Olivier Guez: «Buenos Aires es una Europa que no existe»

Por: Mónica López Ocón

El escritor francés presentó en la Argentina su última novela, Mesopotamia. En ella rescata la figura de Gertrude Bell, funcionaria del Imperio británico que tuvo un papel importante en la conformación de Irak luego de la Primera Guerra Mundial.

«En la segunda mitad del siglo XIX –explica Oivier Guez en el prólogo de su última novela, Mesopotamia, la economía se globaliza por primera vez en la historia de la humanidad. (…) A fuerza de trabajo, organización y talento, los europeos ponen fin a milenios de impotencia. (…) Nunca se dan por satisfechos y, a finales del siglo XIX los acomete un frenesí de conquista, un nuevo tipo de fiebre: el imperialismo. (…) Oriente Medio, olvidado durante siglos, poco explorado y mal conectado con la economía mundial, suscita la codicia de las grandes potencias…(…) Y en las tierras del moribundo Imperio otomano al que todos se esfuerzan por  rematar, es precisamente donde se juega  el siglo XX, es decir, el futuro del mundo.”

En la nueva configuración de Medio Oriente, luego de la Primera Guerra Mundial, hay una figura de gran protagonismo que, sin embargo, es poco conocida: Gertrude Bell (1868-1926) a quien Guez rescata en su novela. Ella fue  una pieza clave en la conformación de Irak por lo que se la llama “la madre de Irak”. Interactuó con figuras como Thomas Edward Lawrence, más conocido como Lawrence de Arabia, y con Winston Churchill.

Proveniente de una riquísima familia victoriana, defendió a ultranza los intereses del Imperio británico y rompió con las convenciones propias de una mujer de su época.

Guez viajó de Francia a Buenos Aires para presentar Mesopotamia, un libro monumental no por su extensión, sino por cantidad de información que contiene y por los variados escenarios que describe. El autor de la exitosa novela La desaparición de Josef Menguele, que ganó el Premio Renaudot y que fue llevada al cine, relata ahora la vida de una mujer que tuvo una vida extraordinaria y, a la vez, desdichada.

Olivier Guez

–¿Qué te llevó a escribir un libro sobre Gertrude Bell? ¿Qué encontraste en ella que te llamó la atención?

-Tuvo una vida extraordinaria, muy particular, muy compleja. Su papel en la conformación del Medio Oriente moderno es poco conocido. Me llamó la atención todo lo que hizo: fue alpinista, arqueóloga, escritora, una de las primeras mujeres que estudió en Oxford. Además, sus historias de amor son súper tristes. Vivió en una familia muy rica y luego asistió a la caída económica de la familia. Todo es increíble. Los personajes que aparecen como laterales en su historia  como Lawrence, como Churchill, como Faisal, son todos grandes personajes. Entonces, cuando descubrí esta historia, pensé que debía escribir una novela.

–¿Y cómo descubriste esta historia?

–Por casualidad: cuando empezó la guerra contra en Irak en 2003, fui periodista en Medio Oriente y leí en un periódico inglés la historia desconocida de la mujer a la que llaman la  Madre del Irak. Entonces empecé  a informarme un poquito sobre ella y confirmé, como te dije, que su historia fue increíble.  Pero poco conocida.

–En cambio, sí trascendió la figura de Lawrence a lo que posiblemente contribuyó una vieja película, Lawrence de Arabia, protagonizada  por Peter O’Toole.

-Sí, fue una película de los años ’60 que se hizo muy conocida.

Foto: Diego Martinez @@ildieco_diegomartinezph

Además de escritor, sos periodista, ¿no es así?

–Fui periodista. No trabajo en periodismo desde hace unos diez años, excepto alguna nota que escribo de vez en cuando para algún periódico.

-Pero igual se te nota la impronta del periodista en el tema de la investigación. Al final de Mesopotamia consignás la  bibliografía que consultaste, cosa que no suele hacerse en las novelas. Hay cosas que supongo que las viviste, porque hay muchísimos  escenarios en la novela que están descriptos con mucha precisión.

-Esos lugares son una mezcla de elementos que he vivido en Medio Oriente cuando fui hace 20 años o 25 años y de mi imaginación, porque no estuve directamente en Irak, no la conozco. Es un trabajo de escritor más que de periodista. Es como en el cine. La película sobre Menguele basada en mi novela, por ejemplo, que se presenta esta noche en el cine Gaumont (se refiere al 26 de noviembre) fue filmada en Uruguay. Es decir, los escenarios son falsos. Se trata de crear o recrear un ambiente

–¿Qué diferencia hay en tu actitud cuando escribís una novela que cuando escribís un texto periodístico?

