Titular de Industriales Pymes Argentinos (IPA), Daniel Rosato considera que el peor legado de la Argentina macrista es la caída del consumo, y traza un balance de la política industrial del gobierno saliente, y en qué modo se agravó la situación desde 2018. «A partir de estos últimos dos procesos, el año pasado y éste, empezó a darse el fenómeno de los cierres masivos de empresas. Después de la última crisis, que estalló al día siguiente de las PASO, vino la devaluación que enfrió la mejora del 1% de julio. Esa medición había generado buenas expectativas, pero después de la elección la caída llegó al 10 por ciento. El dólar empujó la energía, la inflación levantó los precios y la combinación fue fatal. En realidad, la recuperación que se empezaba a ver tenía que ver con el agro y el petróleo. Para nosotros, la gran crisis empezó en agosto», sostiene Rosato.

–¿En qué sector de la industria cerraron más empresas? ¿Y cuáles considera que fueron las causas directas?

–La mayor cantidad cerró en el ámbito metalúrgico, también en el textil. Y cayeron por la falta de consumo, es decir, lo primero que cayó fue el mercado. Después las pymes comenzaron a sufrir embargos y dejaron de pagar impuestos. Además, la tasa de interés volvió a aumentar y llegó al 90%, lo que generó un congelamiento de la producción. Se produjo la ruptura de la cadena de pago con consecuencias gravísimas. Hoy tenemos más de 10 mil pymes en crisis por falta de financiamiento, embargos y morosidad forzosa. En el último año cerraron unas 2000 pymes, y desde 2015, en total, ocho mil.

–Pese a los resultados, el gobierno recibió siempre a las empresas, les dio un lugar de privilegio en su plan de gobierno. ¿Cómo cree que va a ser recordada la gestión de Macri?

–Como un gobierno que no escuchó. Las pymes fuimos convocadas y fuimos con propuestas muy concretas que anticiparon dos años atrás todo lo que iba pasar pero nunca nos escucharon. Entre otras cosas, adelantamos lo que iba a pasar con el tema importaciones y comercio exterior; fuimos a tiempo con una propuesta para la pesificación de la energía; hicimos propuestas para contrarrestar la falta de financiamiento. Todas cosas que terminaron siendo críticas para la producción. El gobierno se metió por su cuenta en un embudo a la nada.

–¿Qué piensan proponer en el Consejo Económico y Social?

–Necesitamos aportes de todos los sectores, el Estado y los gremios también, para inyectar dinero para el consumo. Esto es como el huevo y la gallina: primero hay que poner dinero en la economía, después activar la rueda del consumo, más tarde dinamizar el mercado interno, y el círculo cierra con la producción. Hay que sacar adelante a las pymes industriales. Pedimos la emergencia pyme: un alivio de la carga impositiva porque es imposible pagar algo que además es un problema que generó el Estado. Coincidimos con Alberto Fernández en que hay que destapar las máquinas, pero es necesario revisar esos temas. 

–Habla de aportes de los gremios y revisión de impuestos, dos reformas que las grandes empresas gestionaron intensamente durante el gobierno de Macri. ¿Las pymes comparten esa agenda? ¿Son reclamos que van a seguir en el gobierno que viene?

–Nosotros no pretendemos grandes reformas laborales sino nuevas leyes. Queremos agregar leyes. No pedimos bajar las indemnizaciones ni sacar horas extras. Lo que queremos es seguridad jurídica, que los trabajadores tengan un horizonte. Hoy un trabajador herniado de 50 años no es tomado por nadie y es injusto discriminar por leyes que han generado un abuso por parte de pocos. La Ley de ART fue un fracaso: es un gran negocio para privados, pero no benefició ni al trabajador ni al empleador. Hay más de 4000 juicios sin resolver y los abogados van contra el empleador porque la ART no paga.

–¿Quiere decir que no hay un interés de aumentar la rentabilidad por parte de las empresas?

–Sí, también hay un interés que es lógico. Tenemos que tener claro que pedimos derechos para el trabajador, pero también para el empleador para que haya más trabajo. No queremos que haya más cierres de pymes por esto. Durante el gobierno de Macri creció la informalidad porque no podemos competir con estos costos.

–Todos los pronósticos económicos son negativos, ¿qué expectativa tienen para lo que viene en economía?

–Tenemos esperanza. Si nos dan el espacio que estamos pidiendo en el Consejo Económico y Social, al que todavía no fuimos convocadas las pymes, va a ser muy positivo para un cambio a mediano plazo. El país tiene un gran futuro a través de la energía, es una gran oportunidad que tenemos que aprovechar. Falta una transformación, pero no como la que piden los grandes, sino una ley diferenciada para las pymes. Tenemos un enfoque consensuando con la CGT: no queremos sacarle ningún derecho al trabajador, sólo necesitamos garantías.