“¡Es 144!”, se la escucha decir a Andy Testa en un momento de su película, Niñas Mamá. Su intervención (única en todo el film) no es casual. Una de las adolescentes cuenta cómo llegó al hospital con el parto adelantado tras la golpiza que le dio su marido, “mi amiga me salvó porque llamó al 143, dice la chica, y Andy corrige.

“Rompí el silencio porque no podía estar mal ese número. Es la primera vez que quiebro el dispositivo que armamos con la película, me meto con la voz porque creo que ella también se tenía que llevar ese número en su cabeza”, expresa a través del teléfono.

La directora del documental es experta en asumir desafíos. En pleno 2016, cuando el macrismo comenzaba a expandir su mensaje contra los pibes de los barrios y a fogonear el gatillo fácil, sacó el documental Pibes chorros. En 2018, cuando se discutía el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo, Testa había empezado ya a filmar Niñas Mamá.

“El debate era qué película estábamos filmando, porque había una pulsión de lo que sucedía afuera y de la que no podés salir. No es de estas películas urgentes que salen y ya. Había que pensar esta problemática de manera más estructural y pensando, con mi deseo personal y del equipo, qué pasaba si la ley salía, qué pasaba con todas estas vidas. Entonces aportemos a la discusión desde este lugar tan de trinchera, de resistencia como un hospital público donde se debate entre la vida y la muerte, con esas mujeres que llegan y llegan. Pasó algo con eso de filmar justo en 2018, algo va emergiendo en la película”, comenta la directora.

Niña Mamá es un documental desgarrador e intenso que retrata desde los consultorios de un hospital a chicas embarazadas, que recién parieron o que están internadas por complicaciones de abortos inseguros y clandestinos. Relatan sus experiencias en primera persona y configuran un registro de la vulnerabilidad de los jóvenes.

–¿Cómo nació la inquietud para hacer esta película?

–Genera diferentes disparadores. Hay algo de adentro mío que se me enciende y es la necesidad de encarar un tema. Tenía desde un principio el título: Niña mamá. Me pasó con la película anterior y también con esta, ver cómo las violencias interceden esos cuerpos vulnerables, y la maternidad era un marco para hablar. Hay una pregunta que aparece y es que se les exige que cuiden, y entonces, quiénes van a cuidar de ellas. Esa imposición que como sociedad permitimos. Por suerte, la campaña “Niñas no Madres” logra decir “esto basta”. Hay toda una gran parte de la sociedad que permite que haya niñas forzadas a parir y a maternar. No es sólo el hecho obstétrico si no que recae de manera trágica ese rol sobre ellas. Si mujeres adultas nos lo replanteamos, qué pasa con las adolescentes en estos sectores donde se encuentran un montón de violencias que las interceden.

–¿La sociedad tiene noción de lo que pasa en esos espacios?

–Es tremendo lo estructural del tema. Hay algo estructural que arma una pregunta fuerte que la película lo aborda también. Qué pasa si deciden interrumpir esos embarazos que no son productos de sus deseos, hay embarazos planificados y embarazos forzados. Qué pasa ahí. Además de abrir esas preguntas sobre la necesidad de marcos legales que acompañen a estas mujeres que ponen en riesgo su vida y su salud. ¿Qué pasa a nivel social con los cuerpos de la pobreza?

–Hay un mundo plenamente masculino en Pibes chorros y otro exclusivamente femenino en Niñas Mamá, pero en ambos casos hay una misma vulnerabilidad, ¿cómo abordaste esta situación?

–Es una discusión que transitamos en la película, porque no creo que nadie se ocupe. Al contrario creo que se ocupan para que esto suceda, para que no tengan otro recorrido. Si no tienen acceso a la educación, si no tienen acceso a la salud integral, si no tienen una vivienda digna, si no tienen tampoco una alimentación digna, son muchos de los derechos vulnerados y eso son políticas que lo habilitan. En Pibe Chorros era muy claro decir que están condenados en vivir en este estigma por un lado del pibe chorro peligroso pobre, pero también todo un aparato del Estado que los persigue, que los encierra, que los mata. El sistema se ocupa de que respondan a eso y que sea difícil quebrar esa forma de vida de la que es difícil salir. Se les exige una individualidad, es decir, “si vos elegís otra cosa, podés”. Cuando ves en Niña Mamá un relato tras otro, ves que hay algo estructural, no es sólo falta de información. Las chicas saben. La primera chica que aparece dice que sí sabe los métodos anticonceptivos pero el hospital no se lo puede garantizar. Ella quiere y no puede. El uso del preservativo también, él dice “con él no se puede hablar”. Además de la decisión individual, muy difícil tomarla en diferentes contextos de vulnerabilidad y de violencias, no sólo en el ámbito privado si no también violencias institucionales, también qué acompaña esto y cómo se decide.

