Ha vuelto

Comedia negra de ciencia ficción que plantea el regreso de entre los muertos del mismísimo Hitler. Entre el falso documental y la comedia social, tiene varios gags eficaces, en especial en mostrar que más allá de su voluntad de regreso al dominio absoluto de Alemania, el tiempo, ese maldito que todo lo cambia, ha convertido a su país en estructuralmente inviable para su proyecto. Los mejores son los problemas de lenguaje que se suceden con los inmigrantes (a la manera de los chinos en la Argentina), y de cómo pese a los esfuerzos desde el Estado por conservar un relato histórico sobre el nazismo, la magia del capitalismo, por decirlo de algún modo, llevó a que entre sus ciudadanos se haya diluido el horror que infundió a Europa.


La balada de Buster Scruggs

Probablemente la más conocida de este quinteto de comedias, este film encuentra desatados a los hermanos Coen. Ya ha pasado el regreso de Fargo en serie, y a los hermanos parece habérsele terminado la paciencia con la ironía más fina. Aquí  vuelven a su territorio favorito (el Medio Oeste norteamericano), pero en el pasado, cuando todo lo que van a contar, por ahí no sea creíble, pero resulta por demás gracioso. Se trata de seis historias cortas independientes entre sí, que pese a su disparidad concretan el objetivo de un combo agradable y en varios pasajes muy risueño.


Los principios del cuidado

A no dejarse llevar por el título, que se queda con el lado más moralista de la producción, tono que en verdad no tiene ni busca. Se trata de cómo Paul Rudd (en Ant-Man y La Avispa) llega a la vida de Craig Roberts (visto en Tolkien); el primero acaba de perder su trabajo e intenta suerte en el cuidado de personas; el segundo no se puede mover de su silla de ruedas, ya que tiene varias partes de su cuerpo paralizado, entre ellas la pelvis. El primero en tren de conservar y aprender más de su nuevo oficio, y el segundo de cumplir algunos de sus sueños, emprenden un viaje por Estados Unidos y arman una road movie que además de buenos chistes, tendrá amor y pasajes de aventura.


What About Bob?

No se puede decir que sea una olvidada, pero sí una de las poco tenidas en cuenta del gran Bill Murray. Aquí es Bob Wiley, el primer personaje con trastorno obsesivo compulsivo del cine, podría decirse. Para solucionar lo suyo, cae en manos del psiquiatra Leo Marvin (Richard Dreyfuss), debido a una verdadera trapisonda de un colega que lo envidia mucho. Bob es tan denso, que Marvin decide irse de vacaciones, más que nada para desprenderse de él. Pero no cuenta con la astucia de Bob, que hará lo que cualquier paciente alguna vez fantaseó en sus peores momentos terapéuticos: caerse de golpe en el descanso del psicólogo a ver qué hace con ese insoportable cuadro clínico que no ayuda a resolver.


La muerte de Stalin

La muerte de Josef Stalin, bajo cuyo mando la Unión Soviética ganó la Segunda Guerra y también sufrió las más grandes matanzas de su historia, que muchos historiadores sitúan por encima de los diez millones de personas, en tono de comedia negra. Aquí hay que estar atento a la trama y confiar en los propios conocimientos de la historia del período que gobernó la URSS (1922-1952): no es que sea elitista, pero cuanto más se sepa mayor será la gracia. Un popurrí de conspiraciones, maquinaciones e intrigas -a la manera, sin igualarse, de La vida de Brian- sobre los días posteriores a su muerte y la consagración de Nikita Jrushchov como su sucesor. Si bien la trama viene de un cómic francés, el toque se lo da la parte inglesa a esta producción poco conocida pese a tener la actuaciones de Steve Buscemi, Simon Russell Beale, Paddy Considine, Rupert Friend, Jason Isaacs, Michael Palin, Andrea Riseborough y Jeffrey Tambor.