La receta de esta semana viene bien fresca para el calor que tiene la primavera. Colores en el plato.

Empezás con los tomates cherry enteros, en una sartén amplia. A fuego medio tirando a fuerte, hasta que veas que se empiezan a “quemar” los cherrys. Sin miedo: queremos que pase eso. Les va a dar sabor y después se van a abrir, soltando el jugo y formando una salsita.
Cuando los tomates están apenas chamuscados después de girarlos un poco, agregás un chorro de oliva amistoso. En mi caso ahora sumé el verdeo picado chiquito también, podés obviarlo o reemplazarlo por cebolla o echalotes. Primer toque de sal para que los tomates empiecen a dar jugo. Ya podés sumar el ajo picado, que no se va a quemar. Apenas un poquito después, los hongos fileteados. Y sarteneás.
Con sólo un par de minutos, los tomates hacen lo suyo y los hongos también dan algo de líquido. Ahora va una vuelta de pimienta, y si querés agregar vino blanco, unas gotas de balsámico o de soja es el momento. Dejá evaporar antes de seguir. Si querés, un toque de dulce (sea azúcar o miel o lo que prefieras) equilibrá el ácido del tomate y es bienvenido. Bien pueden ser las pasas de uva.
Se agregan las aceitunas cuando no vas a cocinarlo mucho más. Si tenés alcaparras también. Esta es la parte que invita a los fideos a la sartén: después vienen sólo las hojas verdes, que se cocinan con sólo mirarlas, y no queremos pasarlas.
Voilá. Así ya sos feliz y querés cenar de la sartén derecho, con un toque final de sal y pimienta. Pero antes de apagar el fuego, adentro van la albahaca y la rúcula (o la espinaca fileteada), y un par de vueltas sarteneras como para que tomen temperatura. Si sos fan del queso rallado, ya le podés poner para que se vaya amigando con el plato. Apagá el fuego, los verdes se van a terminar de cocinar así, sin volverse mustios.
Eso es todo amigas y amigos. Más queso en la mesa y más oliva crudo para quien prefiera. No creo que las fotos le hagan justicia a lo fácil, rico y básico que es este plato.
INGREDIENTES
l Una taza de tomates cherry (con tomate en cubos no sale…).
l Una taza de hongos champignones o portobellos fileteados.
l Un puñado grande de albahaca.
l Aceitunas negras a gusto.
l Dos dientes de ajo (puede ser reemplazado por verdeo o cebolla colorada si te emperrás.)
l Sal y pimienta. Pimienta bien eh, con ganas.
l Una taza y media de rúcula (o espinaca).
l Aceite de oliva: está bueno ser generoso en esta receta. Es la única materia grasa y la verdad, viva la vida.
l Media taza de parmesano rallado, o algún otro queso semiduro rico.
l Más opcionales ricos: alcaparras, pasas de uva, un poquito de verdeo, tomillo, ralladura de limón, chorrito de vino blanco, gotitas de aceto balsámico o soja, almendras tostadas al servir, rulitos de jamón crudo (para todos los gorditos que me están leyendo). No pongas todos juntos. Demasiados sabores confunden.
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