El juicio Brigadas incluyó testimonios de víctimas de la violencia institucional perpetrada durante la última dictadura cívico militar y pasaron por los centros clandestinos de Lanús.

En primer término, se leyeron las acusaciones incorporadas por delitos (más de una treintena de casos de privación ilegítima de la libertad y torturas) cometidos en la Brigada de San Justo. Julio César Candioti escuchó la nueva acusación y se negó a declarar. “Oportunamente y de acuerdo con lo conversado con mi defensa oficial, haré una ampliación de la declaración indagatoria”, aseguró.
Ya hubo un juicio por lo ocurrido en San Justo, pero este imputado no había sido incluido entre los acusados de ese proceso oral y público. Los testimonios que siguieron en la audiencia fueron justamente de este tramo.
Jorge Garra fue secuestrado el 30 de diciembre de 1977 junto a su esposa. Explicó que estaban en la casa de su suegro, en Sarandí, “porque días antes habían sido secuestrados compañeros de Lanús”. Y precisó que luego, en un reconocimiento, pudo saber que se trataba del centro clandestino de San Justo.
Allí sufrió torturas con picana, golpes y submarino. “Distintos vejámenes que acontecieron en ese fin de año durante por lo menos cuatro o cinco días consecutivos”, precisó, y detalló que se alternaba la tortura con interrogatorios.
“Sentimos una gran represión sobre nuestros cuerpos en busca fundamentalmente de información, nombres y direcciones. Ante la negativa que sostuve permanentemente, eran interrogatorios y torturas sistemáticas. Pasado ese período, fui interrogado en un patio por miembros de Inteligencia, que pretendían también dilucidar la actividad política que nosotros desarrollábamos en función de insistir en la búsqueda de información”, dijo. Estuvo detenido hasta el 13 de enero de 1978.
En el cierre, expresó: “Siento la necesidad de que esto se sepa porque vivimos en un momento donde algunas voces niegan los hechos que fueron tristemente acontecidos en nuestro país”. “La memoria de los 30 mil debe ser permanentemente mantenida para que sea de verdad la consigna de Memoria, Verdad y Justicia”, completó.
Nora Feliz, su esposa, fue la siguiente testigo en el juicio. “El secuestro fue el último día hábil del mes de diciembre de 1977”, precisó. Fue secuestrada junto a su pareja en la casa de su madre y fue trasladada, de acuerdo al relato, a la Brigada de San Justo, donde fue torturada en la “parrilla”.
Detalló que en un reconocimiento “no quedó ninguna duda” que su cautiverio fue allí, pese a a algunas reformas que se hicieron. También dio cuenta de interrogatorios en el patio “con gente de afuera”. Estuvo detenida dos semanas y contabilizó al menos “tres sesiones de picana”. Mencionó, asimismo, que un policía estaba en la puerta, junto a una barrera que era necesaria atravesar para ingresar.
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