El aire en Buenos Aires está contaminado en exceso, y así lo demuestra un estudio realizado por la organización ambientalista Greenpeace mediante una acción que llamó de “ciencia ciudadana”, que incluyó mediciones de la calidad del aire en todos los barrios. Para visibilizar el problema en Caballito, uno de los que más sufre la polución, le colocaron una máscara de gas al monumento al Cid Campeador.

La ciudad de Buenos Aires y sus alrededores concentran una población aproximada de 14 millones de personas. Ubicada entre las ciudades más populosas del planeta, ha asumido el compromiso ante la organización de Ciudades que Combaten el Cambio Climático (C40) de pasar el 25% de su flota de colectivos a energía eléctrica para 2020. Este transporte público, indican desde Greenpeace, es uno de los principales responsables de la emisión de dióxido de nitrógeno (NO2) al ambiente a través de la combustión de diesel.

Leonel Mingo, vocero de la campaña de Greenpeace #AireLimpioYa, explicó a Tiempo cómo desarrollaron, con aval del Conicet, una acción de ciencia ciudadana: «Brindamos a la comunidad de distintos barrios de la Capital 100 kits de monitoreo que ayudaron a revelar que el 40% de esas muestras exceden el límite que fija la Organización Mundial de la Salud como peligroso”. Entre los barrios más contaminados están Caballito, Barracas, Recoleta, Balvanera, Parque Chacabuco, Villa Crespo, San Cristóbal, Belgrano, Villa Lugano, Flores, Villa Devoto y Retiro.

El NO2 es una de las sustancias que la OMS clasificó como más perjudiciales en el aire, ya que reduce la inmunidad a las infecciones pulmonares, inflama las vías respiratorias, genera tos, sensibiliza episodios de asma, entre otras afecciones; y por esto estableció un promedio anual de 21ppb (partes por billón) de esta molécula como límite para un ambiente saludable; aunque según este estudio, hay barrios que llegan a duplicar esa cifra. En total, el 41% de los kits de monitoreo presentaron valores superiores al límite fijado por la OMS.

La acción en pleno centro neurálgico de Caballito incluyó un duro mensaje de advertencia: “En Buenos Aires, Pulmones Negros”. “Con una decisión muy práctica se soluciona esto –sostiene Mingo–: la eliminación de colectivos a combustión diesel. Esto puede sonar futurístico, pero no lo es. Chile, por ejemplo, tiene un plan súper ambicioso que plantea para fin de año tener una cantidad enorme de colectivos eléctricos. Será líder en el mundo, y está en nuestra región, al otro lado de la cordillera. No es Europa. Cambiar la matriz automovilística de toda una ciudad es muy difícil y lleva muchos años, pero cambiar la matriz de colectivos es más fácil. Depende del Estado”.

Para Enrique Viale, abogado ambientalista, hay otros elementos que llevan a la Ciudad en dirección contraria a la del aire limpio. “La estrategia de Horacio Rodríguez Larreta de paralizar la construcción del subterráneo y la pérdida de espacios verdes van en contra de reducir la emisión de aire poluido en las ciudades. Teniendo en cuenta que el subte no tiene emisiones, más allá de la que genera la producción de electricidad, éstas no pueden compararse con el volumen de gases que emiten los colectivos”.

Otro dato negativo es la aprobación, en mayo de este año, de la ley que permitirá volver a incinerar residuos sólidos urbanos en centrales que producirían energía, además de soltar enormes cantidades de contaminantes al aire. Viale indica que, aunque en junio un amparo suspendió la norma por no cumplir con los procedimientos legislativos correspondientes, “en cualquier momento pueden volver a sacarla, ya que la ley aún está vigente”.

Respecto del momento crítico de la economía argentina y los costos de transformar la matriz energética del transporte público, Mingo, de Greenpeace, echa luz: “El argumento de que es muy costoso es totalmente falso por dos razones: la tecnología eléctrica es más barata. Y por otra parte, no hay mejor medicina en la salud ciudadana ni mejor ahorro al bolsillo del Estado que la prevención. La contaminación del aire no te mata de un día para el otro, te acorta le expectativa de vida. Todos los que estamos respirando en Capital Federal nos estamos acortando los años de vida directamente por estar expuestos a la contaminación del aire. Por eso es tan importante que tomemos conciencia, no podemos evitar respirar».