Murió una mujer embarazada en una muestra de dinosaurios: denuncian que la productora no tenía ambulancia ni equipo de emergencia

El martes por la tarde/noche falleció una mujer de 35 años embarazada tras descompensarse en una muestra de dinosaurios en un complejo de Vicente López frente al río. Fue asistida por otros asistentes del público y uno de ellos denunció que la productora no tenía un equipo DEA cargado ni ambulancia, la cual llegó desde CABA «media hora después». También apuntó que «no tenían un medico preparado para una emergencia» y que nadie de la productora (FYH) se acercó a acompañar a la familia de la víctima, ni en el lugar ni luego en el hospital. El bebé finalmente pudo nacer con vida.

«Dinosaurios y el Mundo Jurásico» se llama la muestra privada que se lleva a cabo en el Complejo Al Río, en Libertador al 100, frente al río, en Vicente López, a escasos metros de la General Paz. Allí, cuando estaba por finalizar la jornada, alrededor de las 17 horas, una mujer de 35 años embarazada cayó descompensada.

Leandro García había ido a pasear con su hijo y la madre del niño, y se estaba yendo cuando escucha que una persona estaba convulsionando. «Entonces me acerco, yo estoy estudiando medicina, estoy en cuarto año, trabajo en Emergencias Médicashace más de 10 años, estoy capacitado, hice las capacitaciones para RCP, primeros auxilios en la UBA», expresa el muchacho a Tiempo. Según relata, cuando se acerca a ver qué pasaba, estaba la mujer embarazada en el piso y una chica ya le estaba haciendo maniobras de resucitación.

«Cuando me acerco, veo que la chica que le estaba haciendo RCP, me dice ‘me estoy cansando’, entonces le digo ‘dejame que yo te suplanto’, y ahí empiezo a hacerle yo las maniobras», continúa.

A un lado había un señor: el marido de la mujer descompensada, con el hijo de 2 años de ambos. «Le pregunto el nombre de ella, le pregunto por los antecedentes, si tenía alguna enfermedad, me dice que no, que era sana, si se había tomado algo, me dice que no, que no había tomado nada, si había consumido un medicamento, que no, que de repente se sintió mal, le pregunté si se llegó a desmayar y caerse de lleno al piso y golpearse la cabeza, o si él la había atajado y acostado, y me dice ‘no, yo la atajé y la recosté’ –explica Leandro–. Mientras pasa todo esto, en un torbellino, estábamos con otra piba que es guardavidas, y un tipo que le estaba poniendo como un monitor en el dedo, como un saturómetro, pero que era un monitor chiquito, donde marcaba el oxígeno y la frecuencia cardíaca. Del primer paro la saco, la ponemos en posición de recuperación y entra en paro otra vez».

Media hora para la ambulancia

Luego vuelven otra vez con todas las maniobras: «Mientras pasaba todo esto, nosotros pedíamos a los gritos que nos traigan un desfibrilador, un botiquín, algo, porque no teníamos guantes, no teníamos una tijera para cortarle la ropa, no teníamos nada. Y también gritábamos que llamaran a la ambulancia. Un lugar así que debería tener una ambulancia en la puerta, era un evento para nenes. Esto fue frente al río. A tres cuadras de General Paz. No estábamos en medio del monte. La ambulancia tardó media hora en llegar. La que terminó llegando fue del SAME. Antes le había preguntado a los de Seguridad: ‘cuál es tu área protegida’ y no sabían. ‘No sé, no sé’, me decía el de seguridad. ¿Cómo que no sabes? Les empiezo a tirar nombres: ‘¿Es Emergencia, es Vital, es Más Vida, es Acudir?’. Me dice ‘Creo que es esa’. Estaban en bolas, no tenían la más mínima idea de cómo proceder frente a un hecho de urgencia o emergencias».

