Una memoria sobre la Fiat en Argentina y las dos caras de una época

Por: Gerardo Aranguren

El historiador Camillo Robertini publicó una investigación que, entre otros temas, revela el contraste del posicionamiento de los trabajadores de las distintas plantas en la dictadura.

Camillo Robertini es historiador, investigador en la Universidad de Chile. Nació y estudió en Italia y, durante una estadía de investigación, llegó a la Argentina con una idea para su tesis doctoral: investigar la resistencia obrera a una dictadura que había tenido como su víctima principal a los trabajadores. Pero esa idea inicial empezó a entrar en crisis cuando profundizó en las entrevistas a obreros de la planta de Fiat en El Palomar, provincia de Buenos Aires. Había un sector muy importante de los trabajadores que, lejos de las posturas combativas de sus compañeros, eran despolitizados, habían apoyado las posturas conservadoras de la burocracia sindical e incluso defendían el accionar de la dictadura. 

Años después, Robertini volcó esa investigación en el libro Érase una vez la Fiat en Argentina. Una cadena de montaje entre memorias e historias,que se acaba de publicar en la colección Pasados Presentes de Prometeo, que cuenta la historia de la automotriz en Argentina a través de la voz de sus trabajadores y aborda el debate sobre el consenso que generó la dictadura en la sociedad y en la clase obrera en particular.

“Eso no quiere decir que los trabajadores militaron las posiciones y las ideas de la última dictadura militar, pero podemos decir que algunos trabajadores compartieron un horizonte político y una perspectiva para el país que consideraba como elemento positivo el fin de la llamada ‘subversión’ y el fin del gobierno de Isabel Perón. En ese sentido, hay que remarcar el rol de la prensa, que fue construyendo este consenso hacia una opción autoritaria que ‘salvara’ de alguna forma ese pequeño bienestar que habían alcanzado. Entonces, algunos trabajadores sintieron un alivio con la llegada del último gobierno militar. Eso no quitó, por supuesto, que los mismos trabajadores de la Fiat, de grandes y de pequeñas y medianas empresas, fueran víctimas del terrorismo de Estado. Eso es uno de los elementos más ambiguos: actitudes sociales no conflictivas por parte de sectores que al final se ven afectados”, explicó Robertini en diálogo con Tiempo Argentino.

En el libro planteás la diferencia entre lo que ocurrió en la planta de Fiat de Córdoba y en la de El Palomar. ¿Por qué se daba esa diferencia?

–Sitrac y Sitram (Sindicato de Trabajadores de Concord y Sindicato de Trabajadores de Materfer) fueron dos sindicatos cordobeses que fueron ganados por la conducción clasista y que fueron un verdadero ejemplo en la lucha de clases en Córdoba. Mientras que el sindicato de Buenos Aires después pasó a la UOM y la hegemonía sobre la clase trabajadora la mantuvieron los sectores conservadores, el peronismo más reaccionario. Entonces, estos grupos más combativos no lograron una hegemonía por la fuerza que tenía la derecha peronista y por el apoyo que tenían de la base obrera.

–Sin embargo, los años ’70 fueron una época de mucha conflictividad obrera en Buenos Aires también.

–En Buenos Aires, y sobre todo en la empresa Fiat, la hegemonía del peronismo no se forma en una falta de conflictividad, sino en que el peronismo logra encausar la conflictividad para las luchas y las demandas que consideraba centrales para sus propios afiliados, es decir la puja salarial, la mejora de las condiciones laborales, sin llegar en ningún momento al cuestionamiento de la propiedad de los medios de producción. Entonces, si bien estamos frente a un contexto en el cual existía la conflictividad, tenía una fuerza y unas demandas muy distintas.

–Contás en el libro que venías con una idea de investigación y que, a medida que avanzaste con las entrevistas, esa idea original fue cambiando.

–Sin ninguna originalidad, como hijo de personas de izquierda europea, que me formé en un contexto de izquierda, llegué a América Latina con todos los “prejuicios” típicos de un europeo de 24 años, que la consideraba repleta de revolucionarios. Con esa premisa, decido tomar contacto con los exobreros y es ahí donde se produce un verdadero choque de mis preconceptos sobre la clase obrera como agente revolucionario ya que de repente me encuentro con exobreros de las líneas de producción que pensaban, actuaban y recordaban con tintes claramente medioclasistas. A raíz de esas entrevistas, que luego confronté con la documentación, me di cuenta de que ese carácter revolucionario, que nosotros dábamos por sentado en los sectores obreros, en realidad tenía un alcance mucho menor, y eso de alguna forma lo fui confirmando con entrevistas a exobreros militantes, que habían participado en el ERP y Montoneros, que subrayaban la dificultad de alcanzar a esa clase obrera, hija de la última migración europea, muy conservadora, y movilizarla hacia un proceso revolucionario.

–En tu investigación planteás que en esos sectores había cierto consenso frente a la dictadura.

