Una fábula colombiana: cómo el Pibe Valderrama abrió el tiempo e hizo respirar al fútbol

Por: Kurt Lutman

Entre las ciénagas y las tribus cercanas al Mar Caribe, el 10 aprendió a ver en milésimas lo que a cualquier otro jugador le costaría segundos, una enseñanza -que en cada instante se esconden horas- que luego trasladaría a su época de conductor de la gran selección colombiana entre 1985 y 1998.

El pibe Carlos Valderrama camina lento por la costa de Santa Marta, Colombia, pueblo de cara al Mar del Caribe.

Lo vieron patear su primer pelota ahí mismo, en barrio “Pescaito” a principios de los años sesenta. Todo un mar para él, que él elige solo sentarse a contemplarlo.

No siempre fue así.

Cuentan que de pequeño “El Pibe”, este muchacho calmo, templado, casi camaraléntico supo ser inquieto, movedizo, relampagueante.

Las doñas del barrio lo describían como “un sabandija” y las más enojadas le atribuían el mote de “El hijo del demonio”.

A los diez años fue el rey de la “Chamarrita”, una especie de gomera hecha con rulero y globo que sirve para romper los focos del alumbrado público.

A los 13 sus hormonas lo rumbearon al alcohol, las mujeres y las peleas callejeras a puño limpio. Peleas que casi siempre perdía con altura.

Juana Palacio, su madre, intentó reconducirlo a la calma y al no encontrar respuestas ni siquiera en la oración a la Virgen de Chiquinquirá optó por pasarle la posta a Tiíto, hermano de ella. Si bien Tiíto no era ejemplo para nadie, le puso garra. Su primer intento pedagógico puede decirse que fue limitado. Le mostró el revolver que siempre llevaba en su cintura invitándolo a que se amanse. Al ver que al pibe no le temblaba la pera lo subió a un bote y empezó a remar para el norte de Santa Marta donde el mar se adentra en la selva y las ciénagas aparecen de a una.

Estas aguas son espesas, pantanosas, de fluir lento.

En cualquier mapa de Colombia se las reconoce bajo el nombre de Ciénaga Grande de Santa Marta, Ciénaga del Tigre, Ciénaga Tamaca, y al final del cauce Ciénaga La aguja. Sobre esta última habita una tribu llamada Maku, su nombre se desprende de un reptil de la zona que hace todo de manera pausada.

La leyenda habla de un castigo divino donde el reptil fue sentenciado a cámara lenta para que aprenda a no robar y almorzar los huevos de las demás especies.

Tiíto al llegar a la aldea encalló el bote e hizo un sonido que intentó ser el de un pájaro, forma tradicional de tocar el timbre en la selva. Lo agarró del brazo al “pibe” y lo entregó a Kasuma, líder veterano de la tribu. El joven Valderrama, desde la costa de Ciénaga la Aguja, vio salir meta remo a Tiíto hasta que lo perdió de vista.

«El pibe», ya siendo jugador de Selección, narraría en un vestuario años después que apenas atravesaron la primera ciénaga perdió noción del tiempo y no pudo ya saber si el viaje duró minutos o meses.

Si al llegar convivió con ellos dos días o dos años. Lo único que registró de forma nítida hasta el detalle mínimo fue a una morocha que según él rajaba la tierra y lo enamoró. Su nombre era Solé, Sobrina de Kasuma.

Lo cierto es que su vida cambió. Lo cierto es que su fútbol cambió. De la camiseta numero 11 que acostumbraba llevar atolondrada y vertiginosamente de adolescente en el club Unión Magdalena, se calzó la diez y la conducción para siempre de la selección que mejor jugó al futbol en toda la historia de Colombia.

Él aprendió, con la 10 en la espalda, a ver en milésimas lo que a cualquier otro jugador le costaría segundos. Aprendió a “abrir el tiempo». A respirar las decisiones dentro de la cancha. Kasuma le enseñó que en cada segundo se esconden horas y lo entrenó en el arte de detener el reloj interno.

Se fue de Ciénaga La aguja tiempo más tarde.

¿Dos días? ¿Dos años?

Se fue porque el “entrenamiento” había finalizado, pero también porque “el negro” Logó, fornido novio de la bella Solé, lo había querido cagar a trompadas un montón de veces por atrevido.

Él se despidió de los Maku (de todos menos de Logó, a quien saludó de lejos) con abrazos lentos y miradas quietas.

Luego, dentro de las canchas, el pueblo colombiano lo disfrutó a mares.

Vistió la camiseta de su país desde 1985 a 1998 donde jugó su último Mundial en Francia. Su mejor época fue bajo la conducción del sabio Francisco “Pacho” Maturana, el técnico que creía que el fútbol, el arte, las mujeres y la belleza eran sinónimos.

Durante esos 13 años, Dios o la Virgen de Chiquinquirá, lo rodeó de artistas dentro de la cancha.

René Higuita, Leonel Alvarez, Freddy Rincón, Faustino Asprilla y el “Gordo” Iván Valenciano fueron sus compañeros de orquesta.

Orquesta que les tocó cumbia colombiana a todas las potencias del fútbol mundial para que bailen a su ritmo.

Compartir

Entradas recientes

Guerra Rusia-Ucrania: “Estamos en las etapas finales” dijo Trump luego de recibir a Zelensky

La reunión tuvo como eje central un plan de paz de 20 puntos que, según…

4 horas hace

Familiares de Los 12 de la Santa Cruz presentan una denuncia penal contra Lilia Lemoine

La diputada libertaria celebró durante un programa de streaming expresiones referidas a las víctimas de…

5 horas hace

Falleció el cantor de tango Ricardo “Chiqui” Pereyra

Murió como consecuencia de complicaciones luego de un accidente doméstico. Fue un partícipe recurrente de…

7 horas hace

Un adiós al actor Pablo Moret

Murió el artista francés nacionalizado argentino que marcó el cine de los '50 y 60'…

10 horas hace

Murió Brigitte Bardot, el ícono que revolucionó el cine y el deseo femenino

La actriz deja un legado que trasciende la pantalla: del mito erótico de los años…

15 horas hace

Ahora el Gobierno busca ampliar el respaldo para la reforma laboral

Tras la aprobación del Presupuesto, la Rosada tendrá que cumplir las promesas hechas a los…

1 día hace

Economía y finanzas: dos rescates y varios malabares para evitar la declaración de quiebra

El pago de la deuda es el eje de la política de Milei y Caputo.…

1 día hace

El derrumbe de la demanda interna preocupa a los sectores industriales de cara a 2026

Prevén que el consumo en la Argentina seguirá planchado por la falta de recomposición de…

1 día hace

«Ajústense el cinturón»: Milei cierra el año sobrado y con el PJ en clima de asamblea

El último triunfo en el Senado sumado al de la elección de medio término consolidaron…

1 día hace

El año en el que nueve de cada diez nuevos empleos fueron precarios

Avanzaron el trabajo no registrado y el monotributismo, al punto que 2025 cierra con más…

1 día hace

Breve historia de una fuerza manchada con sangre

Durante sus nueve años de existencia, la “Unidad Táctica de Pacificación” fue artífice –según estadísticas…

1 día hace

El asesinato de Gabriel González confirma a la policía porteña como la fuerza más letal

El informe preliminar de la autopsia aseguró que la causa de la muerte del vecino…

1 día hace