Para el hermano de Santiago, es muy importante poder reconstruir el caso sin la participación de la policía provincial.

“Aún no sabemos bien lo que pasó con Lautaro. Si bien estuvo 78 horas desaparecido, por los elementos que hay sería muy prematuro hablar de desaparición forzada. Falta información”, explicó a Tiempo Sergio, quien agregó que esta perversa modalidad “no tiene que ver con la cantidad de días, sino que hay que establecer si actuaron agentes y de qué modo. Esto puede pasar en 5 minutos o en 78 días, como le pasó a mi hermano”.
“Hay que establecer si la policía lo tuvo apartado, lo detuvo y obligó a entrar en el río como en el caso de Ezequiel Demonty. Sin esos datos, se me hace muy difícil poder hacer una comparación”, argumentó Sergio, que recordó en el caso de Santiago “hubo una represión y lo hicieron desaparecer. No lo digo porque se me ocurre; el Estado me dijo eso porque según los testigos, él corrió, se entregó y lo detuvieron. En el medio, los funcionarios de ese momento, con Patricia Bullrich a la cabeza, negaron los hechos e intentaron durante un mes desviar investigación. Después, el cuerpo aparece exactamente en el mismo lugar que había sido rastrillado tres veces: el 5 y 12 de agosto, y el 18 de septiembre; finalmente, aparece el 17 de octubre”.
Para el hermano de Santiago, será clave para saber qué pasó con Lautaro poder determinar cuanto antes cómo sucedieron los hechos. “Nosotros no discutimos la causa de muerte de mi hermano, que es ahogamiento con ayuda de hipotermia, lo que criticamos es que el juez haya querido cerrar la causa, sin haber hecho una reconstrucción y una investigación seria”, insistió.
En la mañana de este miércoles, el abogado de la familia de Lautaro, Hermindo González, relató a Tiempo que la desaparición del joven se dio en el marco de una cuestionada maniobra policial, que buscaba desalojar por la fuerza a los chicos de las barriadas que estaban en la Costanera, más precisamente un lugar llamado Playa Arazaty, un espacio público copado por bares y pubs privados.
Según contaron familiares de la víctima, Lautaro y un amigo habían ido a una fiesta en la zona hasta que en un momento dado se generó una pelea. La policía provincial comenzó a reprimir con postas de goma y no se descarta que también hayan usado balas de plomo. Tras una persecución de más de 500 metros, ambos chicos se metieron al río. “Ante la producción de esta situación y la desaparición, personal policial se fue con el otro chico esposado. Esto implica por lo menos la figura homicida de abandono de persona, seguido de muerte”, le dijo González a Tiempo. Por si fuera poco, los uniformados no dejaron asentada esta situación.
Por su parte, la Fiscalía de Instrucción 6 correntina, a cargo de la investigación, informó esta tarde en un comunicado que la autopsia realizada en el Instituto Médico Forense del Poder Judicial reveló que el chico murió ahogado y que el cuerpo “no presentaba lesiones traumáticas que denoten algún grado de violencia ejercida”.
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