Volvió el verdurazo y la lechuga le ganó a los palos

“¡La lechuga le gana al palo, ¿sí o no" layout="responsive" width="1000" height="400">

Para Verónica y Daniel, que llegaron bien temprano con dos de sus tres hijos desde Villa Fiorito, las dos bolsas repletas de hortalizas, perejil incluido, que se llevaban a casa son un tesoro. “Mire, es un montón, si lo tenemos que pagar en la verdulería son como 500 pesos. Él tiene una discapacidad –Daniel se acerca, lleva un bastón– y con changas apenas sacamos  para darle de comer a los chicos. Esto que están haciendo está muy bien. Esta gente se mata trabajando y le pagan dos pesos por lo que producen”.

Adriana, quintera de Abasto, en La Plata, llegó por Avenida de Mayo marchando con un ramo de flores en una mano y una planta de acelga en la otra. “Nos están matando de hambre, y después de lo que pasó el otro día, decidimos venir todos”, dice, junto a sus compañeros de la seccional local de la UTT, que llevaban una lechuga gigante hecha con tela y cartón. Detrás desfilaban las muchas organizaciones que apoyaron el “Verdurazo”, desde la rama rural del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) y el Movimiento Popular la Dignidad hasta Barrios de Pie, el Frente Popular Darío Santillán, la CCC y La Poderosa.

El “Verdurazo Nacional” de este 27F se replicó en plazas de todo el país, como la Plazoleta Agustín Tosco, del centro de Córdoba Capital, donde se convocaron los pequeños productores cordobeses, o la Plaza Libertad, en la capital santiagueña, donde realizaron un “feriazo” los campesinos del MOCASE.

En Plaza de Mayo, Luego de que el cura villero “Paco” Olveira bendijera las verduras, comenzó pasadas las 17.30 el reparto a las miles de personas que esperaban allí, algunas desde la madrugada, y que siguió hasta una hora después, cuando los 20 mil kilos de hortalizas llevados hasta allí “para combatir el hambre” y por el “acceso a la tierra” se impusieron finalmente a la realidad de los palos que blande el gobierno.