas imputadas en la causa de Dolores. Una semana después de su detención, el juez dispuso que “se deberá estar a la espera de que, con la continuidad de la pesquisa, se puedan arrimar nuevos elementos probatorios que pudieran admitir adoptar una decisión distinta en uno u otro sentido”, es decir procesarlo o dictar el sobreseimiento definitivo.
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