El Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) comenzó su proceso de privatización tras la paralización y el desguace que produjo los 266 despidos que perpetró su presidente, Javier Ibáñez. Por primera vez la “implementación de un sistema de gestión de la innovación” de los Centros de Investigación y Desarrollo del Instituto quedó a cargo de una empresa privada. El dinero que le costará al Estado argentino abandonar a manos de un privado la contratación de este proveedor para implementar un sistema de gestión supera los cuatro millones de pesos.

A través de la disposición, a la que accedió Tiempo, firmada por Ibáñez el 3 de septiembre, Quara Argentina S.A., propiedad del ingeniero Leopoldo Colombo, un ex Director de Certificación de la empresa IRAM que es la única representante de ISO en el país y que brinda servicios de certificación de calidad, entre otras tareas, se hará cargo de la “implementación de un sistema de gestión de la innovación en INTI” a pedido de la Gerencia de Desarrollo, a cargo de Marina Pérez Zelaschi.

Según consta en la disposición, el Gerente General, Mariano Zlatanoff, autorizó a pagarle a esta empresa por el procedimiento de “Contratación Directa por Adjudicación Simple por Especialidad”, es decir, sin concurso ni licitación. De este modo Quara Argentina S.A. cobrará 4.358.117 pesos de la Gerencia de Administración, Hacienda y Finanzas que conduce Walter Romero, por realizar una tarea que históricamente se llevó a cabo desde el instituto.

En medio de ajuste que implementa el Ejecutivo, el INTI ya logró saltar dos veces la poda instrumentada desde el extinto ministerio de Modernización, que conducía Andrés Ibarra. Primero fue a través de la contratación de una empresa vasca, Tecnalia, que le vendió a Ibáñez la elaboración de un “masterplan” para rediseñar el instituto. Tal como contó Tiempo en febrero, el Estado le pagó por adelantado 295.000 euros por la presentación de una seguidilla de filminas de power point sin sustento técnico y con aseveraciones falsas. Apenas se supo el contenido del “masterplan”, la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA, la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (ADIMRA) y hasta empresas privadas salieron a desmentir a Tecnalia, que los había promocionado como sus “socios locales”. Sin embargo, la empresa vasca ya había cobrado y había dado por terminada su tarea en el país.

La tarea que emprenderá Quara no está en principio relacionada con las vagas sugerencias que dejó Tecnalia. Pero sí es una implementación de las normas de certificación de calidad, a las que adscribe el INTI. De hecho, el propio Colombo, junto a su equipo, impartió alrededor de 20 cursos en el INTI a través de los que capacitó a más de 300 ingenieras y técnicos de todas las áreas durante 2017.

Sin embargo, la tarea no será realizada por los especialistas capacitados del INTI sino por la empresa privada que se dedicará a implementar la norma IRAM- 50501:2016 de Gestión de la Innovación que tiene “el objetivo de brindar a las organizaciones un marco sistémico de Gestión de Innovación”, y que está basada en las normas internacionales.

Quara Argentina S.A pudo ser la única adjudicataria de esta función central del organismo gracias a una resolución del Consejo Directivo del INTI firmada en marzo de este año que pide que “con el objetivo de que las obras, bienes y servicios sean adquiridos con la mayor eficiencia posible, en el momento oportuno y al menor costo posible” se saltee el Régimen de Contrataciones de Bienes, Servicios y Obras del Reglamento Administrativo para los Centros de Investigación, aprobado por la Resolución del Consejo Directivo el 12 de julio de 2016, y modificado el 17 de agosto de 2017.

Según expertos capacitados en los cursos de Colombo, “el INTI podría haber llevado adelante esta tarea”. Además, aseguró que el pago de más de cuatro millones de pesos es excesivo y que “jamás podría haberle costado esa plata al Estado en cantidad de horas de trabajo de personal del INTI”.

“Las normas de gestión se implementan y en una segunda etapa, se certifican. Esas tareas las puede hacer el INTI ya que es una de las instituciones que más maneja las normas ISO en un proceso endógeno, que se autoforma y se auto dirige. Para eso hay más de 3000 ingenieros e ingenieras del instituto en todo el país”, aseguró uno de ellos.

Yamila Mathon, una de las delegadas de ATE INTI sostuvo que “mientras la industria se desploma, se recorta el presupuesto de Ciencia y Tecnología, y la crisis económica se agudiza, las autoridades del INTI llevan adelante el vaciamiento de personal y de recursos, y la privatización del Instituto”.

Por su parte, Giselle Santana, secretaria gremial de la junta interna y trabajadora del área del departamento de metrología científica e industrial, sostuvo que “hay sectores que están muy afectados” por los 266 despidos. “En el área de balanzas quedaron sólo cuatro personas, ¿cómo se hace para certificar las balanzas de los puertos, los supermercados, los aeropuertos? El objetivo es contratar a los privados que van a hacer las tareas nuestras ‘en tiempo y forma’”, sentenció Santana.