Ya suman nueve las personas fallecidas como consecuencia de las bajas temperaturas y la falta de políticas para el sector. Sólo en julio murieron seis. Denuncian que CABA les quita las frazadas a las personas sin techo.

Al focalizar sobre las cifras del último censo realizado por varias organizaciones sociales, y si se suman algunas proyecciones actuales, en la Ciudad de Buenos Aires hay más de 10.000 personas sin techo que duermen a la intemperie. Es decir, de acuerdo a estas cifras, el GCBA aseguraría solamente el 40% de camas para el total de personas que duermen en la calle.
El año pasado, el Registro Unificado de Violencias (RUV), posicionó a la Ciudad de Buenos Aires a la cabeza de las jurisdicciones con más hechos de violencia hacia las personas en situación de calle. ¿Casualidad o causalidad de un Estado ausente? De acuerdo a cifras del RUV, desde que comenzaron las bajas temperaturas, en la Ciudad fallecieron 9 personas en situación de calle, tres en la última semana de junio y seis en el mes de julio.
Pese a estas muertes, desde las organizaciones especializadas en la problemática, afirman que el GCBA no mantiene diálogo con ellas y que las medidas que adoptan son insuficientes. “No hay ningún contacto oficial, ni intencionalidad de acciones conjuntas con las organizaciones, por lo menos no tenemos las que somos parte de la Asamblea por los derechos de la personas en situación de calle, y las agrupaciones con los que estos grupos están articulados tampoco”, contó a Tiempo Jorgelina Di Iorio, investigadora del Conicet, e integrante de la asamblea popular por los derechos de las personas en situación de calle.
La especialista señala que, de acuerdo a información extraoficial con la que cuentan las organizaciones, desde la Ciudad “pusieron a circular algunos equipos de caminantes y sumaron otros profesionales en los equipos territoriales, pero nada que logre cubrir la demanda que hay en relación al tema, y tampoco hay algún protocolo específico por la situación de emergencia»; agrega y termina: “La verdad que si yo tengo que pensar qué hay de refuerzo por cuestiones de frío o de políticas en este contexto, es la dimensión punitiva o represiva, eso sí reforzó la Ciudad, la violencia hacia las personas en situación de calle. Por eso el 19 de agosto vamos a estar presentando el tercer informe del registro unificado de violencia, que yo coordino como parte de mi tarea en Conicet y en articulación con la Asamblea. Ahí se va a reflejar con más claridad esto que estoy diciendo de cómo se incrementó la violencia institucional y los desplazamientos hacia la población en situación de calle”.
Por su parte, la asociación civil ‘Amigos en el Camino’ advierte que el número de personas fallecidas en situación de calle puede ser aún mayor, pero que la falta de información oficial por parte del gobierno porteño dificulta el trabajo.
“Seguramente hay más y no nos enteramos porque al no tener el DNI, muchos de nuestros ‘amigos’ entran como NN, o no hay un protocolo donde informen, al contrario, por ahí tienden a ocultarse. Es muy probable que una nueva ola va a afectar la salud y la vida de muchas más personas en situación de calle,” explica a Tiempo Mónica De Russis, Directora Ejecutiva de esta organización.
Es verdad que muchas de las personas sin techo que duermen en la Ciudad se niegan a ir a los paradores porteños, la gran mayoría asegura que sufren robos mientras pernoctan y que para poder ingresar a esos lugares deben desprenderse de las pocas pertenencias que tienen en su poder. En paralelo, las personas que no quieren dormir en los paradores sufren el arrebato de sus frazadas por parte del gobierno de la Ciudad.
«Sabemos que Espacio Público sigue retirando las frazadas que con tanto sacrificio de las ONGs les brindamos a las personas que duermen en la calle. Quitarle una frazada a quien no quiere ir a un parador o ‘centros de inclusión social’, es directamente condenarlo a la muerte en una ola de polar”, denuncia De Russis y agrega: “También les siguen tirando las mochilas, los documentos y los carros con los que trabajan cartoneando.
Por último, De Russis asegura que desde Espacio Público “nunca se comunicaron con las ONGs. Antes se hacía esta política silenciosa y en la actualidad hasta ha habido declaraciones como enorgulleciéndose del accionar por limpiar la ciudad a costa de la vida de las personas en situación de calle”.
Las organizaciones que trabajan desde hace años con las personas en situación de calle, advierten que la mayoría de los dispositivos que implementa la Ciudad son conveniados. “Al ser conveniados hay muchos que tienen su propia lógica de trabajo. Igual los mismos conveniados deberían ser los primeros, sobre todo porque la mayoría son de la iglesia, en tener otro tipo de ingreso que sea mucho más ágil, menos burocrático. Pero eso lamentablemente no ocurre porque la iglesia también es muy burocrática para dar ingreso a las personas”, explica a este medio Horacio Ávila, titular de la agrupación Proyecto 7.
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