Reencuentro

Por: Cecilia González

Alegría. Emoción. Sanación. A ratos, incredulidad.

Se aligeran las restricciones. Parece que la pandemia se va. ¿Se va? Y entonces salimos y volvemos a ocupar las calles. Ya nos podemos quitar el barbijo si estamos al aire libre. Caminamos y el viento o el sol se estampan en nuestros rostros. Raro. Hermoso. Renacimiento.

Nos amontonamos en los puestitos de la Feria de Editores para buscar y comprar libros. Hay ansiedad. El malón se repite en la Noche de las Librerías, que se extiende hasta San Telmo. Corrientes, colmada, ya no alcanza.

En realidad parece que nada alcanza. Ni San Telmo, ni los bosques de Palermo, ni la Costanera, ni Puerto Madero, ni Recoleta. Es fin de semana y hay sol. Amontonamiento asegurado en cualquier rinconcito de Buenos Aires, más si hay árboles, con plantas, con pasto. En cualquier espectáculo o propuesta privada o pública, paga o gratuita. Estamos ávidos de mirar, de escuchar, de tocar. De airear el cuerpo, la mente y el espíritu que tenemos tan vapuleados.

Necesitábamos tanto este respiro. Ya sea para ir al Filba, al cine, al teatro, a una exposición, a escuchar música en vivo, a un bar, a un club. La Noche de los Museos, de plano, estalla. Arte para sanar el alma después del larguísimo cimbronazo pandémico que todavía no tiene fecha de vencimiento. Organizamos fiestas para los nenes y nenas que el año pasado celebraron en soledad. Y para los adultos, también. Retomamos las juntadas, las canciones, los bailes, los brindis, las tortas, todavía sin atrevernos a hacer convocatorias masivas en interiores.

Hay que aprovechar los exteriores.

Dejar el teléfono, la compu y la tele los fines de semana. Hacer planes sociales. Visitar o recibir visitas. Sacar la vajilla, las copas y el mantel de las ocasiones especiales. Volver. Marchar. Andar. Para protestar, celebrar, meditar o, simplemente, disfrutar.

Regresar, por fin, a las canchas. Organizar asados. Recorrer las librerías. Disfrutar los cielos. Ver a la gente pasar. Retomar los cotidianos actos de amor en las calles. Sí. Los hay. Y son tantos. Planear vacaciones. Ir a bailar salsa, rock o tango. Las milongas intentan florecer.

Una abuela que besa y estruja a la nieta que no vio durante tantos meses. Una pareja que, después de casi dos años, deja a sus hijos en casa para tener una salida romántica y sentirse novios de vuelta. La construcción de los recuerdos del porvenir.

La tranquilidad de haberse vacunado. La responsabilidad de saber que esto todavía no acaba. La desazón por testificar la devastación social traducida en una mayor y más evidente indigencia. La certeza de que no volveremos indemnes a eso que llamamos «nueva normalidad». Que tampoco nos convertimos en mejores seres humanos, como se especulaba con vano romanticismo en los albores de la pandemia. Que cargamos con un traumático lenguaje: coronavirus, cuarentena, aislamiento, controles, respiradores, distancia social, cierre de fronteras, barbijos, hisopado, contagios, restricciones, confinamiento, repatriación, varados, PCR, curvas, aplanar, Zoom, infodemia, aperturas, Delta, picos, descensos, vacunas; primera, segunda, tercera dosis; infectólogos, ciencia, alerta epidemiológica, inmunocomprometidos…

Pero hoy, sobre todo, a pesar de todo, están los abrazos recuperados.

La esperanza, muchas veces voluntariosa.

La sensación de que sobrevivimos.

Y de que seguimos. «

Compartir

Entradas recientes

Quita de subsidios: boletas de luz y gas llegarán con subas de hasta el 75%

El gobierno propuso un nuevo esquema que acota el universo de beneficiarios y los niveles…

2 mins hace

El peronismo destaca que el Presupuesto de Milei «no le da nada a los gobernadores»

El principal partido opositor se prepara para las sesiones extraordinarias convocadas por Milei. La lectura…

18 mins hace

A pesar del mercado interno en crisis y el dólar planchado, la inflación no bajará del 2%

Los analistas creen que en noviembre se dio el pico de los últimos meses y…

38 mins hace

Recordar para resistir al autoritarismo

El 9 de diciembre de 1985, la Cámara Federal dio por probado el plan criminal…

1 hora hace

Industriales se aferran a la reforma laboral mientras la crisis del sector dispara la interna fabril

La conducción de la UIA relativiza el cierre de plantas con el argumento de que…

2 horas hace

Juego de espías: internas, despilfarros y absurdos

En septiembre, el hijo del nuevo Señor 5 viajó con recursos de la SIDE a…

2 horas hace

Valentina Bassi: «Creo que este Gobierno quiere desmantelar todo el sistema de salud»

El documental de Ulises Rosell, "Presente continuo", acompaña el vínculo entre un joven con trastorno…

2 horas hace

Esperan una condena ejemplar contra el ginecólogo Diego Clementi por abusar sexualmente de al menos 14 mujeres

"El único objetivo de las denunciantes es que no siga victimizando", dijo la abogada Perugino…

2 horas hace

En Venezuela se estrena el Corolario Trump a la Doctrina Monroe

La Casa Blanca presentó la Estrategia de Seguridad Nacional 2025 con un detalle de la…

2 horas hace

Milei da un nuevo paso al subdesarrollo

Argentina gasta 301 millones de dólares para comprar 24 F16 de fabricación estadounidense que Dinamarca…

2 horas hace

Maradona y Messi, a través del hilo invisible del destino

Como Diego en 1994, Leo jugará su última Copa en Estados Unidos en 2026. Los…

2 horas hace

Jorge Macri intenta resistir la posible fuga de legisladores a La Libertad Avanza

Casi en espejo con la situación en Diputados, la cohesión de la bancada del PRO…

3 horas hace