El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, aprovechó hoy la suspensión de ensayos de una de las vacunas chinas contra el coronavirus por la muerte de un voluntario para fustigar al gobernador de San Pablo, Joao Doria, con quien se enfrenta indirectamente en los comicios que el domingo definirán al Intendente de la mayor ciudad del país.

«Muerte, invalidez, anomalía. Esta es la vacuna que Doria quería obligar a los paulistanos a tomar. El presidente dijo que la vacuna jamás podría ser obligatoria. Una más que gana Bolsonaro», escribió en Facebook el presidente, en tercera persona.

Sin embargo, horas después, el Instituto Butantan, que desarrolla en el estado brasileño de San Pablo los ensayos con la vacuna Coronavac del laboratorio chino Sinovac, informó que el voluntario falleció por factores ajenos a la inmunización, 25 días después de haber recibido la inyección. «Es imposible que la causa sea vinculada a la vacuna o al placebo administrado. Eso fue informado y aclarado», dijo en una conferencia de prensa el titular del Instituto, Dimas Covas, al repudiar el cese temporario de los ensayos determinado por la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa), el ente regulador que depende del Gobierno federal de Jair Bolsonaro.

Como si fuera poco, solo un rato más tarde, la estatal TV Cultura y la cadena CNN Brasil informaron que se trató de un suicidio, un desenlace sin vinculación con el ensayo clínico de fase 3 de la vacuna contra el coronavirus que se realiza en Brasil.


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Anvisa, según Covas, recibió todas las informaciones el 6 de noviembre, como ocurre habitualmente cuando sucede algún «efecto adverso grave» en los más de 10.000 voluntarios de la Coronavac, pero la agencia respondió en la noche del lunes con un comunicado oficial suspendiendo los test.

«La solución a esta decisión es reiniciar los ensayos rápidamente, ya que fueron ofrecidos todos los detalles del caso en forma minuciosa conforme los procedimientos. Estamos perplejos y con indignación», dijo Covas al hablar con los medios en la sede del Instituto Butantan.

El centro laboratorial paulista es el mayor fabricante de vacunas público del hemisferio sur, es centenario y forma parte del Gobierno del estado de San Pablo, pero es el habitual proveedor de inmunización en todo Brasil. «Esta decisión provoca dolor y sufrimiento a las familias y a los otros voluntarios, son más de 10.000», afirmó Covas.

La decisión de Anvisa fue festejada por Bolsonaro, quien afirmó tras la suspensión que él había ganado su disputa sobre la vacuna china con Joao Doria, gobernador paulista, que pugna por hacerla obligatoria cuando esté lista. Por su parte, Joao Gabbardo, coordinador del grupo de contingencia Covid-19 del Gobierno paulista, repudió que «algunos líderes están festejando» por esta situación, en clara referencia al post de Facebook hecho por Bolsonaro.