Los tres hombres que llegaron a juicio en Mar del Plata acusados del abuso sexual y femicidio de Lucía Pérez, en 2016 tras ser drogada, fueron absueltos el lunes por un tribunal oral, aunque dos de ellos fueron condenados a ocho años de prisión pero por «tenencia de estupefaciente con fines de comercialización».

Los jueces Facundo Gómez Urso, Aldo Carnevale y Pablo Viñas condenaron a Matías Farías (25) y a Pablo Offidani a la mencionada pena, mientras que Alejandro Maciel (61) fue absuelto. Ambos condenados fueron considerados responsables del delito de «tenencia de estupefacientes con fines de comercialización agravado por ser en perjuicio de menores de edad y en inmediaciones de un establecimiento educativo».

En tanto, el Tribunal los absolvió por el “abuso sexual con acceso carnal agravado por resultar la muerte de la persona ofendida y favorecido por el suministro de estupefacientes” por no haberse probado la acusación sobre ese hecho.

Maciel será excarcelado bajo caución juratoria ya que cumplía un arresto domiciliario por su presunto “encubrimiento agravado”. El fiscal Daniel Vicente había solicitado en su alegato la pena de prisión perpetua para Farías, al considerarlo autor de “abuso sexual con acceso carnal agravado en concurso ideal con femicidio, con el agravante del suministro de estupefacientes a una menor”.

Por su parte, el defensor del Pueblo bonaerense, Guido Lorenzino, cuestionó el fallo judicial que absolvió de los cargos de femicidio y abuso sexual a los imputados por el crimen de Lucía Pérez y consideró que esa decisión “naturaliza la violencia contra las mujeres”.

“La impunidad frente a la muerte o el asesinato de una mujer no sólo alienta nuevos abusos, sino que también transmite el mensaje de que la violencia contra la mujer es aceptable o normal”, precisó Lorenzino.

El Defensor del Pueblo se pronunció de esa manera sobre el fallo del Tribunal Oral en lo Criminal N°1 de Mar del Plata, que absolvió a Matías Farías, Pablo Offidani y Alejandro Maciel de los cargos por el supuesto abuso sexual y el femicidio de la joven, ocurrido en esa ciudad balnearia en 2016, y los condenó por venta de estupefacientes.

Lorenzino aseguró que “pareciera que el asesinato es sólo un daño colateral de la compra y venta de drogas. La Justicia dejó pasar una oportunidad de reprochar conductas graves contra el cuerpo, la integridad sexual y la vida de una joven que sufrió una muerte terrible”.

“La impunidad, además de negarle justicia a la víctima y a sus familiares, refuerza las relaciones de género reinantes y la reproducción de desigualdades estructurales de dominación”, graficó. Además adelantó que la Defensoría acompañará a la familia de Lucía Pérez en las instancias de apelaciones.

En tanto, para Offidani había pedido que sea condenado a 18 años de cárcel, al considerarlo “partícipe necesario” del mismo delito, y retiró la acusación por “encubrimiento agravado” que pesaba contra Maciel, sindicado como quien lavó el cuerpo de la menor y de quien pidió la libertad que finalmente fue consumada este lunes.

El abogado de la familia de Lucía, Gustavo Marceillac, pidió que los dos primeros imputados sean condenados a perpetua y Maciel a cuatro años y medio de prisión.

De acuerdo a la hipótesis de la fiscalía, la adolescente conoció a Farías y Offidani un día antes de su muerte, el 7 de octubre de 2016, cuando ellos se acercaron a través de una amiga de la Escuela Media 3 local para venderle un cigarrillo de marihuana.

En horas de la mañana siguiente, ambos pasaron a buscar a Lucía por su casa y se fueron hacia la vivienda del primero, en Racedo al 4500, del barrio Alfar, donde habría sido drogada y abusada sexualmente.

Luego, los imputados llevaron a Lucía en una camioneta a la Unidad Sanitaria de Playa Serena, adonde la menor de edad llegó sin signos vitales y los médicos trataron de reanimarla durante 40 minutos.

El caso Lucía Pérez tuvo una fuerte repercusión a nivel nacional e internacional hace dos años, luego de que la fiscal que originalmente estaba a cargo de la causa, María Isabel Sánchez, informara en los inicios de la investigación que la víctima había sido drogada, violada y «empalada», esto último finalmente descartado.

Incluso, este hecho derivó en el primer paro internacional de mujeres que se realizó en la Argentina en 2016 con el impulso del movimiento feminista Ni Una Menos.