Después de que en los últimos siete años fuera por diferentes pantallas, el Superclásico de hoy se transmitió sólo por el Trece, el canal del Grupo Clarín.

El Trece ganó el Superclásico de esta tarde antes de que comenzara el actual campeonato. Fue, aseguran, mediante un sorteo en el que compitió con Telefe, que a su vez se quedó con el que se jugará en el primer semestre de 2017. Ambos canales habían negociado a principios de año con el gobierno quedarse hasta mayo con los partidos de River y Boca, los que se turnarían para transmitir, a cambio de 180 millones de pesos. Fue el primer paso de Mauricio Macri para liquidar el Fútbol para Todos, a pesar de que la promesa de campaña había sido la de mantenerlo. Ese acuerdo, cuando se cayó el intento de licitación, se mantuvo por un nuevo campeonato. Los dos Superclásicos que se jugaron este año por el torneo corto del primer semestre fueron en tres pantallas diferentes (Telefe, El Trece y América TV), incluso con tres equipos periodísticos diferentes. El de hoy fue exclusivo. La cuestión será saber si Telefe podrá transmistir el próximo, como está previsto, o si un acuerdo por la televisación lo deja afuera.
Si es por lo que piensan en Telefe este esquema continuará al menos seis meses más. Al menos, es el cálculo de Viacom, la corporación estadounidense que le acaba de comprar la señal a Telefónica. Hasta hay un guiño del institucional de fin de año que se verá en los próximos días, con la bienvenida a 2017, del que también participaron los periodistas que están a cargo de las transmisiones. Pero estos parecen datos de colores al lado de lo que ocurre con las negociaciones entre los clubes y las cadenas Fox y Turner, hasta ahora las únicas que hicieron una oferta concreta en conjunto para las transmisiones del fútbol argentino.
«Unos no saben qué quieren vender y otros no saben qué quieren comprar», le dice a Tiempo una fuente que conoció detalles de las reuniones. La dupla Turner-Fox le presentó al gobierno una oferta por 2200 millones de pesos para 2017, más una participación a los clubes en futuras ganancias dependiendo del rating, con la condición de que se firme un vínculo por 15 años. Los que recibieron la propuesta fueron el secretario general de la Presidencia, Fernando De Andreis, y Fernando Marín, ex gerenciador de Racing y designado por su amigo Macri para liquidar el Fútbol para Todos. Ambos funcionarios le trasladaron la propuesta a los clubes, que pidieron 3500 millones de pesos y una participación extra para llegar a los 4200 millones. Tampoco quieren un contrato tan largo. Proponen que sea por tres años, a lo sumo cinco, pero el plazo es clave para las empresas, sobre todo si se pone sobre la mesa la posibilidad de que algunos partidos durante, al menos hasta 2019, vayan por televisión abierta. «Nos estamos haciendo cargo de un torneo con 30 equipos y encima quieren la gratuidad. El fútbol argentino, en estas condiciones, no vale eso», dijeron desde las cadenas. Esa condición también se podría cumplir si, como propusieron algunos dirigentes, el gobierno pone los 1200 millones de pesos de diferencia.
«Nosotros ya dijimos que desde el 1º de enero no vamos a poner un peso más, tienen que tratar de llegar a un acuerdo entre ellos», responde una fuente del oficialismo. Pero entre los principales dirigentes del fútbol argentino saben que esa postura no puede ser tan tajante. Mucho más cuando quedó claro, como lo admitió Marcelo Tinelli, que el pedido de los clubes para que se rescinda el contrato de Fútbol para Todos fue una puesta en escena. En realidad, esa carta redactada por el entonces jefe de Comunicación de la AFA, Ernesto Cherquis Bialo se escribió a pedido del gobierno, a través de Daniel Angelici, que intentó tener un salvoconducto para no pagar un costo político. El contrato del FPT sigue vigente.
Mientras, los clubes mueven la posibilidad de que entren a jugar otras cadenas, como ESPN y Al Jazzera. Pero, antes que cualquier movimiento, lo que necesitan es contener el frente interno. Los dirigentes del Ascenso ya advirtieron que cualquier nuevo vínculo tendrá que cerrarse una vez que se realicen las elecciones en la AFA. «El único que puede firmar un contrato dice Daniel Ferreiro, vicepresidente de Nueva Chicago es un presidente electo por los votos de los clubes.» Pero para que haya elecciones tiene que haber primero un estatuto. Y, como contó Cherquis Bialo en Infobae el último viernes, el estatuto que propuso la FIFA no le cayó bien a Macri, que pidió cajonearlo. Nunca antes un gobierno en sólo un año de mandato hizo tanto esfuerzo para tener el fútbol bajo su dominio absoluto. Todavía no lo consiguió.
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