Después de la polémica que generó la utilización de las fuerzas armadas en Seguridad interior, el gobierno volvió a demostrar este lunes que su política de seguridad tiene un perfil determinado y que difícilmente lo vaya a cambiar. Por el la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, visitó a Luis Chocobar, el policía de Avellaneda que espera en su casa el comienzo del juicio por por homicidio con «exceso en el cumplimiento del deber» por haber matado de un tiro por la espalda a un ladrón que había atacado a un turista en La Boca.

Desde la Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI) aseguran que este tipo de actos «ratifica que el gatillo fácil es explícita política de Estado» y sostienen que el juicio debería ser por homicidio calificado y no por exceso en el cumplimiento del deber.

Glayds González 2019

No es la primera vez que Bullrich se junta por Chocobar ya que días después del hecho lo recibió en la Casa Rosada junto al presidente Mauricio Macri. En aquella visita, la ministra había asegurado que iban a colaborar con la defensa judicial del policía, aunque por ahora todo el proceso lo llevó adelante el mismo abogado con el que comenzó la causa.

La novedad de esta visita es que lo hizo junto a su jefe de Gabinete, Gerardo Milman, y junto a la senadora bonaerense Gladys González, señalada como la candidata de Cambiemos para ir por la intendencia de Avellaneda, hoy a cargo de Jorge Ferraresi, del Frente para la Victoria.

«El clon de Vidal» como la llama el asesor partidario Jaime Duran Barba, ya había visitado en mayo el comando de patrullas de Avellaneda y había dicho, casi en todo de campaña: «Creemos que es responsabilidad de los intendentes hacerse cargo de la seguridad en sus municipios, y no echarle la culpa al gobierno de la provincia. En Avellaneda, al igual que en otros distritos, la seguridad es la mayor preocupación de los vecinos, por eso debería ser una prioridad».

Es que según una encuesta del Centro de Estudios Metropolitanos y Opina Argentina publicada a principios de año, el 54,9% de los ciudadanos de Avellaneda se sienten inseguros.