El documental de Netflix está generando múltiples debates. Uno de ellos se desprende de los comentarios del ex Arco Iris en los que se reivindica como un pionero de la new wave en los primeros '80, en contraposición al "Mientras miro las nuevas olas, yo ya soy parte del mar" que inmortalizó Serú Girán. Lee la carta de Santaolalla en la que intenta despejar la polémica que se desató en las redes.

Uno de ellos se desprende de los comentarios del ex Arco Iris en los que se reivindica como un pionero de la new wave en los primeros ’80, con la banda Wet Picnic, cuando estaba radicado en Los Ángeles. Santaolalla contrapone esa búsqueda estética al «Mientras miro las nuevas olas, yo ya soy parte del mar» que Charly inmortalizó con Serú Girán.
A continuación, la carta que Santaolalla publicó en sus redes sociales:
Considero a Charly García un amigo del alma. Alguien a quien conozco de muy chico y con el que me une una amistad hermosa que hemos mantenido a través de los años.
Cuando allá por 1981 regresé brevemente a Argentina para grabar mi primer álbum solista, venía de Los Ángeles, de haber tocado en Wet Picnic (banda que teníamos con Aníbal Kerpel) y Los Plugz (banda chicana seminal en la escena punk de LA).
Luego de llegar a USA en 1978 y haberme encontrado con una escena musical para mi gusto aberrante, representada por grupos como Boston, Styx, Kansas o Journey (rock corporativo en su máxima expresión) me sentí perdido y decepcionado.
¿Cómo terminó esa historia? Charly vino a las grabación de mi disco, hablamos, nos dimos cuenta que ni lo de su letra era tan grave ni mi molestia tan importante. Escuchamos varios temas, nos abrazamos como se podía en esos tiempos y ya. Se acabó. Hay cosas que no se rompen.
Años después regresé a Argentina para hacer “De Ushuaia a La Quiaca” con mi hermano León Gieco. En ese viaje me encontré nuevamente con Charly cuando me invitó a su grabación de Piano Bar. Allí me vi con él y también con Fito, con Alfredito Toth y Pablo Guyot.
Escuché esos temas maravillosos que estaban grabando y pasamos nuevamente un momento hermoso. En esta historia que comenzamos a escribir hace 50 años y que aún seguimos haciendo, hemos jugado muchos partidos.
A veces en los partidos hay puteadas: “Eh,¿no ves que no la pasás?“; “¡¡¡Bajá, te dije que bajés!!!”; “¡¡Dale, morfón!!”. Son eso, nada más, puteadas en medio de un partido.
Después, al vestuario a abrazarnos y a estar listos para jugar juntos de nuevo.
Amo y admiro profundamente a Charly. Es un amigo del alma con el cual hemos vivido momentos mágicos e inolvidables. Muchachos, muchachas y muchaches, estaría bueno que lo sepan, lo entiendan, y por favor, no rompan más.
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