–No es la misma escritura. En la novela soy como un chef que tiene muchos ingredientes y los va mezclando. Y este libro tiene varios ingredientes salidos de mi imaginación que La desaparición de Josef Mengele porque tenía menos datos. Yo quería jugar con los códigos del orientalismo, es decir, con la mirada occidental sobre el mundo oriental. Para recrear ese mundo jugué con la literatura, los colores, los sabores, los paisajes… Fue un gran placer y también un desafío importante porque yo quería que los lectores se sumergieran en ese mundo oriental.

–Es un libro con una información apabullante. ¿Cómo  hiciste para organizarla? Creo que no habrá sido fácil.

-No, no lo fue. Fue difícil,  pero me tomé mi tiempo para leer todo, para digerirlo, para organizarlo. Entonces antes de escribir tenía una estructura muy precisa. Tabajé como un director de cine que tiene todo un plan antes de comenzar a filmar: las escenas 1, 2, 3, 4. Tener la estructura antes de escribir fue súper importante. Si no, me hubiera perdido en ese mundo.

-Es una novela que tiene que cumplir con los datos de la realidad.

-Claro. La ficción, en este caso, tuvo la función de completar la realidad.

Vi en el en la bibliografía que citás unas cartas, pero me queda la duda de si las cartas que Gertrude le escribe a Dick son reales o son producto de tu imaginación. 

-Son reales. Pero la carta de Gertrude al padre es ficción, la escribí yo, pero tomé elementos que había leído en otras cartas.

-¿Y cómo fue el proceso de escritura de esta novela? ¿Cuánto tiempo te llevó?

-Un poquito más de un año. La escritura es lo que me gusta más. No puedo decir que es fácil, pero es placentero. Leer sobre Gertrude también lo fue. Luego, transformar esa lectura en las noticias que debían entrar en la novela no lo fue tanto,  pero hacer ese trabajo, tener un sistema de noticias muy precisas y bien organizadas luego te facilita las cosas porque te permite concentrarle en la escritura como si se tratara de una novela totalmente ficcional.

Pero también la novela ficcional permite dos actitudes. Hay escritores que tienen todo planificado antes de escribir y otros que se lanzan a la escritura sin red. ¿A qué grupo creés que pertenecerías si escribieras pura ficción?

-Bueno, eso lo veremos, porque lo próximo que voy a escribir es una novela de ficción total.

-¿Se puede preguntar de qué trata la próxima novela?

-Se puede preguntar.

-Te pregunto entonces: ¿cuál es el tema de tu próxima novela?

-Se puede preguntar, pero eso no lo voy a contestar (risas). Es una sorpresa. Si nos vemos en dos años, cuando esté terminada, hablamos de eso.

-En dos años, entonces, te vuelvo a preguntar. Ahora te pregunto si creés que Gertrudre Bell trascendió poco por su condición de mujer.

-No, creo que es porque no escribió un libro importante como lo hizo Lawrence. Escribió varios libros, pero que no se transformaron en clásicos de la literatura mundial como el de Lawrence, no fue objeto de una película que se hizo tan famosa como Lawrence de Arabia y, sobre todo, porque ella fue, sobre todo, una administradora del Imperio británico. Bell formó parte de ese mundo que no tiene una memoria oficial.

Ella es la madre de Irak, un Irak que también desapareció con la revolución del 58. No quedó casi nada de lo que ella hizo, salvo el Museo Arqueológico que fundó. Por otro lado, Bell no le habla a la mujer de hoy. Ella era conservadora, estaba en contra del voto femenino, era antifeminista, era imperialista.

-¿Su vocación de arqueóloga era rara en su época?

-No, el siglo XIX es el siglo de la geología. Muchas de las grandes ciudades de la antigüedad fueron descubiertas en esa época.

-Pero realizar excavaciones arqueológicas no sé si era tan accesible para una mujer.

-Para Bell todo era accesible porque tenía dinero. Ella pagaba todo.

-Sé que tenés una relación especial con Argentina.

