Lo empleará para pagar deuda a proveedores y contratistas, por un monto de unos 9000 millones de pesos. Quien lo reciba podrá usarlo para saldar deudas de todo tipo con el Estado. Se podrá negociar entre privados y servirá para conformar garantías.

La información, proporcionada por el diario Comercio y Justicia de la capital cordobesa, señala que el gobierno provincial enfrenta crecientes dificultades para pagar las deudas que se acumulan por vencimientos de facturas de proveedores y contratistas.
A pesar de la falta de información oficial, por la falta de datos precisos sobre la ejecución presupuestaria de este año, estos pasivos (conocidos como “flotantes” en la jerga fiscal) podrían alcanzar los 9000 millones de pesos. A esta masa de deudas se le suma la deuda consolidada provincial, por la cual el gobierno de Schiaretti debe pagar 25.323 millones de pesos, entre capital e intereses, este año.
Además, se suma el gasto público excedente que deberá sostener el gobierno cordobés por la pandemia de coronavirus. Todo ello en un cuadro de caída de la recaudación.
Este mismo escenario es el que ha motivado a varias provincias a comenzar a girar en torno de la idea de emitir monedas locales, o cuasimonedas, a fin de atender los gastos y los pasivos ya comprometidos.
Los mandatarios provinciales están esperando una ayuda del gobierno nacional, que se ha comprometido a elevar partidas específicas para cada distrito, aunque todavía no hay definiciones. El planteo en general de los gobernadores es que se distribuyan los 70 mil millones de pesos acumulados en el fondo de Aportes del Tesoro Nacional (ATN).
Cuasimoneda a la cordobesa
Una cuasimoneda es como una moneda pero sin su legalidad. A los efectos prácticos, sirve para lo mismo que la moneda de curso legal, pero por ese origen espurio sufre un descuento cuando es aceptada. Es el costo del riesgo que implica que alguien se puede clavar con esos papeles si el gobierno que le dio nacimiento decide darle defunción.
El bono que va a emitir Córdoba tiene mucho de una cuasimoneda. Por ejemplo, podrá usarse para cancelar “deudas tributarias y no tributarias” con el Estado, según indicaron fuentes del gobierno cordobés. Y, además, podrá ser negociado entre privados en el mercado de capitales secundario. Es decir, podrá ser empleado por privados para ejecutar saldos; la única limitación a un uso masivo es que no habrá tantos bonos físicos como para satisfacer la demanda de una parte de circulación de moneda, pero se descuenta que será empleado en el circuito mayorista.
También podrá utilizarse en reemplazo de activos que se suelen emplear como garantía, por ejemplo ante bancos o Sociedades de Garantía Recíproca y en licitaciones públicas.
El bono provincial pagará tasa Badlar de bancos privados (en torno del 26%) y tendrá un plazo de 36 meses con un año de gracia. Pagará amortizaciones de capital y servicios de intereses de manera trimestral.
Por todas estas bondades, el bono será aceptado de buena gana por los contratistas y proveedores de la provincia, de acuerdo con las mismas fuentes.
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