El Muñeco tiene un reconocimiento en el fútbol que va más allá de los hinchas Millonarios.
Personajes del fútbol que logren consenso más o menos generalizado en Argentina hay varios, pero la mayoría llega a ese lugar bajo el halo de la Selección o desde las transmisiones del fútbol extranjero. La distancia elimina las anteojeras del hinchismo vernáculo y le permite al bostero aplaudir a Javier Mascherano, al canalla lo deja querer a Lionel Messi y al leproso respetar a Ángel Di María. Alcanzar algo así desde el fútbol argentino es mucho más complicado y los ejemplos como el de Juan Román Riquelme o el de Ricardo Bochini no son tantos.
No es el éxito una condición suficiente para alcanzar ese status. Tampoco hitos determinados. La nacionalización de una figura en el fútbol argentino es producto de una construcción en el tiempo, a la que de a poco, o en oleadas, se le suman hinchas que logran salir de la lógica binaria que tiene al riverboquismo de Twitter o Facebook su mayor y más detestable expresión. A medida que determinadas figuras mantienen su categoría partido a partido, torneo a torneo, los hinchas van sumando argumentos o convencimientos para aceptar que un eventual rival es de buena cepa de verdad
Gallardo, desde que llegó a River a mediados de 2014, logró armar determinados equipos que por su juego se ganaron la admiración ajena, en especial en el primer y en el último semestre. Rearmó planteles y esquemas -y reinventó equipos- para levantar trofeos en casi todas las temporadas y también superó con determinación escollos durísimos, como las eliminatorias con Boca, los duelos con Cruzeiro, la final de la Copa Argentina contra Rosario Central y la reciente serie ante Jorge Wilstermann, con una remontada difícil de olvidar. Las formas, los nombres y los logros varían; Gallardo y su capacidad de hacer que el equipo deje la marca son la constante.
¿Alcanza para admirarlo independientemente de la camiseta? La heterogénea postulación para que reemplazara al Patón Bauza en la Selección parece responder esa pregunta, y el dato de que sólo dos veces el entrenador de River o de Boca tomó el mando albiceleste desde 1974 Passarella en 1994 y el Coco Basile en 2006 no hace más que reforzar la respuesta. Si algún día Gallardo se convierte en el entrenador de la Selección y logra repetir su labor en River, el reconocimiento por encima del hinchismo habrá cerrado el círculo que comenzó a trazar hace más de tres años.
El autos muestra que la idea de adoctrinamiento en la enseñanza universitaria de la economía…
Cristina Kirchner priorizó las críticas a Milei en su discurso en Quilmes, pero lanzó reproches…
La expresidenta reapareció en públicamente en un acto en Quilmes. Sostuvo que el gobierno "no…
Cada vez son más los analistas cercanos al gobierno que advierten que el billete verde…
Este lunes comienza el tratamiento en Diputados. Se espera una sesión de 48 horas con…
Es una propuesta que impulsa el Ministerio de Capital Humano en diálogo con sectores vinculados…
La organización del evento que será en Córdoba está a cargo de Karina Milei. Desde…
Por un millón de pesos de canon mensual se accede a un predio para explotación…
Ahora con Milei la situación es tan dramática que el tiempo de “la autocrítica” ha…
Sobre la decisión de Argentina de no permitir que se provea de combustible a los…
Las presiones de Israel dieron efecto y los buques de bandera de Guinea-Bissau no fueron…
El Consejo de la Magistratura no llegó a pronunciarse sobre la conducta del juez. Cerró…