-Sí me encanta, me interesa mucho. Es como Alicia en el país de las maravillas. Argentina es el otro lado del espejo respecto de Europa, entonces tiene un movimiento que me interesa mucho, es un cambio de perspectiva  y es también la idea de otra vida, de otra posibilidad. También está la idea del exilio, porque está formada por europeos que se han ido de su país para empezar otra cosa. Tiene una cultura con la que puedes dialogar de manera permanente. Vine a este país cinco veces en diez años y hago todo para volver. Buenos Aires es una Europa que no existe. Aquí los europeos se han fusionado, mientras que eso no sucedió en Europa.

-No sólo somos descendientes de europeos, también de los pueblos originarios.

-Bueno, digamos que hablo de Recoleta.

Volviendo a Mesopotamia, ¿si tuvieras que definirla brevemente, cómo lo harías?.

-Como una novela de geopolítica y de amor.

El primer amor imposible

“Gertrude se pasa los días contemplando el mar gris y a los marineros que lavan la cubierta del barco, y luego, en el Oriente Express, observando el paisaje  otoñal de tonos marrones que desfila por la ventanilla del compartimento. Huraña, atormentada  se pierde en sus pensamientos. Su primo se conforma con las pocas trivialidades que ella murmura despegando apenas los labios cuando van al vagón restaurante. Tumbada en su litera con los ojos clavados en el techo, repasa los últimos meses que han trastornado su vida, el encuentro con ese hombre que ocupa el centro de sus pensamientos y de sus intereses. Gertrude oye su vos cálida, pese al piar de Isadora que revolotea en la jaula. Ve sus ojos, de un azul límpido. Siente sus manos que la cogen de la cintura, en el río; aspira su aliento, que se mezcla con el aroma embriagador de las rosas de los jardines por los que paseaban. Si pudiera volver a hacerlo no lo dudaría, y aunque no volvieran a verse nunca más, habría tenido la oportunidad de experimentar la pasión, unos sentimientos tan puros y tan poderosos  que el corazón le palpita sin cesar. Estalla en sollozos, apoya la cabeza en la mesa sobre los brazos. Miles de kilómetros, semanas de viaje los separan y el tren continúa su loca carrera a través de Europa. Pero Míster Cadogan está en lo cierto. La historia de amor que viven es digna de una novela. Será paciente, le jura al ruiseñor; él saldrá de apuros y entonces se casarán y tendrán unos hijos preciosos”.

 

Fragmento de Mesopotamia de Olivier Guez. Editorial Tusquet.

Compartir

Entradas recientes

Vivir con VIH en tiempos de ajuste libertario: «Sin presupuesto no hay respuesta»

La Asamblea Nacional del Frente VIH, Hepatitis y Tuberculosis, integrada por más de 30 organizaciones…

8 mins hace

Migración

Tenemos que seguir explicando, claro y fuerte, que ninguna persona es ilegal, que migrar no…

9 mins hace

Desarrollan bolsas con almidón de mandioca para reducir el impacto ambiental

Un equipo del Conicet y una empresa misionera avanzan en un proyecto de bioplásticos a…

9 mins hace

Winona Riders: «Hicimos este disco en un contexto del país muy jodido»

Ariel Mirabal Nigrelli, cantante y guitarrista, revela que "Quiero que lo que yo te diga…

10 mins hace

Vicky se enfrenta al abismo de sus deseos en el esperado regreso de «Envidiosa»

La tercera temporada de la exitosa serie de Netflix profundiza en los límites del amor…

14 mins hace

Ping Pong con Norman Briski: “No le doy mucha bola al paso del tiempo”

A los 87 años, sigue actuando, escribiendo y militando. Su filosofía rechaza la nostalgia y…

15 mins hace

Agenda de espectáculos con lo mejor de la semana: Lucy Patané, John Cusack, Hong Sang-soo, Jaz Coleman, Babasónicos y más

Las propuestas más atractivas de música, cine, teatro, streaming y diversas actividades culturales.

16 mins hace

Histórico: comienza juicio por el daño a la salud que causan las fumigaciones

Siete empresarios y dos funcionarios del Municipio de Pergamino rendirán cuentas por las aplicaciones de…

16 mins hace

Celular

18 mins hace

El diablo siembra el pánico en Argentina y Mirtha, la Chiqui, es la única que puede detenerlo

En su última y delirante novela, “Pesadilla americana”, Leandro Ávalos Blacha imagina una Argentina que…

20 mins hace

Agenda cultural para todes

Música, teatro, debates y mucho más. Mirá todas las propuestas para la semana.

21 mins hace

Rosalía llegó a la Argentina y ya se hizo hincha de Boca

La cantante y compositora llegó a nuestro país en el marco del tour de promoción…

2 horas hace