Este 2018 será recordado, entre otras cosas, como el año del sarampión, enfermedad virtualmente erradicada de la Argentina gracias a la eficacia del Calendario  Nacional de Vacunación, pero que se está disparando en Europa. Son más de 41 mil los casos declarados de esta enfermedad infecciosa durante el primer semestre del año en ese continente. La cifra es muy superior a la registrada durante la última década allí, según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que incluye a los 53 países de la región.

Para tener una idea de la gravedad de estos números alcanza con mencionar que en el país solamente se contabilizaban 32 casos (ninguno de ellos endémico) desde que Argentina obtuvo el estatus de país libre de sarampión en el 2000. Aún cuando en junio de este año se registraron dos nuevos casos.

La escalada de la enfermedad, que también registró números alarmantes en el resto de América Latina, preocupa a los expertos en salud pública europeos, que reclaman un freno para este aumento en el número de infecciones, al que califican de “dramático”. “Pedimos a los países que implementen inmediatamente medidas amplias y apropiadas al contexto para parar una mayor propagación de la enfermedad”, señaló el responsable de la oficina regional de la OMS para Europa.

El virus responsable de la enfermedad es muy contagioso y se transmite con facilidad entre individuos susceptibles. Para prevenir los brotes, dicen los expertos, es necesario alcanzar una cobertura de vacunación de al menos un 95% anual. Según los datos del informe de la OMS, en algunas poblaciones de Europa estas cifras no superan el 70%. Estas carencias tendrían un origen previsible en programas de salud deficientes, pero los especialistas también le atribuyen una gran responsabilidad a la influencia del movimiento antivacunas, que si bien surgieron en los años 70 se fortalecieron sobre todo a partir de la década de 1990, teniendo en la actualidad muchos defensores.

En el territorio europeo, el país más azotado por el sarampión es Ucrania, con más de 23 mil casos, es decir más de la mitad del total de de los registrados en la región. Muy por detrás le siguen Serbia, con 4.954 casos; Francia, con 2.579; Grecia, con 2.130; Italia, con 2020. Otros países, como Georgia o la Federación Rusa también superan el millar de afectados.

En América, hasta mediados 2018 se registraron 2472 casos de sarampión en 11 países, siendo Venezuela el más afectado. El brote en ese país comenzó a mediados de 2017: en el transcurso de un año se notificaron 7233 casos y se confirmaron 2569. Por su parte en Brasil fueron notificados más de 600 casos en 6 estados y en Colombia 40 casos. Venezuela y Brasil son los únicos países en los que se registraron fallecimientos a causa de la enfermedad.

Según un informe del Ministerio de Salud de la Nación, “siendo Argentina un país que logró eliminar la circulación endémica del sarampión y teniendo en cuenta la situación epidemiológica mundial y el masivo tránsito de viajeros desde y hacia países con circulación viral, existe alto riesgo de importación de casos y desarrollo de brotes si una persona enferma o que esté incubando la enfermedad ingresa al país».

Para evitarlo, advierte, «es fundamental que toda la población esté correctamente vacunada”. Para eso el Ministerio de Salud recomienda cumplir con el esquema de vacunación completo para la edad, siguiendo el Calendario Nacional de Vacunación. En este sentido, se indica que los niños de entre 12 meses a 5 años deben recibir una primera dosis de vacuna triple viral (sarampión-rubeola-paperas) y una segunda dosis a partir de los 5 años. Del mismo modo informa que las personas nacidas antes de 1965 no necesitan vacunarse, ya que se los considera protegidos por haber estado en contacto con el virus.