Columna de opinión.
Pensar que a muchos les causa gracia mágica el efecto mariposa y aquí habría que ver la secuencia retrospectiva de fenómenos causalmente interrelacionados para comprender por qué estoy hoy dudando si ampliar o no el horizonte de sujetos a quienes ofrendarles mi amor por medio de un regalo (material) de Navidad. ¿Dónde empieza la cadena de causas? Mejor no pensar, tanto pensamiento crítico encuentra aleteos de mariposa por todos lados, no vaya a ser cosa que pensando vislumbremos los rizomas, las tramas, las conexiones trabajosamente desmanteladas.
Pero claro, siempre hay un che, es Navidad, dejensé de joder con politizarlo todo. La gente quiere festejar, así lo indican las encuestas. Optimismo para todos, para la gente, para los pobres, para los extranjeros. ¿O no es la Navidad la celebración de la esperanza? Las películas y relatos de Navidad no fallan nunca: un acto desinteresado de amor al prójimo rinde mucho más que un par de zapatos. El problema es que el amor en Navidad no tiene que ver con el próximo (de allí proviene prójimo) sino con el extraño.
Es que siempre hay un che, pero siempre hay también un ¿te parece? María llegando montando un burro, teniendo que dar a luz en un establo rodeada de animales, el recién nacido yaciendo en el recipiente donde comen las vacas, los caballos, forasteros todos, María, José, Jesús, las vacas, los caballos, los chanchos, las gallinas: extraños extranjeros de lo humano conviviendo en un establo, espacio abierto sin defensas recibiendo al necesitado. No che, cero política el festejo, mejor sigamos viendo cuántos entran en la lista de los posibles, mirá que la clave de un buen festejo es el intercambio y la reciprocidad, sobre todo porque es la familia lejana de la tía Juana la que siempre hace los mejores regalos.
En realidad, deberíamos saber todos de antemano qué nos va a regalar cada uno, así podemos hacer bien las cuentas y organizarnos mejor: una buena economía es el mejor resguardo para nuestras angustias. Pero che (otra vez el che), no te vas a angustiar en Navidad, mirá que linda la familia, la tía Juana, la comida, la mayonesa, la sidra, los cohetes, todo va a estar mejor a partir de ahora, la Navidad es la celebración del amor, nos hace a todos mejores personas.
Claro, faltaba el carácter universal del festejo: a todos. ¿Y quiénes somos todos? ¿Incluye también a los animales del establo? No, no es literal, amigo, es una metáfora obviamente. Según recuerdo en el establo no había puertas, ¿por qué estamos entonces acá encerrados comiendo y chupando hasta el vómito? Es que resultaría imposible una economía del regalo sin puertas donde tengamos entonces que armar una lista de compras tan grande que nos desbordaría incluso en lo que somos. ¿Pero quién puede ser tan idiota de regalar más de lo que tiene? ¿O será que un regalo excede toda economía y tiene más que ver con la pérdida que con la ganancia? ¿Regalar para perder? ¡Qué idiotas! Idiota, en griego, remite a la disposición por la cual alguien se encerraba demasiado sobre sí mismo perdiendo así el nexo con el sentido común imperante. De este modo describe Platón a los primeros filósofos: los idiotas que por mirar tanto para arriba, hacia lo lejos, se caían en todos los pozos. Y aún hoy después de más de dos mil años, nos siguen queriendo convencer de la inutilidad del cuestionamiento y de la apuesta por un exitismo existencial que nos convierta en grandes profesionales salta pozos.
¿Pero cuál es el éxito de una existencia? ¿Saltar pozos? ¿Y por qué hay pozos? ¿Quién los excava? Tanto mirar hacia lo lejos, tantas preguntas. ¿Para qué nacer en un establo? ¿Por qué circula más el relato de Papá Noel que el relato del establo? Che, ¿no se podría cambiar al establo por algún otro rinconcito de la casa? ¿Te parece?, es que justamente el establo no está en la casa sino afuera, o sea atrás. No en la casa, sino atrás, en las dependencias de servicio. ¿Invitarías a una mujer foránea montada en un burro a punto de parir a compartir la mesa? ¿Cuál es el alcance de nuestro amor? Si aún hay alcance, no es entonces amor. Si aún hay moral del regalo, entonces no hay entrega. Igual siempre podés escribir una cartita y defender el valor de los regalos espirituales, pero lo cierto es que la lista se achica. Está claro que lo nodal de la Navidad no pasa por lo material, pero más claro está que lo espiritual no es un desecho al que se acude cuando el bolsillo empequeñece. Tanto idiota mirando para arriba, van a terminar creyendo que la estrella es para todos <
Ordenaron al juez ampliar la indagatoria del acusado por el triple lesbicidio de Barracas y…
Con Silvia Lospennato convertida en figura nacional, Macri resiste el embate libertario que busca desplazarlo…
El candidato de Es Ahora Buenos Aires aspira a romper el techo histórico del peronismo…
Más de 5000 personas evacuadas y otras tantas autoevacuadas en al menos once municipios, que…
Con una oferta de 17 frentes políticos, hay una tanda de candidatos que según las…
Es por el congelamiento del bono de 70 mil pesos. El derrape del haber mínimo…
En la movilización de jubilados y jubiladas del 12 de marzo, en la que fue…
Luego de la liberación total de ese segmento, el precio subió en forma sideral mientras…
Una frase representativa: se la escribieron al Pepe Mujica sus cumpas del MPP que fundó…
Las ventas minoristas reaccionan, pero el ritmo del ajuste salarial es una traba. El mercado…
En 15 días fueron asesinadas cuatro mujeres en Jujuy y en Tucumán. La cifra de…
El miércoles se realizará la medida que paralizará la actividad en toda la provincia. El…