Caminar para ganar el voto cuerpo a cuerpo en territorios benévolos, en donde la fórmula Fernández-Fernández  supera el 40%, pero también en los hostiles donde gobierna el macrismo. En épocas de redes sociales y mensajes virales por WhastApp, Alberto Fernández tiene planeado recorrer el país por lo menos dos veces antes de octubre, siempre de la mano de los gobernadores peronistas. Y en los distritos donde gobierna el oficialismo nacional, o el mandatario local se muestra esquivo, buscará el apoyo de los intendentes. Queda pendiente visitar Santa Fe y volver a Córdoba, dos distritos de gran peso electoral.

En algunas provincias, como Tucumán y Santa Cruz, el peronismo es abiertamente cristinista, en otras se llegó a un acuerdo que entramó el peronismo local con el kirchnerismo, como en Entre Ríos, Santa Fe y La Pampa. Y en otras, como Córdoba, está en disputa. El trabajo político es diferenciado según el escenario.

Después de la foto protocolar con Juan Schiaretti, Fernández avisó que volverá a territorio mediterráneo a caminar y hacer actos. Si bien el gobernador decidió no aportar su apoyo a la fórmula del Frente de Todos, su retirada de la escena nacional no es una mala noticia en el comando de campaña. Por lo pronto, el presidente del PJ provincial y titular del Bloque Justicialista, Carlos Caserio, logró sumar más de cien intendentes peronistas cordobeses a la militancia por la boleta del FT. 

En el territorio caminan los precandidatos a diputados nacionales Eduardo Fernández, titular de la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (Apyme) y Gabriela Estévez. «La militancia es cuerpo a cuerpo, cara a cara, para discutir la situación del país», cuenta Estévez, actual diputada que va por la renovación de su banca. Su trabajo político hace eje en la identidad cordobesa, donde la tradicional industria automotriz se vio lacerada por las políticas económicas del gobierno nacional. «Hay 7000 suspendidos en las fábricas, si bien eso no se traduce de manera automática en un apoyo a nosotros, ahí es donde estamos militando. Antes discutían el impuesto a las ganancias y ahora las fuentes de trabajo», relata en diálogo con Tiempo. También cuenta que en la vía pública no harán pintadas para evitar el enojo de los vecinos, pero sí murales que recuerdan el Cordobazo y la Reforma Universitaria, dos hitos que la provincia aportó a la historia nacional. A su vez, Estévez contó que la militancia principal la encaran los más jóvenes, ya que los chicos de 14 a 22 años son clave para el trabajo territorial y virtual. «Son los que antes recibían las netbooks en las escuelas. Hemos ganado la Federación de Estudiantes Secundarios. Son los hijos del proyecto anterior», analiza.

En Salta, donde gobierna Juan Manuel Urtubey, candidato a vice de Roberto Lavagna, el FT hace trabajo de base con el exjefe comunal de Tartagal, Sergio «Oso» Leavy, candidato a gobernador. En Jujuy, donde el PJ atraviesa una crisis irresuelta, esperan cosechar votos de ambas vertientes enfrentadas.

Algo parecido pasa en Corrientes, una de las provincias más pobres del país donde gobierna el radicalismo desde hace 20 años. Allí el peronismo está dividido y un sector acaba de presentar en la Cámara Electoral Nacional un reclamo para que habiliten la posibilidad de colgarse de la boleta de Alberto Fernández y Cristina Kirchner. La diputada Araceli Ferreyra, del Movimiento Evita, integra la lista Azul y Blanca 11 de Marzo junto al massismo, Nito Artaza, el Smata y la Renovación Preonista, herederos del cafierismo. «En la presidencial, la nómina de Alberto y Cristina acá arrasa», asegura. Pero a la vez reclama que no dejen a su sector con boleta corta. «Me dicen que no puedo ser candidata en la misma boleta de Cristina y Alberto y yo les digo que ya perimió la época donde el patriarcado podía bautizar y reconocer a unos y declarar bastardos a otros. La equidad electoral también hace a la paridad», se quejó en diálogo con Tiempo.

Alberto Fernández conoce en persona desde su época en la función pública a algunos de los gobernadores, como Juan Manzur de Tucumán, reelecto por amplio margen, y cuenta con él como uno de los dirigentes del NOA, con vínculo directo con sus vecinos. Lo mismo sucede con Alicia Kirchner en la Patagonia. A la vez, comenzó a vincularse con los mandatarios nuevos, como Gustavo Bordet, de Entre Ríos, y Sergio Uñac, de San Juan.

En Santa Fe, donde acaba de ganar Omar Perotti, quien se juntó con Alberto por separado un día antes de la primera foto conjunta con gobernadores, el trabajo territorial también es clave. El presidente del PJ provincial, Ricardo Quiroga, realizó este sábado un encuentro con la dirigencia para establecer los lineamientos de la campaña, del que participaron los precandidatos a diputados nacionales Marcos Cleri de La Cámpora y Alejandra Obeid. «Venimos con un envión muy fuerte, después del triunfo en la provincia –dijo Quiroga a este diario–. El acto de Cristina en Rosario el Día de la Bandera mostró lo movilizada que está la gente. Más allá del aporte de las redes sociales y los medios, lo importante es repartir las boletas casa por casa, militar con los vecinos, mirar a los ojos a las compañeras y compañeros».  «