La cena en Chile está servida para Kast, pero quién sabe

La primera vuelta electoral de las presidenciales en Chile mostraron una marcada tendencia del electorado de inclinarse por las propuestas de derecha, ultraderecha, y en extremos, neo fascistas, terraplanistas, antiwoke y anticiencia, bien a tono con varios movimientos que protagonizan estos días los debates en el mundo. En el balotaje de hoy se juega la posibilidad cierta de que esa derecha se instale en el poder, esta vez con sabor a revancha, ya que el candidato que se opondrá al oficialismo, encarnado por Jeannette Jara, es José Antonio Kast, quien perdió las elecciones pasadas de 2021 frente al progresista Gabriel Boric.

En Chile y en la región hay una certerza de que Kast vencerá hoy, que se vio reflejada en la euforia de algunos dirigentes afines, como Javier Milei y el ecuatoriano Daniel Noboa, que festejaron como si hubiera sido un triunfo el segundo puesto de Kast en la primera de vuelta del 16 de noviembre con el 24% (3,1 millones de votos), frente al 27% (3,5 millones) de Jara. Los estudios de opinión señalan que la incógnita es por cuánta diferencia se impondrá Kast y, por tanto, qué margen de maniobra dispondrá durante los siguientes años para poder sacar adelante un programa político en el que apuesta a la ‘mano dura’ para cuestiones de seguridad y migración y la baja de impuestos. El modesto resultado oficialista condiciona también el futuro legislativo, con un bloque que será minoritario frente a las derechas reunidas.

En su análisis para el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG), el antropólogo Sergio Pascual considera que “es plausible pronosticar que los votos de los candidatos de izquierda Marco Enríquez Ominami, Harold Mayne-Nicholls y Eduardo Artés, irán al caladero progresista de Jara, con lo que incrementará en 400 mil votos sus apoyos alcanzando una cifra cercana a los 3,9 millones de apoyos. Serían exactamente 3.880.779 si absolutamente todos los votos progresistas se decantaran por Jara en segunda vuelta”. Por su lado, queda claro que los votantes de “la derecha tradicional de Evelyn Matthei (1,6 millones) y la extrema derecha libertaria de Johannes Kaiser (1,8 millones) probablemente acaben apoyando a Kast que se situaría en el entorno de los 6,5 millones de votos”. De hecho, Kaiser y Matthei, ya habían asegurado su respaldo a Kast desde el día de la primera vuelta. Los votos en disputa serán los que se volcaron hacia a Franco Parisi, que se colocó tercero en la primera vuelta con 2,6 millones de apoyos y un 19,7% de los sufragantes. Serán determinantes para definir el resultado de la segunda vuelta electoral.

El politólogo chileno Rodrigo Karmy (consultado por el sitio Sputnik News) opinó que, lejos de prestar sus votos a Jara o Kast, Parisi logró instalarse como una suerte de «tercer participante en el balotaje».

Las elecciones de hoy tendrán, al igual que las de noviembre, la novedad de que el voto es obligatorio, a partir de una de las reformas promovidas durante la gestión de Boric. Con respecto a las elecciones presidenciales anteriores, la diferencia del caudal de votos fue determinante. En 2021, cuando votar era optativo y no se imponían multas por ausentismo injustificado, acudieron a la primera solo un 47% de chilenos y chilenas. En cambio, en la primera vuelta de 2025 lo hizo un 85 por ciento. El perfil de este nuevo votante aún no está claro, aunque imprevisible por su desinterés en política, derivaría hacia la derecha y habría sido parte importante de los 2,5 millones de votos que logró el populista Franco Parisi, que sorprendió a todos quedando tercero, rozando el 20% de los votos.

Cierres

Kast cerró su campaña en la ciudad de Temuco, ubicada a unos 670 kilómetros al sur de Santiago y capital de la región de La Araucanía, en un acto en el que volvió a hablar protegido por un vidrio antibalas. El republicano había lanzado su campaña allí mismo, convirtiendo a la localidad en uno de sus bastiones electorales, en sintonía con su discurso de mano dura ante el conflicto mapuche que se vive en la región.

Durante su discurso, Kast enfocó sus críticas hacia la gestión de Boric: “Lo más increíble es que este gobierno lo tuvo todo para hacer las cosas bien; no le faltó nada, no tuvo pandemia, no tuvo estallido, prometió solucionar todo”.

Jara, por su parte, hizo su último acto en la ciudad de Coquimbo, en el denominado Norte Chico chileno. Tras repasar algunos de sus logros como ministra de Trabajo de Boric, prometió «medidas concretas» para combatir la inseguridad y garantizar mejoras económicas para que los chilenos puedan «llegar a fin de mes».

Los actos de Temuco y Coquimbo fueron el cierre de una semana que había comenzado con el debate organizado por la Asociación Nacional de Televisión de Chile (Anatel), el último cara a cara entre los aspirantes al Palacio de La Moneda antes de las elecciones.

Tal como sucedió en algunas instancias anteriores, el cruce entre los candidatos estuvo marcado por la insistencia de Jara para que Kast explicara alguna de sus medidas más controvertidas, como la expulsión de 300.000 migrantes irregulares o un ajuste de 6000 millones de dólares».