La derecha impone la agenda

Por: Fernando Rosso

Se dijo que la ultraderecha liberal antes que un partido es una agenda. Es así, por lo menos por ahora y se verificó en la imposición del tono y los temas sobre los que discuten las grandes coaliciones tradicionales. Entre las cuestiones que dominan el debate público hacia las elecciones generales de noviembre hay tres que tienen una gravitación importante: la reforma laboral, la llamada “inseguridad” y la deuda externa. En las tres áreas la derecha impuso el límite de “lo posible” y hasta de lo decible, las estrechas coordenadas sobre las que debe transitar la polémica.

El debate de candidatos y candidatas al Congreso por la provincia de Buenos Aires alrededor del tema de la llamada “inseguridad” fue una competencia de manodurismo. Baja de la edad de imputabilidad, endurecimiento de penas, construcción de cárceles y más cárceles, aumento de las remuneraciones y equipamiento para las policías. Punitivismo para todos y todas. Nicolás del Caño (Frente de Izquierda) fue la voz disonante que apuntó hacia las responsabilidades institucionales y policiales sobre la gran industria del delito (que gerencia las prácticas del pequeño delito), así como el trasfondo social que indiscutiblemente determina el aumento de la violencia. Pero, a tono con la rabia clasista que destilan personajes como José Luis Espert y (con otros modales) Diego Santilli, el debate estuvo atravesado por el prisma punitivista.

Lo mismo sucede con la reforma laboral. El reclamo a favor del despojo de derechos a los trabajadores formalizados se escuchó con fuerza en el último Coloquio de Idea (el foro anual de la crema empresaria), pero llegó hasta el supermercadista y panelista de Intratables, Diego Brancatelli, que se pronunció por una flexibilización de las leyes laborales para la creación de nuevos empleos. En el medio, varios referentes del periodismo maisntream exigen avanzar en la misma dirección. El Gobierno impulsó y festejó el acuerdo en la fábrica Toyota que impuso —contra el convenio colectivo— la obligatoriedad de trabajar los sábados y un franco móvil por una suma fija. Además de las consecuencias inmediatas para los operarios de esa multinacional, el acuerdo funciona como una potente señal sobre la dirección hacia dónde habría que avanzar: el sentido de la agenda que impulsa la derecha. Todo esto, pese a que no existe evidencia empírica —ni histórica ni actual— que certifique que la eliminación de conquistas laborales se traduzca en aumento de puestos de trabajo. La década del 90 en nuestro país con sus múltiples flexibilizaciones culminó con una desocupación de más del 20 %; la reforma laboral aplicada en Brasil por Bolsonaro con el consecuente acrecentamiento de la desocupación es otro botón de muestra, grande como un país-continente. El costo de los salarios argentinos medidos en dólares —los más bajos de la historia—, los datos que develó el Indec sobre el retroceso de los salarios en el Valor Agregado Bruto de la economía y el crecimiento del Excedente de Explotación Bruto (un aproximativo de la masa de ganancias empresarias) constituyen otra prueba elocuente de que el problema no reside en el “exceso de privilegios” de la clase trabajadora formalizada.

Por último, la cuestión de todas las cuestiones: la deuda. En una entrevista reciente en el programa radial Pasaron Cosas, el candidato a diputado nacional por el Frente de Todos en la CABA, Leandro Santoro, afirmó que cuestionar o impugnar el pago de la deuda al FMI es “en términos marxistas, un programa revolucionario maximalista”. De esta forma, Santoro transforma una medida elemental de defensa nacional (el repudio soberano a una deuda odiosa) en una utopía irresponsable. El problema no radica en el análisis, Santoro dice —tomando la definición de Jorge Alemán— que efectivamente la derecha no es un partido, es una agenda; lo cuestionable es su propuesta de aceptar esa agenda porque no hay más remedio. Recurre a una justificación clásica de todo derrotista: la sacrosanta correlación de fuerzas.

Pese a todo, los límites autoimpuestos por las fuerzas tradicionales no necesariamente expresan las fronteras de las mayorías populares para imaginar el horizonte de lo peleable. Algunas voces disonantes dentro de quienes apoyan a la coalición oficial —como la de Hebe de Bonafini en la movilización del 17 de octubre— son un síntoma de que la cadena de consenso tácito que se resigna a la agenda de la derecha tiende a resquebrajarse por el eslabón más débil: los resultados. Entre otras cosas, porque también en este terreno, la lógica del “mal menor” (“suavizar” la agenda de la derecha) puede transformarse —como tantas otras veces— en el camino más rápido hacia el mal mayor.

Compartir

Entradas recientes

Quita de subsidios: boletas de luz y gas llegarán con subas de hasta el 75%

El gobierno propuso un nuevo esquema que acota el universo de beneficiarios y los niveles…

1 min hace

El peronismo destaca que el Presupuesto de Milei «no le da nada a los gobernadores»

El principal partido opositor se prepara para las sesiones extraordinarias convocadas por Milei. La lectura…

17 mins hace

A pesar del mercado interno en crisis y el dólar planchado, la inflación no bajará del 2%

Los analistas creen que en noviembre se dio el pico de los últimos meses y…

38 mins hace

Recordar para resistir al autoritarismo

El 9 de diciembre de 1985, la Cámara Federal dio por probado el plan criminal…

1 hora hace

Industriales se aferran a la reforma laboral mientras la crisis del sector dispara la interna fabril

La conducción de la UIA relativiza el cierre de plantas con el argumento de que…

2 horas hace

Juego de espías: internas, despilfarros y absurdos

En septiembre, el hijo del nuevo Señor 5 viajó con recursos de la SIDE a…

2 horas hace

Valentina Bassi: «Creo que este Gobierno quiere desmantelar todo el sistema de salud»

El documental de Ulises Rosell, "Presente continuo", acompaña el vínculo entre un joven con trastorno…

2 horas hace

Esperan una condena ejemplar contra el ginecólogo Diego Clementi por abusar sexualmente de al menos 14 mujeres

"El único objetivo de las denunciantes es que no siga victimizando", dijo la abogada Perugino…

2 horas hace

En Venezuela se estrena el Corolario Trump a la Doctrina Monroe

La Casa Blanca presentó la Estrategia de Seguridad Nacional 2025 con un detalle de la…

2 horas hace

Milei da un nuevo paso al subdesarrollo

Argentina gasta 301 millones de dólares para comprar 24 F16 de fabricación estadounidense que Dinamarca…

2 horas hace

Maradona y Messi, a través del hilo invisible del destino

Como Diego en 1994, Leo jugará su última Copa en Estados Unidos en 2026. Los…

2 horas hace

Jorge Macri intenta resistir la posible fuga de legisladores a La Libertad Avanza

Casi en espejo con la situación en Diputados, la cohesión de la bancada del PRO…

3 horas hace