–Al menos dos de las chicas que hablan manifiestan estar en contra del aborto, a pesar de que ninguno de los bebés fue buscado ¿cuál te parece que es el motivo de esto?

En lo personal me corrí de lo que pensaba y de lo que yo decidiría en ese contexto. Me planteé respetar lo que decía cada chica porque había sido elegida para la película y para el montaje y por eso, esa voz tenía que estar. Hay que hacer el ejercicio de ponerla a ella como sujeto de derecho, de poder decidir. Me pregunté por las condiciones materiales, por los vínculos, por cómo construyen estar en contra del aborto. Seguramente hay patrones de una educación religiosa o de la familia, o también social. Se dio mucho debate público, empezar a hablar de aborto, a nombrar esa palabra y de ahí todo lo que viene con ella. Me parece que hay algo que es respetable y que yo no podía imponerle otra cosa.

-¿El rechazo al aborto se da en todos los casos?

–La a decisión está en los primeros embarazos, porque después, hay tres casos: dos inseguras clandestinas, y otra interrupción legal. En esta última aparece que ya son el cuarto o el quinto embarazo, que aparece después. Aun sobre ese miedo a morir o en el estar en contra del aborto aparece la necesidad de abortar. Cuando ya son muchos los hijos, no hay condiciones materiales de subsistencia, ya reconocen lo que significa llevar adelante un embarazo en esas condiciones. Hay algo de experiencia propia de la vida de ir modificando lo que piensa.

Trailer NIÑA MAMA from Pensar con las Manos on Vimeo.

Los equipos de salud de los hospitales públicos fueron clave para llevar adelante el proceso de investigación y preproducción de Niña Mamá que consistió en reunirse con quienes se ocupaban de recibir y contener a las chicas. “Hubo una línea más institucional, más administrativa que fue explicar la película que queríamos hacer sin saber del todo. Pasa algo con el cine documental que uno hace un ejercicio de poner en palabras pero después la película se va haciendo. Y no ocultar, eso fue un pacto de confianza con todos, la película fue sobre qué pasa con el embarazo adolescente”, explica Andy Testa. “Con las chicas, pasaba que yo no podía armar un vínculo previo, eran las que llegan y las que quieren participar, pero la mayoría no tiene un seguimiento de sus embarazos. Cuando filmábamos yo estaba muy perceptiva de lo que iba sucediendo si había una situación complicada o sentía que la chica no estaba cómoda, se cortaba”.

–¿Qué aporta desde lo cinematográfico la realización en blanco y negro?

–Fue muy intuitivo desde el inicio, como algo climático que imaginaba de la película sin tener las imágenes, pero sí sabía que tenía que ser en blanco y negro, era una necesidad. Ahora entiendo un poco más, uno después va haciendo un trabajo analítico de esas intuiciones de decidir si es así o si no. Pasó algo de ver que el blanco y negro nos ayudaba a focalizar sobre ellas sin distracciones. Toda la película está sobre ellas como protagonistas, lo que deciden decir, cómo deciden decir y hay algo de unión y a los espacios también.

–¿Cuesta pensar de que esto cambie de acá a unos años?

–Por eso hablo de lo estructural. Puede haber políticas activas en revalorizar la salud pública, hay algo de la precarización que atraviesa todo. Cuando consigamos la ley por aborto legal seguro y gratuito va a allanar muchos caminos. Pero si no nos moviliza, no nos indigna que siempre va a haber una mujer que esté muriendo, ahí tiene que estar aunque sea socialmente tiene que estar la intención de que exigir que haya más derechos para todas, sobre todo para ellas. Vuelvo a la cuestión de clase, están enmarañadas ahí, no pueden salir. Se sienten solas aunque no estén solas.

Niña Mamá se puede ver todos los domingos de marzo a las 18 en el Malba, Av. Pres. Figueroa Alcorta 3415. 
Todas las proyecciones se pueden consultar en la página de Facebook de la película: https://www.facebook.com/pg/nmpelicula