Recursos Culturales comenzó hace más de una década centralizando y difundiendo muchísima información dispersa sobre concursos, premios, subsidios, fondos, becas y otras ayudas bajo la dirección de Federico Borobio y el trabajo tenaz de Cecilia Bunge, actual directora del CEDEC que acaban de lanzar. Ambos brindaron capacitaciones cuando era evidente que, más allá de las necesidades económicas, había un déficit en el manejo de herramientas de gestión y administración de los proyectos. 

Este mes abrieron el Centro de Estudios de Emprendimientos culturales con dirección de contenidos de Borobio, que amalgama su trayectoria en el fortalecimiento hacia la idea de artistas-emprendedores, desprendiéndose de la visión predominante de “gestores culturales”, más cercano a la sociología y la gestión en el sector público. En aquel tiempo crearon la revista Emprende Cultura, un proyecto de periodismo por y para emprendedores culturales con contenidos propios para socializar proyectos valiosos y aquellos que nacían bajo diferentes realidades. 

En 2016 lanzaron La Matera, un programa de formación que se propone generar una red nacional de emprendedores culturales. Ese año se hizo en el marco de La Fábrica de Emprendedores, un programa del Ministerio de Cultura Nación, dado de baja este año. En charla con Tiempo, Borobio puntualiza su certeza: “Nuestra convicción ha sido siempre ir adelante con o sin apoyo estatal, así que decidimos hacerlo en Ciudad de Buenos Aires. Se generó el vínculo FECIC (Fundación para la Educación, la Ciencia y la Cultura), en cuya sede se ubica el Centro Cultural Mariano Moreno”. Así generaron un espacio institucional de investigación, debate y acción para seguir fortaleciendo al sector del emprendedorismo cultural. 

-¿Qué motivó la apertura del centro? 

-Para nosotros es un paso más, importantísimo, en una línea de trabajo que viene de lejos. Con el proyecto Recursos Culturales llevamos ya más de 12 años generando iniciativas para apoyar al sector, en especial a los proyectos independientes y autogestivos. El nacimiento del CEDEC fue resultado de una feliz combinación de maduración de nuestro proyecto cultural y la alianza con una institución con las características ideales para contenerlo y potenciarlo. 

-¿En qué consistirán las capacitaciones? 

-En el tiempo se caracterizaron por ser concretas y orientadas a ofrecer herramientas para hacer económicamente sustentables los proyectos. Los temas pasan por diseño y gestión de proyectos, estrategias de financiamiento público y privado, modelo y plan de negocios, comunicación y marketing, aspectos legales y contables. Trabajamos en formato taller, codo a codo con los emprendedores. No nos interesa simplemente dar una charla y que la gente escuche y se vaya a su casa. Queremos que les vaya bien y nos comprometemos con ese objetivo más allá del rato que dure la clase. 

-¿En qué sentido impactará en el área de Cultura? 

-La idea es que sea un espacio abierto donde discutamos las problemáticas del sector, que se generen propuestas para mejorar su realidad, incidir en las políticas públicas, abrir el lugar a encuentros donde conocernos e intercambiar experiencias, escuchar a referentes del sector público y privado, producir investigaciones y contenidos en distintos soportes. 

-¿Cuál es la expectativa? 

-Para nosotros es una gran oportunidad de escalar lo que se viene haciendo desde Recursos Culturales, Emprende Cultura y La Matera, y llevarlo a otro nivel. Siempre fuimos un equipo de corte minimalista: dos personas y algunos colaboradores eventuales, haciéndolo todo. Ahora contamos con la estructura, el prestigio y el recurso humano del FECIC, con quienes tenemos una maravillosa sintonía de objetivos y valores. Para septiembre está previsto arrancar con un programa de capacitación para organizaciones socioculturales de villas y barrios de la Ciudad de Buenos Aires. Es una propuesta que se organiza en conjunto con la Subsecretaría de Hábitat e Inclusión (SECHI), donde participan también Abogados Culturales y Contadores Culturales. La idea es aportar herramientas de gestión a unos 100 emprendimientos. Será un programa con características similares a lo que propusimos en La Matera pero con un perfil más social. 

-¿Qué pendientes gotean el tintero? 

-En octubre armamos un encuentro para poner sobre la mesa el debate público, prometido y jamás cumplido, en relación a la ley nacional de mecenazgo. Se volcará una descomunal masa de dinero a la cultura que puede ser beneficioso siempre y cuando la ley garantice transparencia en el uso de los fondos, federalismo en la asignación de recursos, democracia en la selección de proyectos, y no se convierta en una herramienta para suplir el desfinanciamento del Estado en su rol de promover la cultura o peor aún, en un mecanismo para desvío de dinero con manejos poco claros. El proyecto oficial debería ser replanteado completamente sobre bases diferentes a las actuales. Los primeros días de noviembre haremos el primer encuentro nacional de emprendedores culturales y creativos, que llamamos “Manija”, en el Centro Cultural Estación Provincial, un espacio emblemático de la ciudad de La Plata. Viajarán para participar emprendedores de todo el país, y habrá formación, consultorías, mesas de trabajo, feria de emprendedores, espacios de networking, tómbola de productos y servicios, espectáculos de artistas-emprendedores. Pensamos que va a ser una gran fiesta para un sector que necesita fortalecerse, vincularse y darse a conocer.