En su visita a la Casa Blanca, el primer ministro israelí desplegó un plan acorde con la propuesta estadounidense para expulsar a los pobladores originarios.
«No estamos reteniéndolos», sino que están «encerrados» porque no les dejan salir, sostuvo Netanyahu en referencia al plan propuesto por Estados Unidos para reasentar a la población palestina del enclave en otros países. «Nosotros no los hemos encerrado«, reiteró.
El premier israelí comparó la situación en Gaza con la de otras guerras, como las de Ucrania o Siria, en las que la gente pudo escapar, y defendió la propuesta de «permitir que la población de Gaza elija libremente ir a donde quiera (…) Es decir, deberían tener esa opción», dijo, asegurando que hay contactos en marcha con otros países que «están dispuestos» a acoger a los palestinos, aunque no ha querido concretar ningún nombre.
Trump, por su parte, recordó que Gaza no es un «lugar seguro» para los palestinos porque, aunque él aboga por la salida de la población, «también hay otras ideas». «Ya saben cómo lo llamo: un gran lugar en el que nadie quiere vivir», agregó, reiterando su plan de que Estados Unidos controle el enclave. Es decir, un proyecto de limpieza étnica legitimado por al posible traslado a otras regiones de los pobladores originarios.
«Tener una fuerza de paz como Estados Unidos allí, controlando y siendo dueño de la Franja de Gaza sería algo bueno«, dijo, mientras repitió, con su vieja concepción comercial, que el enclave palestino es una «increíble pieza de importante propiedad inmobiliaria».
Trump criticó sin remilgos que las autoridades israelíes «tomaron una propiedad frente al mar y se la dieron a la gente por la paz. ¿Cómo funcionó eso?», en alusión a la retirada de 2005, con el desmantelamiento de las colonias judías.
«Israel nunca debería haber entregado Gaza. No sé por qué lo hicieron (…) No lo sé. Les prometieron paz, pero no ha funcionado. Gaza es una trampa mortal peligrosa», argumentó.
Por otra parte, Netanyahu indicó que Israel está trabajando en un nuevo acuerdo de liberación de rehenes y alto el fuego «y esperamos que tenga éxito». Pero la ofensiva contra la población ya se cobró más de 50.000 muertos gazatíes luego de los ataques del 7-O de 2023 y unos 500 desde la nueva ofensiva de hace dos semanas.
Los jefes de Estado de Francia, Egipto y Jordania, a su vez, abordaron «formas de asegurar urgentemente» un alto el fuego en la Franja de Gaza. El presidente francés, Emmanuel Macron; su homólogo egipcio, Abdelfatá al Sisi; y el rey de Jordania, Abdalá II; que realizaron una cumbre trilateral en El Cairo, han subrayado en una llamada telefónica con Trump «la necesidad de reanudar inmediatamente el pleno acceso para la entrega de ayuda humanitaria y la liberación de todos los rehenes y presos».
«También han destacado la necesidad de crear condiciones propicias para un horizonte político y movilizar esfuerzos internacionales para poner fin al sufrimiento del pueblo palestino, restablecer la seguridad y la paz para todos e implementar la solución de dos Estados», reza un comunicado de la Casa Real jordana y la Presidencia egipcia.
A todo esto, la preocupación de Netanyahu se dividía entre su mitin con Trump y la feroz interna que disputa con el servicio de inteligencia, Shin Bet, por la expulsión de su jefe, Ronen Bar, y su reemplazo por Eli Sharvit.
Así, el domingo publicó un extenso mensaje en hebreo en su cuenta de X donde fustiga la publicación de grabaciones “de chantajes y amenazas por parte del jefe adjunto de la división judía del Shin Bet contra el oficial de policía Avishai Mualem”, y añade: “Avishai Mualem se negó a cooperar con la demanda del jefe de la división judía del Shin Bet de llevar a cabo arrestos falsos de ciudadanos israelíes y defendió la ley. Después de eso, fue arrestado repentinamente con la aprobación del Fiscal General bajo sospecha de corrupción. Esta es una prueba más de la conducta corrupta de la división judía del Shin Bet bajo el mando de Ronen Bar, en plena cooperación con el asesor jurídico del gobierno”.
La Fiscal General rechazó el reemplazo de Bar con el argumento de que el Shin Bet es un organismo independiente del Ejecutivo. Contra ella y el ¿ex? jefe del servicio de inteligencia interior descargó toda su furia el jefe de estado. “Ronen Bar y Gali Baharav Miara, quienes tienen una relación de larga data, presentaron una denuncia contra el oficial de policía Mualem y ahora están trabajando juntos para evitar el despido de Bar”, escribió Netanyahu.
“Las investigaciones políticas deben cesar inmediatamente. Ronen Bar, quien fracasó miserablemente el 7 de octubre y desde entonces ha perdido la confianza de todo el gobierno, debe dejar de atrincherarse en su posición y dejar su cargo inmediatamente”, finalizó el primer ministro. Que por lo que se ve, se acordó de culpar al titular del organismo por las fallas de seguridad en aquei nefasto día 18 meses tarde.
alg con Europa Press, Sputnik y Xinhua
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