La ligazón entre los Bolsonaro con los sospechosos por el asesinato de Marielle Franco y Anderson Gomes complica a la familia presidencial en el magnicidio de la concejal carioca y el conductor del auto en que viajaba.

Ronnie Lessa, el acusado de haber disparado con una subametralladora alemana HK MP5 calibre 9 milímetros, vivía en una lujosa residencia de un barrio privado de Barra de Tijuca, a menos de 300 metros de la vivienda que ocupaba Jair Bolsonaro hasta que asumió la presidencia. Tanto Lessa como Elcio Vieira de Queiroz, el otro detenido, tienen fotos con el actual mandatario. Son ex policías y se los conoce por sus posiciones anti-izquierdistas y misóginas. Bolsonaro se desligó del caso: «Mucha gente se sacó fotos conmigo.»

El comisario Giniton Lages, a cargo de una pesquisa que llevó un año menos dos días hasta lograr detenciones, dijo que aún no saben quién ordenó el crimen. Pero confirmó que la hija de Lessa salió con uno de los hijos de Bolsonaro, Jair Renán, de 20 años.

También indicó que en casa de un amigo de Lessa encontraron 117 fusiles incompletos. La primera información es que se trata de M-16, el arma de largo alcance más utilizada por las FFAA de Estados Unidos. Para las autoridades, es la mayor incautación de fusiles en la historia de Río de Janeiro.

La captura de los dos ex policías plantea la incidencia de las milicias paramilitares en la violencia que padecen los sectores más pobres de Brasil.

Marielle fue una luchadora en favor de los derechos de los negros, las mujeres y la comunidad LGBT, pero también contra la intervención de las fuerzas policiales en las favelas. El día que la mataron volvía de coordinar un debate sobre estos temas en la favela de Maré, donde había nacido 38 años antes.

La línea de responsables llegaría, según los sabuesos, hasta Adriano Magalhães de Nóbrega, un ex capitán del Batallón de Operaciones Especiales (BOPE), la tropa de élite de la policía militar de Río de Janeiro, exonerado porque como changa, protegía a capitalistas del popular -e ilegal- juego de bicho.

Raimunda Veras Magalhães, la madre de Nóbrega, y Danielle Mendonça da Costa da Nóbrega, la esposa, trabajaban en el despacho de Flávio Bolsonaro, diputado estadual y ahora senador por Río. En noviembre quedaron en la calle luego de que O Globo publicara que Nóbrega podría tener algo que ver con el asesinato.

El ex capitán permanece prófugo. Se lo considera jefe del grupo parapolicial Escritorio del Crimen y es amigo de Fabrício Queiroz, ex chofer del Flávio, quien está investigado por operaciones sospechosas por más de 300 mil dólares que no tiene como justificar. Se lo cree testaferro de los Bolsonaro. Fue el primer gran escándalo en que golpeó a Jair Bolsonaro.

¿Cómo terminará este caso? Todos reclaman saber quién esta detrás del doble asesinato. Pero ya no estará el comisario Lages al frente de la investigación. Al otro día de las detenciones su jefe, Wilson Witzel, informó que iba a asistir en Italia a un curso de lucha contra las mafias y el crimen organizado. Dijo que era un ascenso.