Mientras el Tribunal Supremo Electoral (TSE) terminó de confirmar las cifras definitivas sobre el resultado de las elecciones de este domingo en Brasil -con insignificantes diferencias sobre el conteo inicial- los dos candidatos que pasaron a la segunda vuelta mostraron un comportamiento diferente. El ex militar Jair Bolsonaro se relajó -confiado en que el resultado de 46,03% de votos es un colchón irremontable- en tanto que el representante del PT, Fernando Haddad, trata de apurar negociaciones para lograr el apoyo de sectores afines a la centro izquierda, al tiempo que analiza el discurso más efectivo para lograr un triunfo que a esta altura suena muy dificultoso. Por lo pronto, Lula da Silva y Haddad se reunieron en la Superintendencia de la Policía Federal de Curitiba, donde el ex presidente está detenido desde abril pasado. Buscan articular una estrategia de alianzas, ciertamente un frente, para enfrentar el balotaje del 28 de octubre

En principio, Haddad suma al 29,28 % de las urnas un 12,47 de Ciro Gomes, del Partido   Democrático Laborista, un desprendimiento del PT de vieja data, y los adherentes de Gilherme Boulos, un escaso 0,58 % de sufragios. De ser obedientes al mandato de sus líderes y al contenido ideológico de su voto en la primera fase, son un total de 45.303.493 voluntades. No hubiera alcanzado para superar los 49.276.990 que optaron por el ex capitán del Ejército, pero sí para dejar un ánimo más esperanzador entre los que se oponen a este regreso de los militares a Brasil, aunque sea por la vía electoral.

Los mercados aplaudieron el triunfo parcial de Bolsonaro, pero la preocupación por el tinte neofascista de su discurso y actitudes pro-armamentistas se elevó en un porcentaje similar en los círculos políticos más civilizados de todo el mundo.Al mismo tiempo aparecen algunos datos que fueron desmenuzados en estas horas muestran que el panorama de Brasil es más complejo de lo que a primera vista dejó el comicio del domingo.

Un estudio realizado por el portal G1, el canal de internet de OGlobo, revela que casi la mitad de los nuevos legisladores son millonarios. Destaca el artículo en cuestión que según los datos del TSE, hay 241 diputados federales electos que declaran un patrimonio superior al millón de reales (unos 270.000 dólares al cambio de hoy). Son el 47% de los 513 miembros de la Cámara baja.

La cifra es importante pero conviene aclarar que son menos que el Congreso que termina el 1 de enero de 2019, donde hay 248 políticos millonarios ocupando un curul. Sin embargo, sigue siendo un número escandalosamente superior al registro de las últimas composiciones de la legislatura federal brasileña. Al inicio de la gestión de Lula, en 2003, los millonarios eran 116 y fuero creciendo paulatinamente a cada renovación hasta el récord del 2014.

El de más fortuna personal es el paulista Luiz Flavio Gomes, del Partido Socialista de Brasil (PSB), que declaró 119 millones y asegura estar en contra de la financiación irregular de la política y jura que pagó su campaña de su propio bolsillo. Entre los representantes del PT hay 18 millonarios, mientras que en el partido de Bolsonaro, Partido Social Liberal (PSL), hay 16.

Otro dato relevante que muestra G1 es la composición racial del nuevo parlamento. El Instituto de Geografía y Estadística considera como negro a los afrodescendientes y a los mestizos (pretos y pardos, en portugués) y los califica de acuerdo a la autodefinición del entrevistado en cada censo. Según los últimos estudios, un 55,9% de la población se reconoce como perteneciente a esta categoría genérica, de los cuales 47,15 % son pardos y 8,8 % pretos. Llama la atención que solo el 27,3% de los elegidos este año son negros, aunque entre los que se presentaron como candidatos había un 46,2% que así se definían. A favor de los gobiernos del PT habría que decir que en 2014 el porcentaje era de 24,29%. En números concretos, de 1656 cargos a cubrir, solo 444 pardos y pretos fueron elegidos por la población.

Pero hay otros detalles que también resultan curiosos en este análisis más pormenorizado del comicio. El PT es uno de los partidos que más candidatos federales, estaduales y distritales logró elegir, con 145 postulantes exitosos, de los cuales 40 son negros, un 27,6 % del total, a los que se deben agregar dos que ocuparán bancas en el Senado.

A pesar de su discurso xenófobo extremo, el partido que sustenta a Bolsonaro eligió a 42 negros de 132 legisladores que obtuvieron cargos. Más aún, el 9,45% de los negros que se sentarán en bancas parlamentarias en todo Brasil por el partido del ex militar son negros.

Otro dato que podría decirse que compromete el extremismo de Bolsonaro es que a partir de 2019, crecerá el porcentaje de mujeres. En el Senado federal la cifra se estancó en 13 pero la Cámara de Diputados pasara de 51 a 77 en 2019. Para un país donde más de la mitad de la población son mujeres, esta cifra representa apenas un 15,15 %, son 90 entre los 594 miembros de ambas cámaras. Pero en términos comparativos es un 51 % más que el parlamento actual.