La banda comandada por Donita Sparks llegó por primera vez a la Argentina y ofreció un show demoledor en Groove. Punk-rock, grunge, metal y militancia feminista alimentaron una presentación sin fisuras.

Girl Power. Las L7 llevan casi 40 años on the road. El legado de esta banda de mujeres súper poderosas está a la altura del Aconcagua. Paridas en la desangelada Los Ángeles a mediados de los años ochenta, siempre a contracorriente, fueron el puente entre la crudeza punk y el enredado rock alternativo noventero. Nirvana, Hole y tantos otres se alimentaron de la teta de L7.
En cuatro décadas, las muchachas punks sacaron nueve discos. Varios son perlas negras: Bricks Are Heavy, Smell the Magic, Hungry for Stink. Melodías y estribillos llenos de gritos, riff espesos y otras sustancias más duras. Himnos de la época dorada de MTV. En los conservadores años del vaquero Bush padre, las pibas impulsaron el Rock for Choice junto a la Feminist Majority Foundation, recitales masivos que recaudaban fondos para garantizar el derecho al aborto en el país del norte. Mujeres con “el clítoris tan grande que no necesitan huevos”, cantaban las pibas en “Fast and Frightening”.
El fuego en Groove lo prende Guachass. La banda uruguaya está de regreso luego de diez años de silencio. Garra charrúa con aire stoner que nos deja en trance, a punto caramelo para el plato fuerte de la noche. El cuarteto oriental cierra su performance con “Montevideo”. Esa que dice: “Montevideo me traiciona y no me puedo resistir a él”. Cuánta razón.
Nueve y cuarto el campo dibuja cuernitos con los dedos. Es el saludo de bienvenida para las cuatro jinetas del Apocalipsis. L7 te parte la cabeza desde el vamos. Un tridente rápido y furioso con “Deathwish”, “Andres” y “Everglade”. Comanda el barco la canosa Donita Sparks, agitando a diestra y siniestra. La eterna guitarrista Suzi Gardner, con aire a mitad de camino entre María Moreno y Nico; la bajista Jannifer Finch, colorada agitadora; y la puntillosa batera Demetra Plakas completan el cuarteto ideal.
El campo está en llamas. Pogo y slam para todes. Las señoras no defraudan y repasan toda su discografía. De repente, tiran una patada voladora que te lleva de cabeza a los años noventa con “Slide” y “Wargasm”. Cabalga la vaquera Suzi su guitarra, va montando en la arena. Donita hace su gracia pesada, soliloquios graciosos y furiosos, amaga con tirar el corpiño a la masa. Dame más.
Para el gran finale llegan los clásicos de clásicos. Primero “Pretend We´re Dead” y pegadito “Shitlist”, el himno que quedó eternizado en Asesinos por naturaleza. El cierre, obvio, es con “Fast and Frightening”. Termina la noche de brujas. Quedamos como hechizados.
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