Sin traje de funcionara ni
de candidata, Elisa Carrió volvió a ocupar este jueves el rol de
“motivadora” frente a los ministros, secretarios y funcionarios
que el presidente Mauricio Macri convocó en reunión de Gabinete
ampliado para intentar alinear el frente interno de Cambiemos tras el
duró revés del oficialismo en las PASO del domingo.
El mensaje de la jefa de
la Coalición Cívica (CC) se inscribió en la secuencia que inició
en Costa Salguero cuando la derrota por un amplio margen a favor del
opositor Frente de Todos ya estaba confirmada, luego alimentó con
sospechas de fraude y hoy completó con retos a la dinámica
oficialista y la promesa de revertir los resultados en los comicios
generales de octubre.
“La derrota nos saca la
soberbia para que podamos gobernar la República por 100 años y no
por un mandato. Presidente no se mueva de dónde está: hay que
atravesar las tormentas; no hay que enfrentarlas con los lobbys que
quieren cambios todos los dias. A nosotros no nos van a sacar de
Olivos los que nos quieren mover; nos van a sacar muertos”, subrayó
desde el centro del escenario en el Centro Cultural Kirchner (CCK).
Carrió hilvanó su
discurso con un diagnóstico de algunas de las ¿fallas? Del plan
electoral de Juntos por el Cambio, pero pareció despegarse de los
argumentos y el tono que intenta desplegar la Casa Rosada para
revertir la primera reacción del presidente Mauricio Macri tras la
caída electoral: el enojo con los votantes a quienes responsabilizó
por la estampida del dólar entre lunes y martes.
La legisladora chaqueña
fue fiel a su estilo. No se corrió un milímitro. Y profundizó el
eje discursivo del domingo cuando vaticinó que el oficialismo ganará
por más del 50 por ciento en octubre. “Yo no registro agosto, lo
único que registro es que la República gana por más del 50 por
ciento en octubre. No es mala la adversidad. Lo que es malo es
sentirse deprimido en la adversidad”, dijo. Fue después del
discurso de Macri que quedará en la historia por su recomendación a
la ciudadanía de “ir a dormir” cuando todavía no se conocía
ningún resultado oficial de las PASO.
Reproches de familia
Totalmente de negro,
Carrió capturó la atención desde la primera línea. Reconoció que
el último tramo de gestión y el fracaso electoral del domingo “ha
sido un trance durísimo”. Y explicó: “Salimos a la libertad, es
cómodo ser esclavo. La libertad no se consigue por un cambio de
gobierno; no hay magia, si no se transita el desierto y la
responsabilidad”.
Carrió dedico numerosos
párrafos de su mensaje a reclamar cohesión interna y cuestionar el
escaso compromiso de funcionarios y legisladores con las campañas de
gobernadores que no tenían chances fuertes en sus distritos.
“Recorrí el país y vi pocos diputados nacionales acompañando a
los candidatos en las peores circunstancias. No he visto a ministro
centrales apoyar a los candidatos de Cambiemos. Vi la soledad de los
candidatos; eso se llama egoísmo y lo tenemos que mejorar. Lo que
nos define como personas es quién está en la derrota; para la
victoria están todos”, juzgó.
En al menos tres
oportunidades cuestionó a los “que se fueron a esquiar” y
minimizaron la importancia de la primera prueba electoral del año.
“No se borren, los que se borran son cobardes; tienen que bajar:
la gente los está esperando, tienen que abrazar, tocar”, remató.
Blanco en la oposición
Carrió apuntó directo al
Frente de Todos. Habló con desdén -”no me asusta Alberto
Fernández que es tan ordinario”, dijo- y le pidió al electorado
“que no vote ladrones, porque lo van a robar”. En tono bíblico,
advirtió: “Hay muchos tentados de volver a la comodidad
transitoria del dictador, del faraón o la faraona”.
Como lo había hecho en
las últimas horas, también deslizó la sospecha de la presión de
grupos narcos en la Provincia. “Le tienen miedo a los grupos narcos
que hay por ahí, pero va a estar la Gendarmería para que la gente
pueda votar por María Eugenia”, puntualizó.
La legisladora admitió
que “es cierto que Mauricio estuvo un poco enojado” en la
conferencia de prensa del lunes en la que culpó “al kirchnerismo”
y a los votantes por la corrida cambiaria, y, después de un lapsus
en el que perdió el hilo del mensaje, advirtió que el Presidente
“sí puede pedir disculpas”.
“Nadie nos va a robar la
República; hay muchos que no quieren que haya un (Nicolás) Maduro
en el gobierno”, concluyó tras defender también al jefe de
Gabinete, Marcos Peña, -”le pegan para pegarle a Mauricio”- e
insistir en que el Presidente “se excede en hacer las cosas bien”.
El elogio, sin embargo, incluyó una llamativa crítica: “A los
ingenieros no les pidan más; son buenos tipos, pero no son sutiles”.