Macri y la pileta de Atlanta

Por: Alejandro Wall

Columna de opinión de Alejandro Wall.

A pesar de haber prometido lo contrario durante la campaña, Mauricio Macri tenía decidido desde antes de asumir -incluso desde antes de ser electo- que terminaría con Fútbol para Todos. Le encomendó esa tarea a Fernando Marín, a quien en un principio había imaginado para otro lugar en su gobierno. Marín tendría un año para entregarle la llave de los derechos del fútbol a una empresa privada. Sucederá en breve. La aclamación para que se termine el Fútbol para Todos, como adujo Macri en su última conferencia de prensa, es por lo menos discutible. Si tanto consenso generaba, ¿por qué cuando le preguntaron sobre el tema durante la campaña respondió otra cosa de lo que finalmente hizo? Otra escena en la era de la posverdad.

Pero no es el Fútbol para Todos -cuyas irregularidades en el manejo de los dineros públicos investiga la Justicia- lo que se puso en juego desde hace un año, cuando el gobierno comenzó su ofensiva en el fútbol argentino. Lo que se puso en juego es un modelo de club, el de asociaciones civiles sin fines de lucro. No fue un debate franco y abierto, sino casi subterráneo. Una guerra de guerrillas. Macri puso todo en ese plan: la IGJ frenó elecciones, la Justicia sacó de la cancha dirigentes, la AFIP apuntó contra clubes morosos, sus operadores trabaron el avance de dirigentes con juego propio, una comisión afín intervino la AFA y el Estado retaceó el dinero que debía dar por contrato para terminar de generar un desastre en las cuentas de los clubes.

Es cierto que explotó un sistema diseñado durante tres décadas por Julio Grondona, con clubes endeudados, al borde de la (o en) quiebra, que le sirvió para acumular poder mientras repartía prebendas; un sistema que contó con la complicidad de empresarios, gobiernos, periodistas, medios de comunicación y, sobre todo, de una generación de dirigentes de la que Macri fue parte durante doce años como presidente de Boca. Todos callaron en ese todo pasa.

Pero la pesada herencia no exime lo que hizo el gobierno durante el último año, empujando a los clubes con todo su dispositivo oficial para llevarlos a la orilla que desea: abrirle la puerta al modelo de sociedades anónimas. Defender a las asociaciones civiles y su rol social, para el nuevo relato del macrismo futbolero, es defender una estructura corrompida o, como mínimo, mal gestionada. Pero el gobierno ahoga a los clubes, no a los dirigentes, gobernantes circunstanciales de esos clubes. El fútbol argentino necesita sacarse el lastre grondonista, sin dudas, pero para poner en marcha asociaciones civiles bien administradas, con más y mejores herramientas democráticas para los socios. Nada de eso se discutió en este tiempo.

¿Y por qué tanta pasión empresaria por el fútbol? Hace unos años, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico señaló que el fútbol es el ámbito perfecto para el lavado: flujo masivo de dinero, montos irracionales en pases, sumas infladas con facilidad y comisiones sin techo. Se pueden hacer negocios millonarios desde clubes pequeños. Es posible -aunque quién sabe- que nunca veamos a River o Boca convertidos en sociedades anónimas. No hace falta ir por ellos. Precisamente, los clubes menos poderosos, sobre todo del interior y el Ascenso, fueron los que más sufrieron la ofensiva. Son los huesos más apetecibles.

Esta semana, mientras Macri toreaba a sus excolegas dirigentes desde la Casa Rosada, Atlanta, que también resistió embates privatistas en los noventa, anunciaba que inauguraba su pileta de natación después de 26 años. La noticia era importante para sus socios y, por supuesto, para Villa Crespo. Una pequeña historia que sirve para contar una gran historia. Eso también son los clubes. «

Compartir

Entradas recientes

Una medida del Gobierno consolidó el cientificidio: «Es una estrategia al revés del mundo»

Tras dos años sin respuestas, la Agencia I+D+i dio de baja los Proyectos de Investigación…

10 mins hace

Brutal represión policial a trabajadores bancarios en Tucumán

Fue durante una protesta contra malos tratos en una sucursal del Banco Patagonia en la…

11 horas hace

Milei convoca a sesiones extraordinarias para tratar Presupuesto, Inocencia Fiscal y reforma laboral

Lo anunció el jefe de Gabinete, Manuel Adorni, vía redes sociales.

11 horas hace

Crimen de Samuel Tobares: «No vamos a parar hasta tener justicia»

Dos policías de Córdoba continúan detenidos por el crimen de un joven de 34 años…

11 horas hace

Firman convenio contra la violencia institucional y prevención de la tortura

Desde el Observatorio Contra la Violencia Institucional y Prevención de la Tortura de la CTA…

12 horas hace

Sin pruebas, absolvieron a todos los acusados en el juicio del «Fútbol para Todos»

En el fallo, la justicia determinó falta de documentación y ausencia de una adecuada valoración…

13 horas hace

El acuerdo con Estados Unidos, ¿hará a Argentina grande?

El anuncio del Acuerdo Comercial y de Inversiones entre Washington y Buenos Aires profundiza aún…

13 horas hace

INTI: tras el corte en la General Paz, trabajadores se reunirán para seguir la lucha

Los trabajadores del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) reclaman la reapertura de paritarias, con…

14 horas hace

Así quedaron definidos los grupos del Mundial 2026

En el sorteo que se realizó en Washington se definió el camino que realizarán los…

15 horas hace

Argentina ya tiene rivales para defender el título en el Mundial 2026: Argelia, Austria y Jordania

El debut de la Selección será ante Argelia. Además, enfrentará a Austria y Jordania por…

16 horas hace

«Vemos un cambio en el discurso antivacunas: era conspiranoico y ahora apela al individualismo»

Los investigadores Valeria Edelsztein y Claudio Cormick, estudian movimientos negacionistas desde hace años. "Es absolutamente…

16 horas hace

La Corte Suprema ratificó a Juan Grabois como querellante en la causa $Libra

El máximo tribunal desestimó el planteo de Novelli y Terrones Godoy, hombres cercanos al presidente…

17 horas hace