En el juzgado de Bonadio, el vaciador de empresas dijo que recibió dinero para imprimir boletas. E intentó despegarse de la estafa a los trabajadores del Grupo 23.

Durante una rocambolesca declaración en los tribunales federales de Comodoro Py, con show mediático a la entrada y a la salida del juzgado, Szpolski respondió preguntas y no presentó un escrito, como suelen hacer el resto de los imputados.
El exdueño del Grupo 23 fue citado a indagatoria como parte de la presunta asociación ilícita que Bonadio le achaca a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, a otros exfuncionarios y a empresarios.
Szpolski se presentó acompañado por sus dos abogados, Santiago Blanco Bermúdez y Julián Subías, los mismos que representan al exespía estrella Jaime Stiuso.
El dinero –subrayó– le fue entregado por otro ex funcionario, Juan Carlos «Chueco» Mazzón, ya fallecido, y representaba «el diez o 12 por ciento del padrón de la Provincia de Buenos Aires». Las boletas fueron confeccionadas en los mismos talleres en los que se imprimía Tiempo.
Szpolski pidió interrumpir su declaración por la celebración judía del Shabat. En rigor, esa liturgia comienza minutos antes de la puesta del sol del viernes pero el empresario detuvo su declaración en torno a las 12 del mediodía. Anunció, en ese sentido, que reanudará la declaración el próximo lunes a las 10. El juez Bonadio no estuvo en la indagatoria.
Antes y después del trámite judicial, Szpolski protagonizó un espadeo verbal con un grupo de periodistas que cubrían la información. Allí, se desentendió de la defraudación económica, laboral y de vida contra los trabajadores del grupo periodístico que encabezó. Negó haber recibido proporcionalmente la mayor pauta durante el gobierno kirchnerista y en ese sentido ejemplificó que contaba con 1400 empleados: «proporcionalmente, si la cuenta es cantidad de pauta sobre cantidad de empleados, la respuesta (sobre la pauta) es ‘no'».
Ante vehementes y desordenadas preguntas, incluso de periodistas que fueron víctimas de su conducta empresarial, Szpolski intentó desligarse de las obligaciones con las que no cumplió, trató de responsabilizar a las empresas que fueron comprando los medios del Grupo 23, ignoró que la venta de Tiempo Argentino y Radio América al detenido Mariano Martínez Rojas nunca se oficializó y, pese a que afronta una causa penal por evasión de aportes previsionales, tuvo el tupé de decir que «los aportes se pagaban». «
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