Y continúa: «No sabían, no tenían un protocolo definido». Y recae sobre la figura de la persona que le estaba poniendo el saturómetro a la mujer, mientras Leandro y la guardavidas le hacían RCP: «Supuestamente era el médico del lugar, pero si ese era el médico… no tengo nada contra esa persona, pero en ningún momento él se puso a hacer masajes, en ningún momento él nos dijo ‘reemplazo yo’, nada, él solamente se dedicó a ponerle el monitor. Entonces le pedimos que vaya a buscar una tijera de trauma, que vaya a buscar por lo menos el ambú, que es como una pelota para oxigenar a las personas, de manera mecánica con la mano».

Entonces llega el hombre con la tijera y con elementos de botiquín: «La chica ya había vomitado fluidos, nosotros estábamos trabajando sin guantes, sin nada, porque no había nada. No hubo uno de producción que se acercara mientras esta chica y yo la asistíamos. Se acercaban los de seguridad diciendo ‘ya viene la ambulancia, ya viene la ambulancia’, ‘pero cuánto? le decía yo. La ambulancia, en un código rojo, tiene que estar dentro de los 10 a 15 minutos como máximo, el tiempo es clave, y en un evento así, donde tenés chicos que se pueden golpear, vos tenés que tener una ambulancia en la puerta».

Desfibrilador descargado

Si bien está frente al río, el Complejo está rodeado de enormes negocios como Sodimac o Carrefour, el flujo de gente es enorme. Y a ese horario, la muestra estaba llena de familias. Recién unos minutos después desalojaron el lugar. Y esa persona, que luego aparentemente por lo que dijeron desde la productora era médico del evento, llegó con el Desfibrilador Externo Automático: «Pero trajeron un DEA descargado, le digo ‘este DEA no está cargado’, le gritábamos ‘andá a buscar un DEA a otro lado, no sé de dónde carajos pero andá a buscar uno’. Al rato traen otro DEA y la persona que lo trae, lo deja ahí al lado nuestro, dice ‘se los dejo acá, porque yo no tengo ni idea de cómo se usa esto’. Después el señor que se supone que era una especie de médico del lugar agarra el Ambu, y le digo ‘está desarmado’. Una vez que lo engancha, la empieza a ambuciar mal, porque vos no podés ambuciar al mismo tiempo que otra persona está comprimiendo el pecho, porque lo que haces es que el aire no entre. La otra persona que está comprimiendo te tiene que decir ‘ambuciá ahora’, entonces cuando deja de comprimir, vos tenés que hacer una serie de compresiones y después ambuciás. Y cuando ambuciaba, no le sostenía la mascarilla y el aire se le iba por los costados, porque no sabía hacerlo».

En un momento, cuando ya estaban realizando el tercer llamado por ambulancia, Leandro le pide a la guardavidas que le pase el celular con la linterna: «Miro que las pupilas de la chica no estaban reactivas, y le digo, igual sigamos, porque la chica estaba embarazada, y era la única forma de hacer que el flujo sanguíneo llegara al bebé, porque si no se muere el bebé también».

Finalmente, «después de media hora» según remarca Leandro, llega el SAME: «Cuando llega la médica le digo al oído ‘las pupilas no están reactivas’, y tenía otro signo de fallecimiento que se lo dije, y entonces ahí, en el momento escucho que el camillero dice ‘vámonos para la Neo’, porque ellos yo creo que ya sabían que la única opción era salvar al bebé. Y por suerte lo pudieron salvar».

«Cuando se la llevan –añade–, ¿te creés que vino alguien de Producción a decirme ‘che flaco, ¿estás bien?, ¿necesitas un vaso de agua?, ¿te podemos ayudar en algo?’ Nadie, tuve que salir yo a buscarlos. Es más, al principio, cuando estábamos haciendo todo el trabajo, la mamá de mi hijo le dice a uno de seguridad ‘apagales la música’, porque de fondo hay una música con ruidos de dinosaurios que gruñen. Necesitás escuchar mientras están trabajando. Y no tenían idea de nada».

