A medida que va bajando la espuma generada por el gobierno nacional, comienzan a surgir más voces críticas sobre el acuerdo firmado este viernes entre la Unión Europea y el Mercosur.

La Coordinadora de Centrales Sindicales del Cono Sur (CCSCS) alertó en un texto “sobre el funesto impacto que este acuerdo tendrá para el sistema productivo de la región en general, y para ciertas ramas de producción estratégicas en particular”. La CCSCS aseguró que en ese grupo se encuentran el sector tecnológico, sistema marítimo y fluvial, obras públicas, compras del Estado, laboratorios medicinales, industria automotriz y las economías regionales, en especial, las vinculadas al aceite de oliva, vinos y espumantes, quesos y lácteos, entre otras.

Para la Coordinadora, “la firma de este acuerdo es la sentencia de muerte de nuestras industrias y de gran parte de nuestro trabajo decente y empleo de calidad”.

Desde el ámbito político, el candidato presidencial del Frente de Todos, Alberto Fernández, aseguró que «no queda claro» cuáles son los beneficios para la Argentina, «pero sí queda claro» que se perjudican «nuestra industria y el trabajo argentino».

El senador Fernando Pino Solanas aseguró que “el impacto generado (por el acuerdo) podría ser devastador ante la fragilidad actual”. “Confirma una política que vulnera nuestra producción y soberanía económica, atándonos a carros ajenos en una época de turbulencia”, agregó.

El diputado del Frente de Izquierda y candidato presidencial Nicolás del Caño aseguró que se trata de “un acuerdo ruinoso para el pueblo trabajador de nuestro país. Beneficios para los agronegocios y las multinacionales. Si es enviado al Congreso, rechazaremos este nuevo pacto de coloniaje”.

Las prevenciones con los detalles del acuerdo se consolidan cuando se lee la versión europea de del convenio.

En un comunicado de prensa emitido por la Unión Europea, se asegura que “El acuerdo de región a región UE-Mercosur eliminará la mayoría de los aranceles sobre las exportaciones de la UE al Mercosur, lo que hará que las empresas de la UE sean más competitivas al ahorrarles 4.000 millones de euros en impuestos al año”.

El texto agrega que “En lo que respecta a los sectores industriales de la UE, esto ayudará a impulsar las exportaciones de productos de la UE que hasta ahora han estado enfrentando aranceles altos y en ocasiones prohibitivos. Estos incluyen automóviles (arancel del 35%), partes de automóviles (14-18%), maquinaria (14-20%), productos químicos (hasta 18%), productos farmacéuticos (hasta 14%), ropa y calzado (35%) o tejidos de punto (26%)”.

Nada de esto fue dicho con tanta exactitud en los comunicados oficiales argentinos y brasileños. En ellos se habla en forma genérica de los beneficios para sus respectivos aparatos productivos sin especificar los beneficios que recibió la contraparte europea.

Según los europeos, “El sector agroalimentario de la UE se beneficiará de la reducción de los aranceles elevados del Mercosur sobre los productos de exportación de la UE, como chocolates y confitería (20%), vinos (27%), licores (20 a 35%) y refrescos (20 a 35%). El acuerdo también proporcionará acceso libre de impuestos sujeto a cuotas para los productos lácteos de la UE (actualmente arancel del 28%), especialmente para los quesos”.

Los europeos también destacaron que los países del Mercosur también implementarán garantías legales para proteger contra la imitación 357 productos europeos “de alta calidad de alimentos y bebidas reconocidos como indicaciones geográficas (IG), como Tiroler Speck (Austria), Fromage de Herve (Bélgica), Münchener Bier (Alemania), Comté (Francia), Prosciutto di Parma (Italia), Polska Wódka (Polonia), Queijo S. Jorge (Portugal), Tokaji (Hungría) o Jabugo (España)”.

Del mismo modo, “El acuerdo abrirá nuevas oportunidades de negocios en el Mercosur para las empresas de la UE que venden bajo contratos gubernamentales, y para brindar servicios a proveedores en los sectores de tecnología de la información, telecomunicaciones y transporte, entre otros”.

Un capítulo aparte es el de las normas sanitarias que deberán observar las exportaciones del Mercosur a la Unión Europea. “Las normas de seguridad alimentaria de la UE se mantendrán sin cambios y todas las importaciones deberán cumplir con las rigurosas normas de la UE, como es el caso hoy”, aseguró Bruselas.