–La represión y el consenso social son dos caras de la misma moneda, es decir, un sector se puede reconocer como beneficiario de una dictadura o de un gobierno. Podemos hacer un rápido repaso de lo que pasó en Argentina desde el ‘83 en adelante, con gobiernos antipopulares elegidos por el mismo pueblo, y entonces eso pasó también en la dictadura argentina. La investigación fue develando esas ambigüedades que son propias de cada proceso histórico y político, pero que vistas desde el hoy, de alguna forma van poniendo matices frente a visiones un poco totalizantes o muy tajantes del pasado reciente. Me ha pasado, y eso está relatado en mi libro, entrevistar a «trabajadores comunes», que compartían la lógica de la empresa y de la dictadura de que si desapareció algún compañero «por algo habrá sido», que ellos mismos habían sido secuestrados, después fueron liberados y que, sin embargo, no quieren reconocer todavía hoy haber sido víctimas del accionar represivo y les es más fácil considerar haber sido víctimas de la guerrilla. A pesar de que en el caso de la Fiat está comprobado que antes y después del golpe de Estado muchos trabajadores que estaban involucrados en los juicios en contra de la empresa por problemas de enfermedades laborales por efecto del proceso productivo cancerígeno fueron secuestrados y obligados a renunciar a los juicios. Pero 40 años después, cuando yo los entrevisté, se negaban a reconocer en la Fuerzas Armadas o en la empresa dos actores que habían evidentemente realizado esta acción. «

El rol de la empresa en la dictadura

El vínculo de FIAT con las Fuerzas Armadas era estrecho y la empresa fue un importante proveedor de equipamiento bélico: entre 1976 y 1977, la dictadura le compró aviones a la casa matriz ubicada en Italia, a donde además envió pilotos a capacitarse en sus instalaciones. Esas aeronaves FIAT fueron utilizadas para realizar los “vuelos de la muerte” desde Campo de Mayo.

“Se observan estrechos vínculos existentes entre la empresa y las fuerzas armadas, en particular con el III Cuerpo del Ejército y la Fuerza Aérea. Principalmente, se articulaba a través de las áreas de personal y de seguridad de la empresa con distintas dependencias de inteligencia y operativas de las fuerzas armadas y de seguridad para lograr el control y vigilancia de los centros fabriles”, reconstruyó la investigación “Responsabilidad empresarial en delitos de lesa humanidad”, realizada por el Cels, Flacso Argentina y la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación.

El informe estableció que al menos 118 trabajadores o extrabajadores de las distintas plantas de FIAT fueron víctimas de crímenes de lesa humanidad. De ese total, 52 continúan desaparecidos o fueron asesinados, en su mayoría (35) pertenecientes a las plantas de Córdoba Fiat Concord, Fiat Materfer y Grandes Motores Diesel ubicadas en la localidad de Ferreyra. Muchos de esos secuestros se produjeron dentro de las fábricas o en las puertas de ingreso y la empresa proveyó legajos, domicilios y álbumes fotográficos a las fuerzas armadas para encontrar e identificar a quienes eran señalados como «subversivos».

Compartir

Entradas recientes

El Gobierno pule la estrategia para aprobar el Presupuesto 2026 en el Senado

El oficialismo buscará sancionar la ley este viernes en la Cámara Alta y se entusiasma…

50 mins hace

Trabajadores de la educación se movilizaron contra digitalización del presentismo docente impuesto por Jorge Macri

La protesta fue realizada por la agrupación Vacantes Para Todos y gremios docentes como ADEMYS.…

53 mins hace

ExpoCOOP 2025: en tiempos de ajuste, las cooperativas patagónicas vuelven a escena

La ExpoCOOP 2025 reunió en El Bolsón a más de 35 organizaciones de la economía…

1 hora hace

César Milani: «La única salida a la embestida neoliberal del poder real es el peronismo»

El teniente general retirado del Ejército, César Milani, aseguró el problema no es la designación…

1 hora hace

Murió Chris Rea, un ícono del blues pop

El cantante y guitarrista británico falleció tras una larga carrera marcada por éxitos globales. De…

3 horas hace

Denuncian represión y detenciones de manifestantes en una protesta en Quilmes

La UTEP y el MTE sostienen que hay "compañeros heridos con balas de goma". Protestaban…

3 horas hace

La Justicia archivó la pista que vinculaba al diputado Milman con el ataque a CFK

Un testigo clave lo escuchó decir "cuando la maten yo estoy camino a la costa".…

4 horas hace

“Retratos” de Truman Capote: el arte de sacar el cuero como una de las bellas artes

Anagrama reedita el volumen donde el autor de "A sangre fría" disecciona a grandes personajes…

5 horas hace

La salud de Cristina Kirchner: detalles del último parte médico tras la cirugía

La vicepresidenta se recupera en el sanatorio Otamendi. Su cuadro no presenta complicaciones, según el…

5 horas hace

Revelan que Milei firmó un acuerdo confidencial con el impulsor de $LIBRA

El diario Clarín publicó en portada que Hayden Davis fue contratado como asesor ad honorem,…

5 horas hace

Cuando no se privatiza el petróleo, se privatiza la calle

Una ordenanza que se debate en el municipio bonaerense propone entregar el estacionamiento medido a…

5 horas hace

Otra vez el olvido nos roba el río

La Ciudad de Buenos Aires paga y seguirá pagando caro, en términos ambientales, económicos, sociales…

5 horas hace