Una vez que trasladan a la mujer, Leandro se va a buscar al productor. Sale un joven: «Le digo ‘escuchame, necesito hablar con un encargado de acá’. Me dice que ya lo llama, cuando le digo que era un desastre lo que había pasado me responde ‘tenés toda la razón del mundo, un desastre, esto es por ahorrarse un mango, dejaron que pase cualquier cosa'». Luego aparece el productor, que se presenta como Richard: «Se desliga completamente, me dice ‘no es mi obligación saber (que el DEA estaba descargado)’. ¿Cómo que no? ‘Eso ya me supera’ decía. Y me dice ‘yo te entiendo porque mi papá murió de esto’. Y le digo qué significa eso ¿Un consuelo? Con más razón, si tu papá murió de alguna situación así parecida, con más razón, vos tenés que ser más consciente de esto. Le pregunto adónde se llevaron a la mujer. ‘No sé’, me dice».

«No podían no tener un protocolo de emergencia. Entre las tres entradas y el estacionamiento, yo pagué sesenta mil pesos. Con diez personas que pagaban la entrada tenías la ambulancia en la puerta», acota Leandro.

El bebé, con vida

Después de discutir con el productor y con uno de seguridad, Leandro encaró a la maternidad Santa Rosa, en Florida Oeste, donde habían trasladado a la mujer embarazada. Allí se encontró con el hermano y la cuñada de ella. Y con la guardavidas. Nadie de la productora –según denunciaron– acompañó al esposo y al hijo de 2 años de la víctima, quienes se fueron en shock en su auto particular hasta el centro de salud.

«Me puse a hablar con el hermano, le conté más o menos cómo fue y al rato sale el marido de la mujer que estaba en quirófano, nos dicen que había fallecido, y que pudieron salvar al bebé. Imaginate… ¿quién le explicaba al nene de dos años que fue a pasear y se volvió sin la mamá por un lugar negligente?».

«Nadie de la producción tuvo un mínimo de empatía. Yo esa noche llego a casa muy triste, muy confundido, muy impotente. Por un lado porque sentí que que se podría haber hecho mucho más. Y por el otro, la gente que me rodea me decía que le salvaron la vida al bebé porque le mantuvimos el flujo sanguíneo hacia la placenta con los masajes pero igual la sensación no te la saca nadie porque se muere en mis manos. Esa sensación no te la saca nadie».

La palabra de la productora

En una publicación por X en la que no permitieron comentarios, la productora FYH declaró: «Hoy nos toca compartir una noticia que nos llena de tristeza. Durante la jornada de ayer, una persona se descompensó mientras visitaba nuestra muestra. Fue asistida de inmediato por nuestro equipo médico y trasladada en ambulancia. Lamentablemente, pese a todos los esfuerzos, falleció (…). Nuestra prioridad es siempre la seguridad y el bienestar de quienes nos visitan. Contamos con servicio médico permanente y protocolos de emergencia que fueron activados al instante. Seguimos a disposición para brindar todo el apoyo necesario».

«La desidia mata. Se podría haber evitado y no hicieron nada. Ojalá que les caiga toda la justicia encima. Hoy hicieron este comunicado oficial lleno de mentiras y me bloquearon de todas las redes», apuntó Leandro.

Y agregó a Tiempo: «es todo mentiroso el comunicado, diciendo que el equipo médico de ellos actuó enseguida, cuando en realidad fuimos los asistentes los que actuamos en el lugar. El médico de ellos, que supuestamente era el médico de ellos, no sabía ni ambucear a una persona. La ambulancia dicen que llegó enseguida, mentira, tardó media hora y terminó llegando el SAME, no la ambulancia privada que deberían haber tenido ellos».

Y completa con una última indignación: «Al otro día abrieron como si nada, ni siquiera tuvieron un día cerrado por respeto. Ese lugar debería estar clausurado y sin embargo en Instagram ves las publicaciones de que vengas a pasar el día, todo divino, todo hermoso, ‘contamos con todo el protocolo de seguridad’, mentira.