Tantas veces se presenció una discusión que sentencie: «esta Ciudad necesita un cambio cultural». Pues bien, esa faraónica tarea fue asumida por el Ejecutivo porteño, de manera explícita: desde 2012 funciona la Dirección General de Construcción Ciudadana y Cambio Cultural. Fue creada por el entonces jefe de gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, y este año la ascendieron a Secretaría de «Cultura Ciudadana y Función Pública», con un Observatorio que evalúe si ocurre el cambio.

La misión –respondieron desde la Secretaría– es «promover los cambios culturales necesarios que contribuyan a lograr una organización identificada con un servicio de calidad y la buena convivencia entre vecinos, a fin de lograr que BA sea el mejor lugar para vivir». Mencionan limpieza y reciclado, prevención del dengue y convivencia en el tránsito. Se suma el programa «BA Solidaria», y otro para una «nueva cultura del servicio público», donde a los empleados les inculcan los valores de: Cercanía, Humildad, Austeridad, Hacer, Creatividad e Innovación, Equipo, Tiempo.

A principios de 2015 destinaron 549.356 pesos para que una consultora privada realice un relevamiento etnográfico sobre «el modelo mental de los vecinos». En julio llamaron a licitación por otra consultoría para fortalecer «competencias personales y equipos de trabajo», por 3,3 millones de pesos.

Otro programa dentro de Cambio Cultural es el de las mascotas, con el taller «Aprendamos a pasear juntos», que se dicta los sábados en diferentes plazas. Aconsejan «un paseo diario de una hora, para poder hacer sus necesidades, sociabilizar con otros animales y personas, y hacer ejercicio». Para Sergio De Piero, politólogo de la UBA–UNAJ, apelan a «una cultura menos ambiciosa, mucho más light, en la cual puedan ‘correrse’ del espacio público los conflictos sociales». En el paradigma Cambiemos, «la excesiva política trae aparejado mayor conflicto. Aparece la idea de la cultura del respeto, menos en un sentido democrático y más en un sentido desideologizado de no visibilización del conflicto», acota.

Julieta Costa Díaz, comunera de la 13 (FPV), sentencia que el área se trata de un elemento de «propaganda» para Rodríguez Larreta: «Los otros logros que le conocemos son una estatua de Messi que costó un millón de pesos y otras similares de Patoruzito o Isidoro Cañones», acota en referencia a la construcción de estatuas para generar «sentido de pertenencia» en los porteños, tal como lo definieron las autoridades. Así surgieron el Paseo de la Gloria, murales en homenaje al Rock Nacional, y el Paseo de la Historieta.

De acuerdo a cifras del ministerio de Hacienda, la Secretaría cuenta con un presupuesto de $ 65.349.066, superior a Defensa y Protección del Consumidor, y 60 millones más que el Parque de la Memoria.

La secretaría depende de Paula Uhalde, experta en marketing de la UCA y proveniente de Coca-Cola, empresa que por convenio con Ciudad trabaja en escuelas y hospitales. En 2014, la dirección de Cambio Cultural utilizó casi 9 millones de pesos en contrataciones de materiales de publicidad, como imanes, bolsas y remeras. En 2015 superaron los gastos superaron los $ 30 millones. Fernanda Cohen Sabban se desempeñó en Cambio Cultural hasta agosto de 2013. Al año siguiente ganó cinco licitaciones de esa Dirección por $ 2.025.500. Costa Díaz las denunció penalmente a ella y a Uhalde, que firmó esas licitaciones. La Fiscalía de Instrucción 29 pidió el procesamiento. «